Conservadores y guerrilleros decidirán elecciones

El 26 de enero se realizará la convención nacional del Partido Conservador en Bogotá para decidir el candidato a la presidencia que van a respaldar y ese día se sabría, parcialmente, cuál podría ser la tendencia en los resultados de las elecciones al congreso nacional (9 de marzo) y a la presidencia de la república (25 de mayo).

Tienen tres opciones: 1ª. Decidir presentarse con candidato propio a las elecciones presidenciales. 2ª. Apoyar a Oscar Iván Zuluaga, del Uribismo Centro Democrático o 3ª, Respaldar la reelección de Juan Manuel Santos.

El mejor candidato conservador parece ser Luis Alberto Moreno, actual presidente del BID, quien siempre se ha mostrado renuente a aceptar el reiterado ofrecimiento. (¿Y si postulan y acepta Andrés Pastrana ser el candidato a la presidencia?… ¡En política todo es posible!)

De aceptar su nominación Moreno (¿o Pastrana?), la mejor alternativa podría ser ir a consulta popular con Zuluaga el 9 de marzo (el mismo día de las elecciones al congreso nacional) para definir los dos partidos – conservatismo y uribistas – , que el candidato ganador se postularía a la presidencia y el segundo, a la vicepresidencia. Con tal de derrotar a Santos, cualquier alternativa es válida.

Ambos partidos apoyarían una fórmula política muy fuerte que pondría en duda la reelección de Santos y lograría antes, excelente votación de sus candidatos al senado y cámara con posibilidades de lograr votación mayoritaria y, haciendo coalición política, dominar el congreso para constituirse en opción real de poder en las presidenciales. (¿Moreno o Pastrana presidente de la república y Uribe del congreso?)

Apoyar los conservadores a Zuluaga, eximiéndose de postular un candidato propio, es la menos probable aunque posible de las tres alternativas existentes, porque muchos dirigentes y gente de base del conservatismo apoyan al expresidente Uribe.

Si las Farc insisten en que el acuerdo que se logre en La Habana debe ratificarse en una asamblea nacional constituyente, diferente a la consulta popular que argumenta siempre Santos, podría ser el comienzo del final de la candidatura reeleccionista.

Se añadiría la presión de los guerrilleros por participar activamente en política y no pagar cárcel, ni ser extraditados a los Estados Unidos y qué prebendas y beneficios recibirían por dejar las armas y reinsertarse a la vida civil.

Santos estaría casi reelegido, si los conservadores anuncian en la convención su respaldo en las elecciones, garantizándoles aumentarles, después de elecciones, la enorme tajada de nombramientos oficiales y contratos públicos (“mermelada”) a que siempre han estado acostumbrados y les gusta tanto desde años atrás.

La campaña al congreso aún no ha iniciado en firme. Uribe no ha salido al ruedo con su estrategia política y publicitaria; JJ Rendón no podrá venir a Colombia a asesorar a Santos, porque tiene orden de captura en Venezuela y habría qué deportarlo y no se sabe cuánta presión (“chantaje”) aguantará de los guerrilleros el presidente para que les acepte sus pretensiones, a cambio de firmarle su salvador acuerdo de paz en La Habana.

Concluyendo: ¡Conservadores y guerrilleros decidirán elecciones en 2014!

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