Diálogo de Cristo Crucificado con don “corrupto”

Es lógico que con todos los hechos de corrupción sucedidos en los dos primeros meses del 2016, debemos hacer un acto de reflexión, preguntándonos hacia dónde va nuestro país.

El viernes santo hacia las 3pm, cuando los templos se encontraban atiborrados de fieles visitando el monumento de Cristo Crucificado, sorpresivamente emergió entre las multitudes un personaje polifacético, que al abrirse paso entre las multitudes llevaba implícito en la mano derecha la bandera de la paz, y en la mano izquierda la de la corrupción.

Pero también a medida que caminaba arrastraba un trineo de finísimos valores que al ser observado por los allí presentes, lo identificaron claramente con el nombre de: isagen, reficar, interbolsa, represa del quimbo y el látigo de la opresión para someter a los trabajadores del salario mínimo y así evitar que sigan protestando y promoviendo huelgas.

Antes que llegara este personaje al monumento de Cristo Crucificado, se encontraban allí postrados en señal de arrepentimiento los negociadores por parte  de las Farc: Timochenko, sus jefes supremos; Iván Márquez, Rodrigo Granda y Joaquín Gómez, quienes con los brazos abiertos y con la mirada puesta en la imagen Cristo Crucificado, le pedían perdón por todas las faltas cometidas  en su lucha por más de  cincuenta años, según ellos, por la reivindicación del pueblo Colombiano.

Una vez postrados al pie de Cristo Crucificado, surgió la idea de Timochenko de llevar la palabra en nombre de todos:

Timochenko: Cristo Crucificado henos aquí rendidos a vuestros pies, para expiar nuestras culpas y te prometemos que de lograrse el acuerdo de paz con Juanpa, no volveremos a extraviarnos por los caminos de la ilegalidad y la subversión.

Cristo Crucificado: no me creas tan imbécil Timochenko, tú desde en vida estás mas que condenado, junto con toda esta caterva de hampones que te rodean, solamente se salvarán los guerrilleros que tenéis abusivamente secuestrados, y los niños que hacen parte de vuestro botín de guerra. No me digas que te perdone Timochenko, puesto que tu historial delictivo junto con tus diferentes frentes guerrilleros, es tan tenebrosa, que hasta Satanás en reunión con el Padre Celestial, para analizar todas tus fechorías, no resistió y salió llorando, al ver todas las infamias que has cometido con los campesinos, mujeres que han sido violadas y familias enteras desplazadas, cuando no asesinadas.

Timochencko: pero me han dicho, Cristo Crucificado, que tú eres todo amor y dulzura y que perdonas cuando el pecador viene arrepentido a postrarse a tus pies.

Cristo Crucificado: no seas ingenuo Timochenko, soy todo dulzura y fácil de perdonar, pero jamás soy pendejo, para absolver a un delincuente y asesino como tú, que lo único que mereces es estar colgado de las turmas en las parrillas eternas y los demonios echándote candela hasta por el trasero. Te pido el favor que te retires de mi presencia, el solo hecho de tenerte a mi lado, va a prologar mi agonía, lárgate por favor

Timochenko: me habían dicho que contigo todo se podía, pero veo que no es así.

Cristo Crucificado: te equivocas, ya sabes que estás más que condenado y no tendrás ninguna consideración de mi parte. Con todos los crímenes que has cometido, no tienes derecho a vivir más, todos los frentes guerrilleros que conformaste con “Tirofijo”, que ya lo tengo a buen recaudo en los profundos infiernos, han sido el terror de mi amada Colombia, país de gente buena, honesta y trabajadora, pero asediados por una terrible plaga desde hace más de cincuenta años llamada Farc.

Cristo Crucificado: veo que aquí se encuentra entre ustedes el personaje polifacético de Juanpa, que viene negociando el acuerdo de paz. Quiero escucharlo.

Jaunpa: soy Juan Manuel Santos, Cristo Crucificado, estoy en el segundo periodo presidencial que irá hasta el siete de agosto del 2018, lo gané en franca lid con mi contendor Oscar Iván Zuluaga, reconozco que es hombre de buenos principios y un poco ingenuo, por eso aproveché para ganarle, montándole el teatro de los delitos informáticos.

Cristo Crucificado: no me digas mentiras Juanpa, me han dicho que tú eres el demonio de Colombia en persona del presidente de la república; la primera elección la ganaste por el presidente de la época Álvaro Uribe Vélez, a quién traicionaste miserablemente; el segundo período lo ganaste a punta de corrupción, contratos y mermelada. La corrupción en tu gobierno es de tal magnitud, que tus gobernados se encuentran desesperados y no resisten más tus sandeces.

Juanpa: como soy pecador Cristo Crucificado, heme postrado a tus pies pidiéndote clemencia, para que me ayudes a negociar el acuerdo de paz, con la guerrilla de las Farc.

Cristo Crucificado: no seas ingenuo Juanpa, tú ya negociaste tu país con esa chusma de delincuentes y lo más grave a espaldas de tus gobernados, les estás dando una serie de concesiones que no se compadecen con la estructura del Estado de Derecho, que a costa de sacrifico construyeron tus antecesores. Al paso que vas Juanpa, vas a hacerle compañía a los guerrilleros de las Farc, en las parrillas eternas, todo por traidor y vendepatrias.

Juanpa: Padre Eterno perdóname, pero es que soy un ser humano y puedo equivocarme, he cometido errores, pero estoy dispuesto a corregirlos, si es que me perdonas en este día en que una vez más entregas tu alma a Dios.

Cristo Crucificado: si corrigen todas tus fallas te perdonaría, pero no te garantizo que cuando mueras vayas al reino celestial, puesto que tu vida pública ha sido un continuo vendaval de desaciertos: como presidente, ministro de Hacienda y como ministro de Defensa, cometiste tantos abusos que aún esos procesos por ser quien sois, duermen el sueño de los justos.

Juanpa: te prometo Cristo Crucificado, que en los poco más de dos años y medio que me faltan de gobierno, enmendaré todos mis errores, y si el proceso de paz sale bien, te ofreceré todos mis sacrificios, para ver si me dan el premio nobel de paz.

Cristo Crucificado: no seas tonto Juanpa, ni te hagas esas ilusiones, la paz en la forma en que la llevas, lograrás firmarla, mas no sostenerla. Bien sabes que don corrupto es el personaje al cual le rinden sumisión y obediencia todos los afectos de tu gobierno, es tal la corrupción en tu administración, que ya no vale la pena, ni siquiera mirarte más, lárgate también de mi presencia.

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