Atalaya. Un país sin vergüenza

Comento a la Dra. Cecilia López en twitter que: “Creo que esta semana ha sido terrible para la moral de nosotros los ciudadanos. Al paso que vamos se nos está acabando la institucionalidad”.

A su vez, el Dr. Jaime Alberto Arrubla Paucar sostuvo que “la causa del escándalo corresponde a la división de poderes que se originó de la Constitución de 1991 donde se dividió el poder judicial en cuatro altas cortes. Estas cortes las integran magistrados elegidos por ellas. (Ver: La causa del escándalo, J. A. Arrubla Paucar, El Nuevo Siglo, 12 de marzo).Para complementar al Dr. Arrubla, todo lo referente a la Rama Judicial lo pueden encontrar en el Título VIII (Arts. 228 al 257) de la Constitución Política de Colombia.

En su clara y diáfana explicación, el Dr. Arrubla sostiene que “el origen del problema en la Corte Constitucional está en la figura de la acción de tutela, un mecanismo de acción para la protección de los derechos fundamentales”, como decía AGH (se nos acaba el tiempo, Sr. fiscal Montealegre, el de la vista alegre).

La acción de tutela terminó siendo un engendro que perturba todo el sistema judicial teniendo en cuenta que las sentencias se realizan por la vía interpretativa. Es decir, que un magistrado puede emitir un concepto, bien sea para declarar un fallo de una sentencia a favor o para revisarlo o para declararlo nulo.

En medio de semejante desprestigio en que están terminando las Cortes, todas, al ciudadano de a pie, como el suscrito, la impresión que deja es que a estos señores magistrados, independientemente de quien sea, se les olvidó el significado de la palabra vergüenza porque quienes solicitan implacablemente la renuncia del magistrado Pretelt no la pidieron a los magistrados que se vieron involucrados en diferentes escándalos con anterioridad. ¿Estará el Dr. Pretelt pagando justo por pecadores?

Salud Hernández, en su columna dominical del Tiempo.gov.co ha sido una de las feroces críticas de las Cortes a tal punto que formuló: El Roscograma judicial donde mostraba cómo era el carrusel de pensiones y nombramientos en la Rama. Y, a ninguno de ellos se les pidió la renuncia de la manera tan vehemente como lo hacen con el Dr. Pretelt. Rama es rama, Salud.

Finalmente, el abogado De la Espriella, quien pasará a la historia por su famosa frase: “en el derecho no hay ética”, logró lo imposible: que me identificara con el Dr. Esguerra en el sentido de que “gran parte de la crisis del poder judicial tiene lugar en su formación”.

En mi humilde opinión, querida Cecilia, desde que el país eligió a un Presidente de la República con dineros del narcotráfico y el elefante fue a mis espaldas quedamos en manos de unos sinvergüenzas.

Puntilla: ¿Y qué dirá el general Lasprilla cuando se entere de que las Farc secuestraron y quemaron vivo a un soldado en el Meta?

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