Consecuencias del ‘tú a tú’ con las Farc

El cierre de la negociación muestra que el gobierno regaló en la mesa la ventaja obtenida por las Fuerzas Armadas.

Jairo Gómez contó en Semana 'Desencuentros en La Habana' en torno a la dejación de armas. "El gobierno insiste en ponerle fecha y plazos. Pero otra cosa piensan los guerrilleros". Y en esas están De la Calle y Jaramillo: tratando de persuadir a las Farc de que hay cosas inaceptables para la sociedad.

¿Y cómo es la persuasión? Con argumentos y concesiones. Los negociadores del gobierno están en esa mesa desprovistos de la fuerza del Estado. Todo indica que el gobierno se despojó de cualquier garrote o estímulo negativo para ayudar a razonar a la contraparte.

Si el presidente Santos abandonó el campo de batalla militar (si paralizó la inteligencia, por ejemplo), no tiene una amenaza creíble que mueva a la cúpula de las Farc. Y en las dimensiones histórica, política y de opinión es simplemente un rehén.

Así que, siendo benignos, el 'tú a tú' que prometió con Obama lo tuvo fue con las Farc. El acuerdo de justicia transicional es de lo más elocuente: pudo más el 'tú a tú' que el estándar internacional. Ahora con el desarme, sí que se necesita un garrote, pero son las Farc las que lo tienen: la próxima Asamblea General de Naciones Unidas.

"Volveré como presidente de un país en paz", se comprometió Juan Manuel Santos frente a la comunidad internacional en septiembre pasado, lo que debilita hoy la posición negociadora del propio Santos (no sirvió mucho enviar a su hermano Enrique la última vez), De la Calle y Jaramillo.

Así que a las Farc les ha resultado relativamente fácil vendernos cara en la mesa su derrota militar. Un contrasentido. Con razón Gustavo Duncan recordaba en El Tiempo que para la sociedad "no tiene sentido que las Farc hagan reclamaciones en la mesa que no corresponden a su realidad política y militar".

Pero lo hacen, y con éxito. De entrada, la narrativa oficial de la paz les concedió un gran cambio positivo de su realidad política. Esa estrategia equivocada tuvo su más reciente hito con la entrevista con el secretario de Estado Kerry en La Habana. En favor del gobierno hay que decir que no fue una imposición la narrativa oficial: tuvo coro intelectual.

Ya es tarde para corregir el 'tú a tú' con las Farc en la mesa. Por fortuna, a diferencia del punto de justicia transicional, en zonas de concentración y dejación de armas no es posible maquillar la verdad dura con elaboraciones sofisticadas. Y queda el debate de la refrendación popular de los acuerdos, que sirve para tener presente lo que es inaceptable.

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