Condecoración inmerecida

El Fiscal General, Eduardo Montealegre, nos ha vuelto a sorprender. Esta vez con una muy cuestionada condecoración a la polémica contratista Natalia Springer quien, sin sonrojarse, recibió el inmerecido galardón.

Enrique Low Murtra es uno de los próceres de la nación. Víctima de la violencia narcoterrorista, marcó nuestra historia jurídica con letras diamantinas. Repetía constantemente que “puede que mi voz tiemble, pero nunca verán temblar mi moral”. Hombre culto, estudioso del derecho, ciudadano ejemplar, envidiablemente sencillo, fue acribillado cuando terminaba de dictar clases –su pasión- y se disponía a abordar un taxi que lo condujera a su casa.

En honor a ese colosal ciudadano, el Estado colombiano creó la condecoración “Enrique Low Murtra al mérito en el servicio de la Fiscalía General de la Nación” a través de los decretos 1684 de 1993 y 2886 de 2003.

Dicho decreto establece claramente que serán merecedores del galardón los funcionarios de la Fiscalía “que se destaquen más allá de lo común, como la prestación de servicios eminentes en el campo de la investigación, acciones de valor en el ejercicio de sus funciones o el desempeño sobresaliente”.

Sobre la señora Springer bastante se ha escrito y mucho se ha revelado. En sendas investigaciones el exiliado uribista Ernesto Yamhure develó muchas verdades sobre ella. Empezando porque su nombre real es Natalia María Lizarazo García. Así mismo, estableció que los méritos académicos que ella ostenta para contratar con el Estado no son como ella los presenta, pues acredita cursos breves como profundas especializaciones. La cuestionada señora Springer, o Lizarazo para ser precisos, llega al extremo de incluir en su currículo cursos de verano como especializaciones.

Igualmente, se ha sabido que la metodología por la que le ha esquilmado más de 4 mil millones de pesos a las arcas de la Fiscalía, había sido elaborada previamente por juiciosos funcionarios de esa entidad. En otras palabras: el doctor Montealegre le giró multimillonarios recursos a la empresa de la cuestionada señora Springer por hacer un trabajo que ya existía en la Fiscalía y cuya eficacia ha sido puesta en duda por quienes tienen la responsabilidad de adelantar las investigaciones penales en nuestro país.

La condecoración que le ha concedido el Fiscal a su asesora es una nueva afrenta de ese señor a los Colombianos. De manera desafiante, el doctor Montealegre nos ha notificado que poco le importan las muy fundadas críticas que se le han hecho a los contratos suscritos con Springer. La manera de hacerlo es imponiéndole en el pecho una condecoración que no se merece.

Pero hay otro detalle. Según la norma que crea la medalla “Enrique Low Murtra”, ésta sólo puede ser conferida a los funcionarios de la Fiscalía. Y lo que sabemos es que la empresa de la señora en cuestión, “Springer Von Schwarzenberg”, tiene vinculación con el ente de investigación a través de un contrato de prestación de servicios, hecho que nos permite concluir que el doctor Montealegre desconoció lo ordenado en el decreto, mostrando una vez más su talante altivo y desafiante.

Merece todo nuestro rechazo esa exhibición de abuso del poder del fiscal Montealegre, quien lamentablemente le ha impuesto la más alta distinción que concede la Fiscalía General de la Nación a una mujer que representa todo lo que no fue el ilustre jurista Enrique Low Murtra.

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