Cuánto cuesta, cómo se paga y qué se puede ganar con una eventual paz en Colombia

La primera pregunta es si habrá paz en Colombia.

Eso es algo que tendrán que acordar los señores de esta guerra: las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el estado colombiano.

Asumiendo que lo logren, entonces, ¿cuánto cuesta?

La cuestión es compleja y la respuesta no es única; se abre en ramas que se enredan entre sí, como veremos.

Hasta 3,8% del PIB

Primero, asumamos que se llega a la firma de la paz en La Habana, donde hace casi tres años las FARC y el gobierno sostienen negociaciones para terminar con más de 50 años de conflicto interno.

La implementación de ese acuerdo costaría al menos un 1% del PIB por año durante diez años, según un reporte de Bank of America Merrill Lynch Global Research (Bank of America) de octubre de 2014, elaborado por el economista Francisco Rodríguez.

Costo de implementación de acuerdo de paz

Anual, durante diez años

Mínimo: 1,1% del PIB (US$5.300 millones)

Máximo: 3,8% del PIB (US$18.800 millones)

Bank of America Merrill Lynch Global Research

Y podría aumentar hasta un 3,8% del PIB, dependiendo de cuán extensos sean los programas implementados.

Pero hay quienes dicen -no son pocos- que la paz ya está encaminada y sus costos ya se están pagando.

Plan Nacional de Desarrollo

Lo confirma, de cierto modo, la información del Plan Nacional de Desarrollo (PND), elaborado por el Departamento Nacional de Planeación (DNP), que define las principales áreas de inversión y distribución del gasto público.

El PND para 2014-2018 lleva por título: "Paz, equidad, educación".

Según le detalló esa oficina a BBC Mundo, para el pilar de la paz se destinarán en los cuatro años del plan algo más de 203 billones de pesos colombianos, lo que equivale a unos US$74.500 millones.

Eso incluye gastos en programas de protección social en salud y sostenibilidad, operaciones de la fuerza pública, fortalecimiento de entidades de la Justicia, atención y reparación a víctimas, entre otras.

También hay partidas destinadas a actividades culturales, como el fomento de la formación artística, y la formación y preparación de deportistas, aunque esto representa una parte ínfima del gasto.

No obstante, el pilar de la paz del PND es sólo una parte del gasto previsto, ya que existen otras partidas asociadas a la paz y un potencial posconflicto, que aparecen en otras columnas del presupuesto nacional.

Hasta US$187.000 millones

Entonces, ¿cuánto se va a gastar?

El informe de Bank of America calcula que el gasto total vinculado con el proceso de paz, podría ser de entre US$53.000 millones y US$187.000 millones en diez años.

¿Y en qué se gasta?

Angélika Rettberg, profesora de Ciencia Política en la Universidad de los Andes, cree que hay que tener cuidado de no aplicar la etiqueta "costos de paz" indiscriminadamente.

Le dijo a BBC Mundo que los presupuestos generales de inversión en salud y educación no deberían incluirse.

"Si le pides a la paz que solucione los problemas de todo el país, le creas una condición muy difícil de cumplir".

En general, el consenso es que existen tres áreas fundamentales donde se puede hablar de gasto específico vinculado con la construcción de paz.

Son la reparación y asistencia a las víctimas del conflicto, el desarrollo rural y la desmovilización de combatientes.

Y en todos ya se ha avanzando, de un modo u otro.

Víctimas

El componente de víctimas tiene asignado para este año 9,6 billones de pesos (US$3.500 millones), para atender a casi seis millones de personas, de un total de más de siete millones registradas.

Para Bank of America durante los próximos diez años (el gasto anual se irá reduciendo, de acuerdo con el reporte, si el conflicto se detiene) lo destinado a víctimas podrá representar entre el 0,7 y el 1,4% del PIB anual.

Sin embargo, en un comunicado difundido en junio, los representantes de las FARC en La Habana propusieron crear un "Fondo Especial para la Reparación Integral" de las víctimas, que calcularon que tendrían un impacto fiscal de al menos 3% del PIB anual durante diez años.

No está claro qué podría suceder con esa propuesta, ya que todavía se está negociando en Cuba en torno a las formas de reparación a las víctimas.

Luis Fernando Mejía Alzate, subdirector general sectorial del DNP, cree que el dinero destinado para este punto "se va a mantener alrededor del 1 y 2% del PIB".

Reforma agraria y reconstrucción rural

El otro componente grande del gasto vinculado con la paz es el rural, que de hecho está incluido entre los puntos que el gobierno y las FARC negocian en La Habana.

Para Bank of America, "una reforma agraria de gran escala podría ser muy costosa, dado el alto nivel de inequidad en la distribución de la propiedad de la tierra y un alto número de desplazados internos".

Por eso estima un impacto fiscal de entre el 0,4 y 2,4% del PIB anual en diez años, incluyendo en el gasto la restitución de tierras a desplazados por grupos guerrilleros, paramilitares o por las fuerzas armadas.El gobierno ya está gastando una parte importante de sus recursos en desarrollo rural.

A partir de 2013, explica Luis Fernando Mejía Alzate, del DNP, el presupuesto para el sector aumentó de 3 a 5 billones de pesos anuales (US$1.800 millones), lo que representa alrededor de un 2,3% del total del presupuesto del Estado.

Él estima que se mantendrá constante al menos durante los próximos cuatro años.

"Todo el mundo tiene claro que la gran contribución al crecimiento por parte de un eventual acuerdo de paz es el sector agropecuario", le dijo a BBC Mundo.

Desmovilización y reintegración de guerrilleros

El tercer componente considerado como gasto específico asociado a la paz es el de desmovilización de combatientes.

La sociedad colombiana deberá absorber a los guerrilleros de las FARC que dejen las armas en caso de firmarse un acuerdo.

El país ya tiene experiencia en este sentido, por haber firmado un acuerdo de desmovilización con grupos paramilitares hace unos diez años, y porque recibe a guerrilleros que se desmovilizan por su cuenta.Según le informó a BBC Mundo la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), que se ocupa del proceso de desmovilización de combatientes, la atención brindada a una de estas personas durante un año requiere unos 5 millones de pesos (menos de US$2.000).

El presupuesto 2015 de la ACR está en torno a los US$60 millones, para atender actualmente a unas 30.000 personas.

El gobierno estima que en las filas de las FARC hay menos de 10.000 hombres y mujeres.

A Bank of America esta cifra no le convence, cree que es posible que ocurra lo mismo que sucedió con la desmovilización de los paramilitares entre 2003 y 2006, cuando el gobierno calculó que serían unos 8.000 y fueron algo más de 31.000.

En su reporte, el banco estadounidense calcula que los desmovilizados de las FARC podrían llegar a poco más de 36.000.

Según la ACR el proceso de desmovilización y reintegración de una persona dura 6 años y medio.

Así que a valores actuales, si 36.000 personas recibieran apoyo por desmovilizarse de las FARC, el costo total de su reintegración sería US$468 millones.

A Mejía Alzate no le preocupa que el número de desmovilizados sea mucho mayor que el estimado por el gobierno.

"No digo que no vaya a haber sobrecostos", reconoció, "pero desde el punto de vista del impacto sobre el presupuesto no va a ser importante".

En cualquier caso, es el componente de menor impacto fiscal de los tres aquí descritos.

Otros gastos

Obviamente, hay muchos otros gastos que se podría considerar que contribuyen o han contribuído a la paz o al proceso de paz.

Por ejemplo, los correspondientes a las negociaciones en La Habana (viajes, alojamientos, etc.), pero son marginales.

Al igual que los destinados a hacer lo que el gobierno llama "pedagogía para la paz": informar a través de diversos medios en qué consiste el proceso.

Y, aunque pueda resultar polémico, los gastos en defensa también podrían sumarse a la cuenta.

Existen fuertes argumentos a favor de la idea de que la ofensiva del Estado contra las FARC que comenzó hace una década y media, sentó las bases para poder llevar al grupo guerrillero a la mesa de negociación.

Y el hecho de que no todos los paramilitares se hayan desmovilizado y continúen actuando por fuera de la ley -y la expectativa de que pueda suceder lo mismo con algunos miembros de las FARC de firmarse la paz-, además de que por ahora el ELN no se sumó al proceso de negociaciones, también hace necesaria una inversión en seguridad para garantizar la paz.

Por lo tanto, Mejía Alzate espera que por lo menos en los próximos cuatro años se mantenga estable el presupuesto de defensa.

El área recibió este año 28,3 billones de pesos (US$10.250 millones), aproximadamente un 13% del total del presupuesto nacional.

¿Cómo pagarlo?

Todos estos gastos salen de un presupuesto que se ve presionado por una desaceleración de la economía.

Colombia se ha visto afectada por el bajo precio del petróleo y el incremento en el precio del dólar, que está en sus valores más altos de los últimos diez años.

A mediados de julio el Fondo Monetario Internacional informó que reducía las proyecciones de crecimiento para 2015 para Colombia a 3,0%, cuando el país venía creciendo en torno al 4% anual.

En una entrevista publicada a principios de julio el periodista Juan Gossain le preguntó al jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle, cómo se va a financiar el posconflicto en este contexto.

"Por eso es que las FARC tenían que haber firmado el acuerdo de paz hace dos o tres años, cuando el petróleo estaba a US$110 (agosto de 2013)", respondió irónico.

Hoy el barril de petróleo ha bajado a la mitad y el dólar perforó la barrera de los 2.700 pesos.

Impuestos o deuda

Descartando una reducción presupuestaria en otras áreas, el país tiene dos opciones para hacer frente a los gastos vinculados con la paz que superen los ingresos con los que cuenta hoy.

Puede incrementar impuestos o tomar deuda.

Según Bank of America, la única opción viable es una alza de impuestos, porque Colombia tiene una regla fiscal que le impide superar cierto límite de déficit – endeudarse más la haría superar ese límite.

No obstante, Mejía Alzate le dijo a BBC Mundo que la regla fiscal es flexible, y que se pude modificar cuando el país no cumple las previsiones de crecimiento sobre las que se había establecido el límite.

Por lo tanto, el funcionario cree que cualquier erogación extra podría cubrirse con toma de deuda.

"Nuestra deuda es tremendamente baja para los estándares internacionales", agregó.

De acuerdo con estimaciones del Ministerio de Hacienda, la deuda pública del país equivale a algo más del 38% del PIB proyectado para 2015 (por debajo de Brasil o México).

Por otra parte, las principales agencias de riesgo le asignan grado de inversión a la deuda del país.

Los beneficios

Cueste lo que cueste, existe el consenso de que un eventual acuerdo de paz traería aparejada una mejora en la economía del país.

Según el folleto "¿Qué ganará Colombia con la paz?", difundido por CERAC y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en 2013, sin conflicto armado, el ingreso anual por habitante en Colombia habría sido de US$16.700 (fue de US$11.200).

"La paz, en promedio, según todos los analistas y las universidades, (sumaría entre) 1,5 y 2" puntos porcentuales anuales al PIB de Colombia, dijo hace poco más de una semana el presidente Juan Manuel Santos.

Para Bank of America, el beneficio sería solo de 0,3 puntos porcentuales.

"El grueso del efecto de crecimiento por la reducción del conflicto ya tuvo lugar", asegura el banco.

Crecimiento extra por eventual firma de acuerdo de paz

En puntos porcentuales anuales

1,5-2 según presidente de Colombia, Juan Manuel Santos

0,3 según Bank of America Merrill Lynch Global Research

En cualquier caso, varios aspectos clave de la economía mejorarán una vez desaparecida la presión del conflicto, según el libro "Costos económicos y sociales del conflicto en Colombia: ¿cómo construir un posconflicto sostenible?", de la Universidad de Los Andes.

Entre otras cosas, asegura, se reducirá la expulsión de empresas del mercado, y aumentará la inversión, la producción agrícola y la inversión extranjera.

Y se detendrá el deterioro de la salud física y mental que el conflicto causa a los trabajadores.

Pero los beneficios de un eventual acuerdo de paz van aún más allá.

Casi todos en Colombia coinciden en que tendría, sobre todo, un profundo impacto sobre todo el tejido de la sociedad y sus relaciones.

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