El ejemplo de Petkoff

El creador del periódico Tal Cual es un símbolo admirable de la lucha del periodismo independiente.

Teodoro Petkoff persiste y, como dice, no se “achicopala”. Y es que buena parte de sus 83 años los ha dedicado a curtir el pellejo, a dominar la técnica de nadar contra la corriente, cuando esta es de las que arrastran las libertades y derechos fundamentales e inalienables.

Esa valentía, pero también la tenacidad, el talento y el tino que ha demostrado con creces en los quince años que tiene de vida su periódico, Tal Cual, fueron tomados en cuenta por el diario El País de España para entregarle esta semana el prestigioso premio Ortega y Gasset. Un galardón más que merecido.

Decisión en la que mucho tuvo que ver su corajuda postura de resistirse a ser parte del comité de aplausos de la Revolución Bolivariana, razón por la que Tal Cual ha estado siempre en la mira del Gobierno venezolano, que ha intentado silenciarlo de diversas maneras: desde las conocidas restricciones para acceder al papel y las presiones sobre los anunciantes hasta acciones legales, como la demanda por supuesta difamación que en su contra entabló el presidente de la Asamblea Nacional, y considerado número dos del chavismo, Diosdado Cabello. Ese fue el motivo que le impidió viajar a Madrid a la ceremonia de entrega. Podía haber pedido permiso, pero no lo hizo, y la explicación es testimonio de su coherencia: “Sería como legitimar la conculcación de mi derecho al libre tránsito que se me ha impuesto”.

Así que, si hubiese que escoger un símbolo de la lucha del periodismo independiente –también ha lanzado numerosos dardos a la oposición– contra un régimen que le cerró todos los espacios a la prensa no oficialista, Petkoff bien podría encabezar la lista de candidatos.

En esa medida, es justo plantear que el premio de alguna manera alcanza a cobijar a todos aquellos colegas suyos que con estoicismo han resistido, conscientes de que su independencia, más que una cuestión de honor, es uno de los últimos pilares que le quedan a la hoy maltrecha democracia del país vecino.

Bienvenido, pues, este reconocimiento a alguien que hoy, no obstante las dificultades, puede andar por la vida con la frente en alto y la conciencia tranquila, lujo que muchos de sus contrincantes no se pueden dar.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar