El chantaje electoral con la “guerra”

“Si cedemos al odio, la desesperación y la violencia nos rebajaremos al nivel de los opresores que usan la intimidación, la coerción y la fuerza”. Pedro Antonio.

En esta contienda electoral hemos visto una colección de traiciones impulsadas por el viento de las encuestas, supuestamente justificadas por el falso dogma de que la política es “dinámica”, en vez de ser la manifestación de la coherencia. Incluso hemos visto a traicionados que regresan en busca del sombrío de quienes los dejaron tirados hacía semanas. Qué decepción que la necesidad de votos termine pisoteando la dignidad.

Pero lo más lamentable ha sido el uso de la coerción, de meterles miedo a los electores con el falso dilema de escoger entre la “guerra” y una “falsa paz”, disfrazada de reconciliación y espíritu de bondad.

Parece que muchos olvidaron la anterior campaña presidencial, cuando quien quería repetir estaba perdiendo la contienda y a falta de resultados y de ideas convincentes, recurrió al chantaje, imponiendo una falsa disyuntiva en los ciudadanos de si lo que querían era la “paz” o la “guerra”. ¿Ya olvidaron la propaganda de televisión en la que el ahora presidente le decía a una madre que si ella era capaz de mandar a su hijo a la guerra a matarse? Semejante extorsión salía de quien unos meses antes paraba un desfile militar para saludar a su hijo a quien sin ningún mérito pusieron en primera fila de la formación, irrespetando la jerarquía de los demás oficiales. Qué tan raro que cuando la pareja presidencial mandó a su hijo a prestar servicio militar, en condiciones especiales eso sí, eso no fue un filicidio, pero unos meses después condenaba a una madre por lo mismo que él había hecho.

Pues el mismo método detestable están usando algunos que están viendo perdidos a sus candidatos, y en vez de buscar mejores argumentos, están recurriendo a la patética fórmula de chantajear a los electores diciéndoles que si votan por ciertos candidatos, están optando por la “guerra” y no por una paz, que según ellos es inevitable, no tiene reversa y que sería una locura no aceptar, no importa que el costo de tal arrodillamiento sea muchas veces peor que lo que hemos sufrido hasta ahora.

¡No se dejen chantajear! El matoneo electoral que se ha visto las últimas semanas con esta fórmula propia de perdedores desesperados es una infamia.

¡No se dejen engañar! La guerra no es el camino de quienes se oponen a un putrefacto proceso de apaciguamiento. La guerra no la hacen los colombianos que trabajan, estudian y cumplen la ley. La guerra la han hecho, hacen y seguirán haciendo las bandas de narcoterroristas, violadores y secuestradores que ahora se van a convertir en senadores y actores políticos, con el país por cárcel.

Revisen las propuestas y escojan a quienes mejor representen los valores que les enseñaron en sus casas y lo que Colombia y su municipio necesita, así sea doloroso y no represente un beneficio personal para ustedes, pero no se dejen engañar por los que quieren extorsionarlos con una falsa escogencia entre guerra y paz.

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