Colombia elegirá Presidente y Parlamentarios honestos

De los muchos pensamientos  funestos que se le arrogan a Carlos Marx, hay uno  que aparece en el manifiesto comunista de 1848 en donde manifiesta que "la violencia es la partera de la historia", en mi humilde opinión, no puede considerarse ni ciencia ni filosofía, y por lo tanto las personas sensatas no deben invocarla como un dogma que hay que acatar con severidad.

Más bien, me acojo a lo que decía el filósofo de mi pueblo, que “el sentido común es el más común de los sentidos”, ya que indica que los conflictos hay que solucionarlos antes de que se hagan grandes. De igual forma en política, si se quiere lograr un objetivo serio, debe diseñarse un método y sistematizar todas las funciones hasta obtenerlo. Lamentablemente, para el Presidente Santos es más importante ser poderoso que bondadoso, la arrogancia y despotismo que lo caracteriza lo hacen parecer a los árboles que se desarrollan  muy rápido por su follaje, pero también son los primeros que caen, por falta de profundidad en sus raíces.

Ahí está la equivocación del ladino de la Casa de Nariño,  al cambiar el proyecto de campaña que lo llevó al solio de Bolívar, quedando como barco sin timón, con un poder legislativo y  judicial, que parece no razonan, o se hacen los de la oreja mocha, porque algo huele mal cuando la violencia es tratada timoratamente, por aquellos que debieran encararla, no han entendido ni se dan cuenta de las terribles consecuencias para el país; lamentablemente, un ejecutivo entregado a los narcoterroristas  quienes con la intimidación y terror están acostumbrados a conseguir todo en el campo, pidiendo puestos públicos en las cabeceras municipales, (como ocurría acá en el Caquetá antes del 2002), y participación en política,  o sea que a estos criminales hay que darles, puestos, casa, carro y beca, por haber asesinado a nuestros humildes agricultores, ganaderos, miembros de la fuerza pública, pequeños comerciantes, concejales, diputados, senadores, alcaldes, gobernadores y líderes políticos y a desacreditar nuestras instituciones en el extranjero,  haciendo lobby en otros países, trayendo armas y sofisticado entrenamiento  para tratar de  acabar con las personas pensantes de este país, navegando  en el mar de sus ilusiones absurdas.

Por el sentido de la avidez de llenarse de gloria,  el Presidente Santos buscando un premio  Nobel y el afán de su reelección, marchitando la política de Seguridad Democrática,  resuelve su problema personal y el de los narcoterroristas, sin importar para nada los efectos perversos que tal decisión provoca en el resto de la comunidad colombiana, porque de acuerdo a como vamos, este país será parcelado y empujado en la dirección que desde La Habana tracen los hermanos Castro

Que satisfactorio decirle a Colombia que con el CENTRO DEMOCRATICO vamos tener un Presidente y Parlamentarios honestos, con voz sensata, entereza, visión, notable discurso, y hasta con brillante sentido del humor, personas que con humildad sin perder su dignidad mostrarán serenidad,  generosidad, y firmeza en sus decisiones

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