¿Creerles o no?

Un comunicado de las FARC que algunos califican de “histórico” fue revelado hace pocos días a la opinión pública. En él la guerrilla reconoce su autoría en el atentado de Pradera, Valle del Cauca que dejó un par de muertos y varios heridos.

Hasta ahí no existe novedad. El cinismo y la frialdad con que las FARC han asumido sus actos terroristas no sorprende a nadie en Colombia.

Sin embargo, la parte que a muchos reconforta es la que tiene que ver con los “auto-correctivos disciplinarios” que supuestamente dicen los líderes guerrilleros que tomarán para evitar que situaciones como la del Valle del Cauca se repitan.

Algo parecido leí hace meses cuando las FARC prometieron renunciar a los secuestros extorsivos. Desde entonces hasta hoy las cifras indican que la guerrilla continuó secuestrando. Y si echamos más para atrás la cadena de mentiras de los líderes máximos de esa organización terrorista puede resultar inacabable.

En medio de tantos embustes, hay, sin embargo, quienes resolvieron creerle a las FARC y opinan que esta vez la guerrilla sí va en serio. Desde el gobierno que afirma en Europa que solo un atentado contra una figura pública puede frenar el proceso de paz – ¡los otros atentados valen huevo! –, hasta los analistas y ‘pazólogos’ que piensan más con el deseo por estos días.

Otros en cambio, seguimos con nuestra tesis del escepticismo funcional: a las FARC sólo le creeremos cuando hablen con hechos y no con discursos que se quedaron estancados en el tiempo mientras aquí los suyos ponen bombas sin par.

Mi aporte, lo he dicho antes, es no creer. Pero no porque me quiera tirar el proceso y seguir viviendo entre las balas de unos y otros, sino porque continúo convencido de que con la duda, apretamos y les demostramos a los de La Habana que estamos impacientes por resultados reales. Y ustedes, ¿creen o no?

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