Denigrante y humillante

Los colombianos sentimos tristeza al pensar que tenemos que cubrirnos de dolor, hastiados pidiendo clemencia, por el tratamiento mezquino y agobiante que nos hace buscar oxígeno como elemento esencial para nutrir nuestro cerebro y pulmones, pensando que tendremos que clamar ante los narcoterroristas; incubadores de maldades y engaño, creadores de acciones demoniacas, oxigenados por Juanpa.

El pueblo ha esperado con serenidad, pidiéndoles un alto en sus crímenes y perversidades, pero con el secuestro del general Rubén Darío Alzate Mora se rebosó la olla. No podemos olvidar los demás secuestrados, soldados, policías, niños y niñas asesinados, reclutados a la fuerza, tracto mulas cargadas de petróleo derramadas en nuestros ríos, creando desastre ecológico. Ah! y los 573 muertos durante estos dos años de conversaciones en la Habana.

Esta piratería demuestra ampliamente la improvisación con que se manejan los asuntos por este gobierno; seguramente Roy Barrera y áulicos de Santos seguirán afirmando que todo va de maravilla en la Habana, montando estrategias de frases para seguir engañando mediante el empleo del bla bla blá porque son maestros del disfraz, cuya máscara los descubre cuando se quitan la careta, pero que por su torpeza no se alcanzan a mirar siquiera en sus espejos, ya que como hijos de Tiro Fijo, especializaron su rostro en ocultar su maldad.

Definir, explicar, argumentar, cualquiera que sea la cosa que se diga, de todas maneras llegaremos a que es vergonzoso, denigrante y humillante lo que nos está ocurriendo, porque ahora sigue el fuego devastador, del cual nos tienen inundados y enquistados en sus antros de maldad, llenos de intereses espurios, queriéndonos condenar, pretendiendo que entremos al socialismo siglo XXI, para ser un país, parecido a lo existente del otro lado de la frontera.

Nos imaginamos el placer cuasi orgásmico que les debe producir burlándose del país, dando declaraciones amañadas, con periodistas como títeres, quienes aparecen en los medios que reciben la mermelada, convertidos en punta de lanza contra Álvaro Uribe Vélez y Centro Democrático tratando de enlodar su nombre, a sabiendas que es un hombre de bien, que se ha desgastado trabajando por el bienestar de todos los colombianos.

Que la impunidad sea favorecida por una débil legislación o por la posición pasiva del Fiscal General de la Nación al no procesar a estos delincuentes, no sirve de mucho, a la luz de los momentos actuales ante la Corte Penal Internacional, delitos cuyos autores son conocidos, sin ser perseguidos, debido a que es propia del gobierno por el cual votaron muchos colombianos engañados por Juanpa.

Los narcoterroristas pretenden apoderarse del país con el apoyo del gobierno, algunos comunicadores, congresistas y países vecinos. Tendrán que buscar otro método porque estoy convencido que así como no les ha dado resultado la toma del poder por la balas, el doctor De la Calle, tampoco podrá convencer.

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