Caciques electorales vuelven a decidir las elecciones en Colombia

Como es ya tradicional en la política colombiana el voto de opinión no contó en estas elecciones para decidir los grupos mayoritarios en el Congreso. En las regiones vuelven a aparecer los herederos de las dinastías que han tirado del voto amarrado a lo largo de la historia.

Según la analista y columnista, Salud Hernández, fenómenos tan marcados como el éxito de la familia Gerleín en el Atlántico, de los Guerra Soto en Sucre, y del Partido de La U en Córdoba y parte de la Costa Atlántica, no son coincidencias en las regiones.

"Son cosas que están muy ligadas a los caciques locales. En Córdoba es algo aterrador, porque siendo un terreno de Uribe le han ganado los grandes caciques. En Córdoba ganó una sobrina del gobernador de 25 años. En Sucre ganan las elecciones los Guerra Soto, y salen elegidos tres de la misma familia. Y aunque es obvio que gane Gerleín en la costa Atlántica ahí también están los Char, los Amín", afirmó Hernández.

Analistas indican que hasta en regiones donde ganó el uribismo por ser zonas azotadas por años por las Farc y el Eln como Arauca, Guanía, Caquetá y parte de Antioquia, y en regiones de la frontera, como Arauca, Vichada y Guainía, lugares donde el uribismo ha sido crítico de la situación de injerencia Chavista, no se puede establecer que el voto estuvo ligado a un tema ideológico.

"El voto no se puede leer en términos ideológicos. Aunque es obvio que a Uribe le vaya bien en los sectores azotados por Farc o en la frontera con Venezuela. Creo que el voto de Uribe, y puede parecer un contrasentido, es un voto de opinión. Porque ahí no ha habido plata que compre. Incluso tiene además gente que no aporta votos. Es sorprendente además como le ha ido de bien en Bogotá (donde ganó el Centro Democrático con 373.798 votos). Eso quiere decir que donde hay voto de opinión le ha ido bien, donde están los grandes caciques le va mal", afirmó Hernández.

Para analistas, aunque esta vieja práctica de dinastías políticas puede ser fructífera a la hora del conteo de votos, puede ser también un arma de doble filo en la gobernabilidad por el costo político y económico de tener engrasadas todas estas maquinarias. "Un candidato no se repone de 10.000 millones de pesos en dos días. El ganador tiene que volver a regar de dinero a los caciques. El presidente sale a cobrar su triunfo con una gente que hoy está con él, mañana con Uribe y luego con una vaca. Están con el que puedan ellos ordeñar", afirma Hernández.

Otros de los casos que se vuelven evidentes son los de Santander, donde ganó el liberalismo, por líderes como Horacio Serpa, y la familia Galán, con Juan Manuel y Carlos Fernando que salieron ganadores en Senado y Cámara.

En el caso de Antioquia el uribismo fue el gran ganador, con una lista llena de hijos de líderes paisas y grandes figuras. En ella está Alfredo Ramos Maya, hijo del exgobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos, Santiago Valencia González, hijo de Fabio Valencia Cossio, Fernando Araújo Rumié, hijo del excongresista y excanciller Fernando Araújo Perdomo, todos por Centro Democrático. Sin dejar de mencionar al expresidente Álvaro Uribe Vélez.

Existen también casos como los de los Cristo de Norte de Santander presentes con Andrés Cristo Bustos, hermano de Juan Fernando Cristo, actual presidente del Senado. O los Aguilar presentes con Nerthink Mauricio Aguilar Hurtado, hijo del exgobernador de Santander, Hugo Heliodoro Aguilar y hermano del gobernador, Richard Aguilar.

Y aunque no hay que decir que todos los hijos, sobrinos y familiares de caciques salieron victoriosos si una gran parte se llevó la torta del Congreso. Entre los quemados sobresalen Eduardo Andrés Garzón, hijo del exalcalde de Bogotá Luis Eduardo Garzón, Juan Luis Castro Córdoba, hijo de la exsenadora Piedad Córdoba y Yohana Salamanca, hija de la exsenadora Gilma Jiménez.

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