En una semana finaliza uno de los mundiales más apasionantes y futbolísticamente exitosos de los últimos tiempos. Sin embargo, con el pitazo final y la consagración del nuevo campeón, se abrirá un nuevo capítulo sobre las acusaciones de corrupción que pesan sobre los dirigentes de la FIFA, sospechosos de arreglar partidos y recibir sobornos para favorecer determinados intereses y definir sedes para los mundiales.

No tiene lógica ni sentido común elegir a Qatar como sede del 2022, donde la temperatura puede llegar hasta los 50 grados, que hacen prácticamente imposible jugar al fútbol. Ahora, presionados por la prensa internacional que investiga a la FIFA, dicen que revisarán esta decisión. ¿Lo harán? ¿Por qué no lo pensaron en su momento? Es evidente que lo sabían entonces como lo saben ahora, pero para la FIFA los negocios importan más que la cháchara del juego limpio que postulan para los intérpretes, pero que no son de obligado cumplimiento para los dirigentes.

La salida prematura de España, Italia, Inglaterra, las 3 ligas más taquilleras e importantes de Europa; los aprietos de Brasil, Alemania y Holanda, que frente a México, fue favorecida con un penalti inexistente en el último minuto con el agravante de que el jugador afectado reconoció después del partido que simuló una falta admitiendo la trampa para engañar al arbitro sin que la FIFA haya actuado para suspenderlo, más la formidable actuación de Colombia y la buena Costa Rica, demostrando que los llamados chicos se están comiendo a los grandes, han encendido las alarmas de la FIFA que tenía todo preparado para una rentable final Brasil-Holanda.

No voy a hacer más comentarios. Solo quiero dejarlos con unos interrogantes que ustedes sabrán responder mejor que yo. ¿A quiénes se parecen estos dirigentes? ¿Qué les recuerda este accionar politiquero y corrupto? ¿Encuentra alguna similitud con algunos senadores y representantes a la Cámara que ya están utilizando sus curules con el fin de instalar en la alcaldía a alguien que supere el nivel de despilfarro y derroche de los dineros del pueblo alcanzado por la actual administración? ¿Cuánto nos costará la “mermelada” suministrada por la administración, para endulzar el paladar de los politiqueros y así intentar elegir un portero que detenga los goles de la justicia? ¿Le recuerdan estos métodos a los utilizados por la FIFA para sacar a los pequeños de la cancha? Escrita antes del partido Colombia-Brasil.