Así se robaron a Caprecom

¿Qué pensará hacer el gobierno con los 2.700.000 afiliados a Caprecom, cuyo proceso de liquidación está anunciado en forma apresurada y sospechosa?

Es inaudito que el Congreso de la República hubiese aprobado un endeudamiento de quinientos mil millones de pesos, para pagar parte de las deudas que tiene Caprecon con las EPS, cuando en realidad de verdad estos dineros rondan en las cuentas personales de quienes lo defraudaron, y que muy seguramente lo aprobaron sin el menor resquemor y vergüenza.

A Caprecom se lo robaron los políticos, es la opinión general en mentideros sociales y reuniones de alto nivel, es el colmo de la irresponsabilidad del gobierno pretender liquidarlo, sin saber cuáles fueron las causas y los responsables de semejante descalabro contra la salud de los Colombianos, considero que antes de proceder a darle muerte final, debe abrirse una exhaustiva investigación contra quienes fueron sus defraudadores y llevarlos a la cárcel para que paguen por semejante fechoría.

Eso de jugar con la salud de sus afiliados en forma irresponsable, para después tapar el sol con las manos, se cae totalmente de su peso, muchos de los senadores y representantes que en los actuales momentos dictan cátedras de moral para estructurar las Leyes de la República, son homicidas cómplices de los cientos de muertes en las puertas de los hospitales, puesto que los enfermos no fueron atendidos en forma oportuna por llevar el estigma de Caprecom.

Pretender liquidar una empresa Prestadora y a la vez promotora de salud no es la solución, lo que hay que hacer es reestructurarla y depurarla de una bandada de pillos y ladrones que se han apoderado de ella, muchos dando cantos de sirena como redentores y adalides de la salud de los Colombianos, cuando la realidad es que llevan en su conciencia la responsabilidad de dejar a millones de compatriotas sin servicio tan esencial.

Definitivamente la salud en nuestro país va de mal en peor, la Caja de Previsión Social de Comunicaciones, desde hace varios años venía dando bandazos de malos manejos, hasta que finalmente sucumbió en medio del desorden administrativo y financiero; después del debate en la Cámara de Representes, con presencia de su directora, Ana Luisa Fernanda Tovar Pulecio, el gobierno le pidió la renuncia y nombró un liquidador que la ayudará a buen morir, cuando en realidad – según expertos– no es la solución adecuada.

Haciendo un poco de historia, la Caja de Previsión Social de Comunicaciones, Caprecom fue creada en el año de 1.912, con el nombre de Caja de Auxilios en los ramos Postal y Telégrafos, más adelante por el decreto 2661 de noviembre de 1.960 amplió sus funciones con el nombre que hoy ostenta; que lastimosamente va a tener una muerte de tercera, puesto que tanto gobierno como los politiqueros de turno, la han venido utilizando para hacer de ella la caja menor de sus fechorías administrativas para beneficio de campañas políticas.

Si nos detenemos a analizar todas las transformaciones que se le han hecho desde su nacimiento hasta la fecha en que se encuentra postrada en cuidados intensivos, nos damos cuenta que sus órganos vitales han sido extirpados mediante decretos y resoluciones, pero no con fines de solucionar su estado preagónico, sino, con el fin de abrir las compuertas de la corrupción, para que los políticos de turno entren y salgan por ella haciendo de las suyas, convirtiéndola en toda una cueva de Rolando.

Nadie se explica el porqué los organismos de control: Procuraduría y Fiscalía, no han intervenido a tan importante entidad del Estado, que en su última reestructuración y ampliando su eje funcional: mediante Ley 314 de 1.996, se le dieron amplias facultades para transformarse en Entidad Promotora de Salud (EPS) y en Institución Prestadora de Salud (IPS) quedando así autorizada para ofrecer a sus afiliados Planes Obligatorios de Salud, POS y Planes Complementarios de Salud, (P.C.S.)

Los propósitos de su misión, visión, ideados por sus promotores en el año de 1.912, forman parte de su ropaje funerario y las cientos de lapidas de sus víctimas fallecidas en las puertas de los hospitales, son el mausoleo que vergonzosamente administrará el Estado Colombiano, cuando las entidades prestadoras de salud, empiecen a rechazar a sus afiliados, puesto que con justificada razón llevan en su historial clínico ser remitidos de una entidad que ha sido inferior a los fines altruistas para los cuales fue creada.

La crisis financiera y administrativa se veía venir desde hace varios años, pero no es porque la entidad no sea autosuficiente para prestar los servicios de salud, sencillamente la burocracia voraz, los chanchullos y peculados promovidos por los políticos de turno, la han llevado a la postración en que hoy se encuentra, es tan vergonzosa la situación que en los últimos cuatro años ha pasado por nueve gerentes, varios de ellos, con buenas intenciones de sacarla adelante, pero, lamentablemente el esquema del gobierno para el manejo de la salud, es desde todo punto de vista pernicioso y corrupto.

Algunos medios de comunicación se han atrevido a decir que en Caprecom existe el cartel más grande de la corrupción en Colombia, puesto que infinidad de contratos por miles y miles de millones de pesos se han adjudicado a dedo, es decir, sin haberse realizado los procesos legales para su adjudicación, se calcula que por todo este desbarajuste administrativo los activos, son infinitamente inferiores a sus pasivos; que las deudas con las EPS, están por alrededor de un billón quinientos mil pesos. Si se hace un balance de dónde viene todo este desfase, se llega a la conclusión casi adivinatoria que es debido a los malos manejos administrativos y financieros, con una jauría de políticos y empleados que se la pelean.

Existe el caso de dos cooperativas: Cooperamos y Coopservicios, propiedad de los primos Cesar Augusto Aristizabal Giraldo, y Juan Carlos Giraldo Bernal, a quienes según el portal informativo La Otra Cara, se les adjudicó jugosos contratos sin el lleno de los requisitos legales.

Sin embargo, cuando una entidad oficial o particular dispone de un recurso humano frente a los diferentes procesos de desarrollo, requiere es de una transformación, más no de liquidación, figura que solo debe admitirse, cuando se han agotado todos los recursos necesarios y los procesos de desarrollo para impedirlo.

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