Carta abierta del jóven director de orquesta venezolano

A continuación carta del recientemente nombrado Director Titular de la Orquesta Filarmónica de Málaga, el venezolano Manuel Hernández Silva, en apoyo a la Pianista Gabriela Montero:

"Que Gustavo Dudamel diga que su mensaje es de Paz y Amor, me resulta un grave atentado contra nuestra inteligencia; esas palabras, más bien sacadas del catálogo del “pequeño saltamontes”, reflejan la talla intelectual de dicho personaje. A mí me da igual si dirigió el Mambo o los Chimichimitos, o si no dirigió. Lo que nosotros decimos y reprobamos es que él es un colaboracionista, es decir y una vez más: una persona que presta colaboración a un régimen político dictatorial el cual es rechazado por la mayoría del pueblo y, en el caso del oprobioso gobierno chavista, además corrupto y asesino.

Cuando Gabriela Montero dice ¡basta ya!, no pone en duda la grandeza del Sistema, el cual es patrimonio vivo de Venezuela, construido con el esfuerzo de cientos de profesores que han volcado su vida allí y que hoy deben estar rotos por el dolor, ajenos a los fines espurios y ególatras que han movido, desde siempre, al fundador José Antonio Abreu; lo que Gabriela reclama al eximio director es haberse convertido en un colaboracionista desde el minuto uno, abiertamente defensor del chavismo y no solamente por su cerrada amistad con Jorge Rodríguez, uno de los seres más peligrosos y despreciables del régimen, sino por absoluta convicción, utilizando como pantalla protectora a la juventud venezolana. Eso señores y señor Dudamel, es jugar con las cartas marcadas. Usted, apelando a ese amor que siente por esa juventud y por ese nuestro país, lo cual no pongo en duda, debería decir alto y claro, por qué usted sí que se lo puede permitir -Abreu quizá no- es si está o no con el régimen que tiene a su país contra las cuerdas y dejarse de abrazos con asesinos y de amistades con seres que no merecen otra cosa que nuestro más absoluto repudio y desprecio.

Gabriela Montero es una artista universal que siente dolor por su Patria y que ha estado en silencio por respeto y por cariño, hasta que la muerte, tan callando ella, rasgó la fibra de su corazón y avivó su inmaculada dignidad. Habló la mujer, la madre, la artista y la paisana, con una valentía inmensa, pues los que vivimos de este oficio sabemos lo que puede significar tocar esas teclas. ¡Bravo Gabriela!"

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