CANTEMOS A LA REVOLUCION CUBANA

Quiso la ventura que este impulso por entonar un cántico a la revolución cubana nos viniera hoy 11 de septiembre, que dicho sea de paso, es fecha doble. Primero con el pronunciamiento cívico militar que privó a Cuba de tener su primera colonia en Suramérica para lo cual tendrían que esperar 25 años hasta llegar a la Venezuela del Partido Comunista de Venezuela, el Psuv y el Socialismo del Siglo XXI. Doble porque la zona cero abierta en New York hoy resuena en las pretensiones del Estado Islámico al que seguramente la revolución cubana y su colonia le darán toda la validez y justificación política e histórica, tal y como se la dan a las Farc, al Eln, al Epl.

Cantemos a la revolución cubana porque dio término al “corrupto régimen” de Batista que “anegaba en sangre y ruina la patria” “régimen criminal” etc. Y de paso cantemos el triunfo del terrorismo de las Farc y el Partido Comunista Colombiano, ya que es el triunfo de 50 años dominando todas las formas de  lucha, ergo de terrorismo: sabotaje, infiltración, organización de aparatos armados clandestinos, instrumentalización de los reclamos justos de comunidades y sectores sociales de forma tal que sus andanzas criminales queden ocultas y revestidas de lucha social.

Cantemos a la revolución cubana que arruinó la agro-industria azucarera y conservó, hay que reconocerlo la del turismo, a punto que hoy hay áreas de turismo sexual. reguladas por esta maravillosa revolución.

Hay que cantarle a sus métodos y políticas económicas que podrían  llegarnos a cada una de las Zonas de Reserva Campesina que a modo de soviets y koljoz llevarán a Colombia al mundo idílico del buen vivir de una revolución agrarista tierna y dulcemente acompañada de multinacionales Chinas, Rusas y algunas europeas bendecidas por algún aparato multilateral de la Unasur.

Pero cabe la esperanza que algún habitante de la isla se duela que en nombre de su esclavitud se expanda la doblez del discurso castrista y tenga en la farcsa del proceso de conversaciones de La Habana entre Juan Manuel Santos y las Farc un buen pretexto para zafarse de las cadenas.

Hoy lo que sí sabemos es que Colombia se resistirá a ese sino trágico.

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