Confusión ideologica y corrupción

Un sector del partido liberal encabezado por el samperismo. Esta respaldando la candidatura de Clara López a la alcaldía de Bogotá, lo cual es un despropósito, ya que el polo que es el partido de la señora López, tiene en sus filas corrientes marxistas leninistas, subrayando que el comunismo totalitario y el liberalismo clásico son diametralmente opuestos, política e ideológicamente.

Claro que lo primero que se debe saber es si el partido liberal colombiano es en la actualidad, seguidor de los postulados de John Locke, quien rechazaba el determinismo y el absolutismo propios del marxismo. Así que en la campaña electoral no solo hay una enorme corrupción como lo denuncian algunas ong, sino gran confusión ideológica, ya que varios personajes, electoralmente están jugando al todo vale.

Por lo anterior es exótico que unas denominadas bases liberales. Estén apoyando la candidatura de Clara López para la alcaldía, sabiendo que el liberalismo es el libre examen y el respeto por la individualidad, mientras que el marxismo leninismo, por su componente hegeliano considera al poder como dios en la tierra, en donde el estado asume todos los poderes sobre las personas quitándole los derechos individuales. Esas mezcolanzas electorales entre el liberalismo y el comunismo totalitario son ilógicas, a no ser que sean por mero oportunismo.

Dentro de los dirigentes liberales que apoyan a la candidata del polo, están Alfonso López Caballero hijo de un expresidente de la república y fundador de la desaparecida insurgencia liberal, Alfonso Gómez Méndez quien fue ministro y desde luego el expresidente Samper, el cual se congracio con la llamada izquierda a nivel internacional y fue nombrado secretario general de Unasur; recordando que durante su gobierno, el grupo terrorista de las Farc que también abraza los dogmas del bodrio marxista, a pesar de las rogativas que le hacía Samper en aquellas épocas a esa guerrilla para tener diálogos de paz, sus cabecillas muy orondos le decían: “ no se puede y no nos vamos a sentar a negociar con un gobierno ilegitimo”. Entonces en algunos dirigentes liberales se nota el masoquismo y el complejo de inferioridad ideológico, amén de que durante el gobierno de Samper la banda armada de las Farc quiso posar de puritana por el escándalo del proceso 8000, que envolvió al ejecutivo de 1994 a 1998.

Pero además en las elecciones regionales del 25 octubre, como lo habíamos señala anteriormente, la corrupción con la compra de votos, la trashumancia, el constreñimiento al elector y la venta de avales está haciendo parte de un carnaval de ilegalidad. Habiendo comentarios jocosos en el sentido de que en algunos municipios y departamentos, ya no hay nada que hacer, porque los votos están todos vendidos desde hace 2 meses.

Bogotá mediante el voto de opinión se debe de liberar en las próximas elecciones del lastre, que represento los 12 años de gobiernos de la llamada izquierda. En donde no solo hubo el carrusel de la contratación en la administración de Samuel Moreno, sino que también existieron otras anomalías, a ello se agrega que el actual alcalde Gustavo Petro ha demostrado una ineptitud patética; buscando como último recurso una consulta antitaurina para ocultar su ineficiencia, tomando de chivo expiatorio a ese espectáculo, pretendiendo resucitar electoralmente con miras al 2018.

Hay que consolidar el triunfo en la alcaldía de Bogotá con el liberalismo clásico que es la antítesis del marxismo. Donde confluyen Enrique Peñalosa, de alguna manera Rafael Pardo y Francisco Santos y si hay una alianza de Peñalosa con el candidato del centro democrático sea bienvenida, y eso no se puede tomar como una anatema o gavilla en contra de la llamada izquierda, porque simplemente se estaría siguiendo un ideario que es adverso al totalitarismo y, en sana lógica ello responde a la filosofía democrática y libre.

Aunque la candidata del polo a la alcaldía, no ha manifestado ser marxista. Sin embargo está acompañada por el partido comunista, la unión patriótica, la marcha patriótica y otros grupos y grupúsculos del comunismo totalitario; lo cual demuestra que siempre los militantes de ese engendro al no tener la razón, usan diferentes ropajes, camuflándose y mimetizándose en algunos movimientos. Aprovechándose de la ambigüedad y la falta de doctrina, para llevar a los pueblos a la esclavitud política, como pasa en Cuba, Norcorea y por ese camino va Venezuela, o sea que el socialismo del siglo XXl, el llamado bolivarianismo que es un ultraje comunista al libertador, el indigenismo y otros disfraces neomarxistas son caimanes de la misma charca, por lo cual la democracia liberal debe estar alerta.

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