De lo decoroso a lo tramposo

Pueden verse en la Red las siguientes definiciones. “Decoroso: Que tiene decoro” y a su vez. “Decoro” significa “Honor, Decencia y Honestidad”. También se encuentra que “Tramposo” es lo mismo que “Estafador, Prestidigitador y Embustero”.

Hechos recientes han demostrado que es muy fácil hacer tránsito de lo Decoroso a lo Tramposo.

En primera instancia está el reciente proceso electoral. El Centro Democrático fue objeto de toda clase trampas y cortapisas, aún antes de su concepción, como se demostró en las conspiraciones orquestadas desde el Gobierno contra eventuales candidatos opositores como ocurrió con Arias y Ramos.

El comportamiento del CD fue tan digno, que le mereció el calificativo de Decoroso por parte del Primer Mandatario. La otra cara de la moneda está en el comportamiento de algunos de los socios de la Mesa de Unidad Nacional, introduciendo toda clase de ardides y artimañas en el proceso electoral. Según lo que ha trascendido se cumplió en demasía aquello  de la sabiduría popular cuando dice: “El gobierno vota por la noche” y también que: “El que escruta elige”.

No puede criticarse al señor Registrador porque para eso lo eligieron, pero si hay que corregirlo cuando dice: En la Registradoría no se pierden elecciones porque lo que sucede es que “Si se ganan”.

No son extrañas las actuaciones orquestadas desde el alto Gobierno, como la repartición de la, mermelada que le han merecido el calificativo de “Tramposo”, porque si se miran las definiciones es prácticamente lo mismo que “Mentiroso”.

Es necesario también, calificar procesos en desarrollo en la actualidad, como las negociaciones en la Habana y la “diplomacia” respecto a Venezuela, en el sentido de determinar que tan “Decorosos” o “Tramposos” son.

Se ha dicho que los colombianos son muy “inteligentes” y, desgraciadamente, una de las demostraciones es la “inteligencia” que demuestran los narcotraficantes ingeniándose toda clase de ardides y triquiñuelas para facilitar su nefasto negocio.

Pues bien, en el pasado debate electoral, el Gobierno supero con creces esa “inteligencia”, puesto que recurrió también a toda clase de “palos en la rueda” para perjudicar a sus opositores.

Pasando a otro tema de gran actualidad, está el problema de la calidad de las construcciones.

Siempre se ha dicho que, un gran porcentaje de las construcciones de la ciudad se hacen sin cumplir los requisitos legales vigentes. Esto es demasiado evidente en los estratos bajos. Pero debido al reciente colapso de una torre en una unidad residencial del estrato más alto, se ha reavivado y extendido esa preocupación.

Con base en la información que ha trascendido surgen innumerables cuestionamientos. Por ejemplo: ¿A los futuros propietarios se les está ofreciendo un producto que cumple a cabalidad los requisitos de calidad exigidos por las Normas vigentes? ¿Cuáles son las garantías que les ofrece el Estado? Y así por el estilo. Aquí también cabe el ejercicio para  determinar la calidad de “Decoroso” o “Tramposo”, al proceso de compraventa. Los órganos de control tienen la palabra.

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