Atención / Comunicado sobre el secuestro del General Alzate

La vida y la libertad de los militares y policías son tan preciosas como las de los civiles. Nuestra solidaridad con las Fuerzas Armadas.

La comunidad internacional, que tanto ha apoyado los diálogos con la Farc, debería exigir a esta agrupación terrorista el cese unilateral de actividades criminales, tanto las que afectan a la población civil como a los miembros de las Fuerzas Armadas.

Colombia necesita urgentemente recuperar el sendero de seguridad que exige determinación gubernamental, garantías judiciales y políticas a los miembros de las Fuerzas Armadas, que no deberían seguir siendo igualados con el terrorismo, resultados que den confianza a la comunidad, que en muchas partes del país, en medio de la desprotección y del temor, se ha visto obligada a someterse a las exigencias del terrorismo. Hoy hay violencia con sub registro de delitos y silenciada por el control terrorista de territorios.

Eventuales acuerdos de un proceso de paz no deberían convertir en impunidad los beneficios jurídicos en favor de quienes abandonen el terror. Tampoco deberían conceder elegibilidad política a los responsables de  delitos atroces.

Los acuerdos con el terrorismo no pueden poner en riesgo los valores democráticos, cuya vigencia es lo único que permitirá una sociedad sin pobreza y con equidad.

Mientras el Gobierno, sus voceros políticos y periodísticos proponen ampliar el concepto de delito político para amparar la impunidad del secuestro, narcotráfico y otros crímenes, el terrorismo responde con el secuestro de civiles, soldados y del General Alzate.

Los hechos demuestran que para el terrorismo los gestos de paz del Estado no son generosidad sino debilidad que aprovecha para avanzar en su designio criminal.

Álvaro Uribe Vélez

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