Derrotadas las Farc. ¿Cesó la horrible noche? No. Pero mejoramos.

 

La resistencia ciudadana contra los terroristas, expresada en la consigna “No más Farc”, obtiene su primer gran triunfo estratégico: obligó a la banda a renunciar al secuestro, que es su principal fuente de descrédito internacional. 

Los secuestrados surtían apenas la caja menor de los frentes, porque el narcotráfico es ya la caja mayor del secretariado. 

En los 80, en el Partido Comunista, fundador de las Farc, se planteó un debate ético sobre esa práctica. Manuel Cepeda Vargas alegó que había que obligar a la oligarquía a financiar “su lucha” y que el mecanismo era el secuestro. En los 90 dictaron la llamada ‘ley 002’ de las Farc y el secuestro se expandió a niveles nunca conocidos en el mundo. Es factible que desde hoy acentúen las emboscadas, los ataques dinamiteros y los asesinatos selectivos.

La tarea de la sociedad y del Estado será lograr la libertad de más de doscientos secuestrados que permanecen vivos y la entrega de los restos de más de mil asesinados o fallecidos enterrados en sitios de cuautiverio.

No ha cesado la horrible noche, pero si se hace más llevadera la vida de los colombianos sin semejante lastre que es el peligro de ser secuestrados por las Farc. 

 

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