El duro pronunciamiento del Embajador de Estados Unidos sobre la extradición

En un encuentro con la Rama Judicial y ad portas de que se defina el caso Santrich, Kevin Whitaker recordó la presión que Pablo Escobar ejercía para evitar ser enviado a Estados Unidos. Agregó que es lógico que una persona que se siente amenazada ataque a ese mecanismo.

La extradición volvió a ser protagonista en Colombia. Quizás desde las peores épocas del narcotráfico no se veía un debate tan álgido en torno a esta figura. Hay una doble razón: por un lado, Andrés Felipe Arias y por el otro Jesús Santrich. Este viernes, el Departamento de Estado de Estados Unidos dio luz verde a la extradición del exministro de Agricultura a Colombia, una petición que lleva un lustro impulsando la Corte Suprema de Justicia colombiana.
Pero la noticia no vino sola y estuvo precedida por una declaración que hizo el pasado miércoles el embajador de Estados Unidos, Kevin Whitaker y que ha pasado desapercibida en la opinión pública.

Sin muchos reflectores, el representante diplomático asistió al lanzamiento de un proyecto de cooperación judicial entre la Rama Judicial y el Departamento de Estado. Frente a la cúpula de la justicia, incluyendo la presidenta de la JEP, Patricia Linares, Whitaker le recordó al país que "la extradición es uno de los implementos más fuertes que tenemos con la justicia colombiana". Por ende es tarea de, "los que estamos en las fibras de la relación bilateral judicial, asegurar de que su implementación se mantenga", dijo.

Sin referirse de manera específica al caso Santrich, señaló: "Ahora igual que en el pasado se está atacando la extradición. Es entendible que una persona que se siente amenazada por la justicia colombiana o la justicia de Estados Unidos ataque la extradición, argumentando que es un montaje o critique la calidad de la evidencia que proporcionamos basado en el tratado. Eso es de esperar. Ellos van a pensar en todas las actividades que pueden para evitar la extradición", aseguró el diplomático.

Las declaraciones hasta ahora no habían trascendido más allá de los asistentes, que comentaron las cortas pero contundentes palabras del embajador. En especial porque la JEP, la Corte Suprema de Justicia y el presidente Iván Duque tienen que definir en las próximas semanas la solicitud de extradición al jefe guerrillero Jesús Santrich.

El excomandante de las Farc es señalado de presuntos vínculos con el cartel de Sinaloa y de haber enviado 10 kilos de cocaína a ese país. Desde abril pasado que la Fiscalía puso en marcha la captura con fines de extradición del exjefe guerrillero.

Él, como sus más cercanos compañeros de las extintas Farc, han dicho que se trata de un "burdo montaje judicial de la DEA y la Fiscalía". El Paisa, Romaña e Iván Márquez lanzaron esa acusación en una carta en diciembre pasado. Pero no son los únicos. En general, los intengrantes del partido político han exigido la liberación de Jesús Santrich argumentando que todo se trata de un sabotaje del presidente y el fiscal Néstor Humberto Martínez para "hacer trizas" el acuerdo de paz.

En los cinco minutos de intervención, Whitaker les recordó a los representantes de la justicia colombiana lo que vivió el país por cuenta de las atrocidades de Pablo Escobar y de las acciones criminales que inició el capo para evitar a toda costa la extradición. Se refirió, por ejemplo, a los señalamientos de corrupción contra el exministro Rodrigo Lara Bonilla y luego a su asesinato. "Lo que buscaba Pablo Escobar, como saben ustedes los colombianos, era evitar la extradición ", dijo.

Basado en este argumento, Whitaker rechazó los reclamos que ha escuchado frente a la justicia de su país por no judicializar a los hombres pedidos en extradición de manera integral. En Colombia muchas voces han manifestados su temor de que, como ocurrió con los máximos jefes paramilitares, que sólo se les procese por narcotráfico y no por los crímenes que cometieron en el país. Es decir, que no rindan cuentas por las decenas de víctimas que dejaron siendo miembro de uno de los actores en conflicto.

"Otros dicen que sí habrá extradición pero después lo de las víctimas. Para mí ese es un argumento falso. Lo digo por dos razones. Primero, nosotros hemos construido varias salas de videoconferencias para poder atender a las víctimas en Colombia por los procesados por la justicia norteamericana en Estados Unidos. Desde 2008 ha habido Más de 3.000 audiencias de esta índole. Por eso digo que el argumento de que no se puede hacer las dos cosas a la vez, yo lo rechazo. Eso está ocurriendo", dijo.

En ese sentido, Whitaker se refirió a las víctimas y aseguró que "lo más importante para ellos es la justicia". En este caso de las extradiciones, "es una condena en la justicia norteamericana hecha a través de una expresión bien formada como ocurre con el tratado que hemos firmado", sentenció antes de asegurar que "estaba pensando en eso porque en la Escuela Judicial Rodrigo Lara Bonilla tiene una historia que debemos recordar y respetar".

La solicitud que desde hace meses elevó su país a Colombia para que responda el pedido de extradición contra Jesús Santrich sigue en veremos. A pesar que la intervención de la Jurisdicción Especial de Paz se restringe a determinar si los hechos que le endilgan al exguerrillero son posteriores a la fecha de terminación del conflicto, al final el debate ha sido más complejo. Antes de que acabara el 2018, la Sección de Revisión de la JEP decidió pedirle pruebas a Estados Unidos sobre los hechos con el fin de “evaluar la conducta atribuida para determinar la fecha precisa de su realización y decidir el procedimiento apropiado”.

Así las cosas, la JEP en octubre ordenó "tener como pruebas, entre otras, los audios de interceptación de comunicaciones recaudados en las investigaciones realizadas en contra del señor Marlon Marín Marín", sino que a través de la Cancillería también reclamó -de manera inédita- a Estados Unidos "las evidencias que soportan el pedido de extradición". Pero acceder a todo el material probatorio que tiene Estados Unidos contra Santrich ha sido imposible a pesar que el material es clave para determinar si procede o no entregar al ex guerrillero a la justicia de ese país. Los elementos solicitados no llegaron.

El pasado 28 de enero que venció el plazo que había establecido la JEP para recibir el material probatorio de ese país, se supo que las pruebas no llegaron a Bogotá porque la carta nunca llegó a Washington sino que se quedó en Panamá. Es decir, Estados Unidos nunca fue notificado formalmente de la solicitud y por eso el nuevo tribunal decidió otorgar un prórroga de 20 días. Habrá que ver con el significado que tiene la extradición para ese país que tan abiertos está de dejar a la vista las pruebas que tienen en su contra.

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