El verdadero voto de esta jornada es el de la confianza en el hombre y el líder que desde hoy tiene en su alma un juramento simbólico con un pueblo que lo escogió para que lo lleve al futuro.
Iván Duque Márquez es legítimamente el nuevo presidente de Colombia con una votación de más de 10 millones de votos (53,9%) que significan una ventaja importante de más de 2,3 millones de votos sobre su opositor.
Este triunfo está acompañado de varios hitos históricos: es la victoria con la mayor votación en la historia del país, gracias a más de 19,5 millones de votos; con 41 años es el líder más joven que ha tenido el Estado y, con la invitación a Martha Lucía Ramírez como su fórmula, posesiona a la primera mujer vicepresidente de Colombia.
El nuevo comandante en jefe debe entender que es el presidente de todos los colombianos: los que le apoyaron, los que le fueron indiferentes y los que le hicieron oposición. Requiere escuchar todas las fuerzas políticas, porque está llamado a unir a un país diverso y polarizado cuyo deseo de transformación se transmitió en los votos hacia él, hacia la oposición con más de 8 millones de sufragios (41,8%) que obtuvo Gustavo Petro y los 800 mil (4,2%) del voto en blanco. Solo la historia dirá realmente cómo será recordado el presidente Juan Manuel Santos, sin embargo en esta jornada queda claro que fue la oposición la que ganó y que la sociedad hoy desea un cambio. Por otra parte, también es contundente que la izquierda consolida su relevancia política en Colombia.
Como contraparte, la sociedad también está llamada a la unión en las diferencias porque se tiene un proyecto común: Colombia. Los desacuerdos y la oposición deben ser bienvenidos porque enriquecen una sociedad cuando sus motivos son nobles, su estilo respetuoso y están acompañados de argumentos.
Iván Duque demostró que tiene una base importante en su partido el Centro Democrático y también que fue capaz de conquistar para esta segunda vuelta votos jóvenes, de opinión y centro. Es indispensable para el éxito de su gobierno que al elegir ministros y cargos estratégicos de alto perfil escoja personas expertas e incuestionables por la sociedad, de tal manera que marquen un ambicioso comienzo que confirme su compromiso con Colombia, le permitan ser un ejecutor impecable y rápido, y neutralice las críticas. Este abogado bogotano no puede olvidar la esperanza y la responsabilidad depositada en él este 17 de junio de 2018, que los capitales políticos no son activos fijos y que cuatro años no son mucho tiempo.
Martha Lucía Ramírez debe honrar al país en general, y a las mujeres en particular, siendo una gran socia de fórmula que enriquece el legado de este período 2018-2022, debe evitar tentaciones de interferir y co-gobernar, ya que tiene sin duda las capacidades para encontrar su espacio y desde allí mostrar de qué está hecha.
El nuevo mandatario debe atender el contenido del mapa electoral: en el país urbano y central el triunfo es suyo. Sin embargo, en las zonas periféricas y marginales ganó su opositor. Se destaca que Antioquia es un departamento importante a la hora de definir elecciones porque puso más de 2,4 millones de votos de los cuales el 72,5% apoyaron al hijo del fallecido líder paisa Iván Duque Escobar. Mientras tanto sobresale el hecho de que Bogotá muestra una división importante que será un reto fundamental en el éxito de su gestión, pues las opciones que se agruparon en torno a la fórmula de Gustavo Petro son mayoría con el 53,3%.
Finalmente, es buena noticia observar una participación ciudadana masiva y récord histórico, con más de 19,5 millones de votos, una jornada electoral pacífica y una Registraduría que cumplió con su rol.
Colombia tiene hoy una ilusión que se llama Iván Duque, el verdadero voto de esta tarde es el de la confianza en el hombre y el líder que tiene en su alma un juramento simbólico con un pueblo que lo ha escogido para que lo lleve al futuro. Esa es una responsabilidad en la conciencia que no da tregua.
