Doctor Juan Manuel Santos Calderón: como nunca antes.

Doctor Juan Manuel Santos Calderón: como nunca antes.

Le ruego disculparme por hacer mía su frase.

No pude evitarlo.

Es tan directa, tan clara, tan contundente.

Es insuperable.

Es histórica, como dirán sus biógrafos.

Dibuja, su feliz frase, a Colombia.

Insegura.

Peligrosa.

Paupérrima.

Ignorante.

Como nunca antes, doctor Juan Manuel.

No sé si a Usted lo obliga o le permite, el cinismo que maneja.

No sé si Usted es cínico por mentiroso o mentiroso por cínico.

Permítame, por favor, decirle algo que sé, sonará a gloria en sus oidos.

Gracias a la práctica constante.

Al cuidado milimétrico de cifras, verbos y adjetivos.

Está Usted estableciendo un récord.

Frente a unos aparatos de televisión y de radio, que transportarán su egregia imagen y su burlón tono de voz, Usted miente y miente y miente.

Es falso lo que dice por la mañana.

Es falso lo que dice al mediodía, tratando de que no suene falso lo que dijo en la mañana.

Y, por la noche, recoge todas las mentiras y nos las avienta vía debate.

Por fortuna los zarpazos a mansalva y los cara a cara, son mentiras.

Y Colombia lo sabe.

Como nunca antes.

Claro que sabemos que tiene entre manos, entre garras, su más elaborada mentira.

Hacernos creer que la entrega de Colombia a terroristas, asesinos, secuestradores, narcotraficantes, es peldaño regio de la escalinata reeleccionista.

Clara, por seguirlo a Usted, doctor Juan Manuel, como nunca antes, también engañó.

Tambien, histérica, mintió.

Sólo faltaba un brindis.

La distinguida dama, doña Piedad Córdoba Ruiz, según noticias de últimos minutos, logró que Gabino y Correa, el pre del Ecuador, les dieran oidos a sus palabras de paz, como nunca antes, doctor Santos Calderón.

Ahí se va cuadrando el rompecabezas, doctor Juan Manuel.

Faltan, para completar el retrato glorioso de su onírico y venidero mandato, los ladrones de celulares, los dueños de las ollas y los vendedores de lo que hay en las ollas.

Es una fotografia extraña.

De doble faz.

Como usted, doctor Juan Manuel.

Por un lado, lo que prometio hacer y no hizo.

Por el otro, lo que tampoco va a hacer, pero está prometiendolo.

Como antes doctor Juan Manuel. ¿Por arte de qué magia, de qué alquimia, de qué sistema, de qué, de quién mermelada un individuo que ha demostrado merecer el 80 % de repudio amenaza obtener más votos que su único oponente, el doctor Óscar Iván Zuluaga?

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