Colombia en Alerta Roja

Sin que muchos lo creyeran y tal como estaba pronosticado, llegó la sequía a Colombia. Sobre todo por aquellos que usan como estrategia rechazar lo obvio para solucionar los problemas. Negar los impactos que el clima le genera al país le deja pérdidas cercanas al 1% del PIB anual.

Los incendios forestales, las heladas, el desabastecimiento de embalses y de municipios, el aumento de enfermedades transmitidas por mosquitos, la pérdida de ganado, chigüiros, babillas, flores, hortalizas, papa, maíz, seguirán siendo el mejor titular para los próximos meses.

Antioquia y Medellín no son la excepción. Los incendios forestales ya se toman los titulares y las montañas. Es solo el comienzo. El clima no es el culpable, obviamente. Ya sabíamos que la sequía llegaba. Estamos en plena madurez de El Niño. Y las acciones preventivas y de adaptación deben dar sus efectos.

Es muy común en Colombia que cada vez que se anuncie una sequía los amigos del fuego aprovechan para causar estos desastres. Por lo tanto, las medidas no deben ser solo de contingencia sino de policía. Los causantes deben ser castigados y su sanción socializada. Por esta época prender fuego es delito y todos debemos entenderlo. Los incendios son provocados por el mismo hombre, que aprovecha esta condición climática. Es la manera mas fácil, barata y rápida de deforestar las reservas para su propio interés.

No es sino que recordemos por esta misma temporada hace un año el peor incendio causado a las selvas del Chocó y Antioquia, cuyo combate duró casi 15 días, con las pérdidas incalculables que el país conoce. Las áreas de mayor riqueza en Colombia son las más desprotegidas y las de más difícil acceso, y por lo tanto, de más difícil control. ¿Qué sale más barato: Atender o remediar? Señor Ministro, las medidas de policía y de prevención en atención en todas las áreas protegidas y de Parques Nacionales Naturales deben implementarse ya.

Inclusive se debería restringir con medidas de precaución el acceso al Parque Natural Nacional Los Katíos, la Sierra Nevada de Santa Marta, Tayrona, Macuira, Santuario de Fauna y Flora Guanentá, la Sierra Nevada del Cocuy, el Santuario de fauna y flora de Iguaque, en jurisdicción de los municipios de Villa de Leyva, Arcabuco, Chíquiza y Sáchica, Parque Natural Nacional de Chingaza y Sumapaz, entre otros. El clima extremo no es solo para broncearse sino para adaptarse a él y evitar sus efectos.

El año pasado, por esta misma temporada, en Unguía – Chocó, un incendio, al parecer, provocado para sacar de su escondite a la tortuga icotea, terminó en una tragedia ambiental que afectó a más de 4.000 hectáreas de bosque tropical y cultivos de pancoger. En el área habitaban jaguares, manatíes, dantas, simios, cientos de especies de aves y arbóreas como los panganales y el arracachal ¿Vamos a esperar que se repita?

Es natural que las quemas se salgan de control debido a los fuertes vientos de la temporada. Además, el uso de pólvora, de globos de mecha e incluso los paseos de olla, típicos de la temporada, suelen dejar basura que facilitan la aparición de chispas y llamas.

En este contexto, las cifras revelan que para el periodo 2002-2012 fueron arrasadas más de 286.579 hectáreas. Durante el fenómeno El Niño 2006-2007 se afectaron 135.453 hectáreas y en el más reciente fenómeno El Niño 2009-2010 se afectaron cerca de 70.000 hectáreas de coberturas vegetales.

Los departamentos con mayor presencia de incendios son los ubicados en las regiones Andina, Caribe y Orinoquia. En la región Andina los más afectados son: Antioquia, Cundinamarca, Boyacá, Huila, Santander y Valle del Cauca, le siguen en importancia Casanare y Tolima.

En los próximos días más de 662 municipios de 20 departamentos estarán en alerta roja, buscando la figura de la calamidad pública para atender las heladas, incendios forestales y desabastecimiento de agua, etc. ¿Hasta cuándo?.

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