El galimatías de la consulta anticorrupción

La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso, y aplicar después los remedios equivocados.

Groucho Marx (Genio norteamericano del humor 1890 – 1977)

No votaré la consulta anticorrupción y como soy una persona responsable explicaré por qué es un carísimo engaño populista. (Ver: Así quedaron las siete preguntas de la consulta anticorrupción) Si usted le pregunta a cualquier ciudadano si en Colombia hay corrupción, seguramente le dirá que sí, es obvio. Sin embargo, no tendrá la más remota idea de su estructura, cómo funciona, en qué sectores, cuáles son los problemas. Ni tampoco conocerá las fuentes para llegar a una credibilidad razonable de que entiende el asunto. Como no tiene esos elementos de juicio ¿cómo sabe si su acto de votar es un DECISIÓN responsable e informada para solucionar el problema? Lo que no ocurre cuando vota para presidente porque sabe por qué vota a favor o en contra de alguien; puede estar equivocado, pero se siente responsable de su equivocación o acierto; no se siente manipulado.

No sé si en la reunión de empalme entre Santos y Duque hablaron del tema de la corrupción, el mayor problema del país; lo que el gobierno saliente había hecho para combatirla; lo que quedaba por hacer. Como eso no trascendió me fui a la fuente: el Informe Anual de Trasparencia por Colombia 2017. Y comparé con otras fuentes y esfuerzos. Me di cuenta que luchar contra la corrupción requiere formación profesional; que no solamente bastan las leyes, sino que es un imperativo educar, gerenciar, formar, difundir: procedimientos, metodologías, información del éxito en diversos países, etc. Por eso de ese tema se ocupan ORGANIZACIONES que hacen investigación, informan y proponen; y ahora se pretende crear conciencia mediante una consulta que no informa ni resuelve el problema. Para ilustrar por qué la corrupción es un tema amplio y difícil, copio cómo enfoca el asunto Wikipedia:

1 Escalas de corrupción
1.1 Pequeña corrupción
1.2 Gran corrupción
1.3 Corrupción sistémica
2 Corrupción en diferentes sectores
2.1 Gobierno / sector público
2.1.1 Corrupción política
2.1.2 Corrupción de la policía
2.1.3 Corrupción judicial
2.2 Corrupción en el sistema educativo
2.3 Dentro de los sindicatos
2.4 Corrupción en la religión
2.5 Corrupción en la filosofía
2.6 Corrupción corporativa
2.7 Armas por efectivo
3 métodos
3.1 Soborno
3.2 Malversación, robo y fraude
3.3 injerto
3.4 Extorsión y chantaje
3.5 Tráfico de influencias
3.6 Redes
3.7 Abuso de discreción
3.8 Favoritismo, nepotismo y clientelismo
4 Corrupción y crecimiento económico
5 causas de la corrupción
5.1 Prevenir la corrupción
5.2 Mejorar la participación de la sociedad civil
6 programas anticorrupción
7 Turismo de corrupción
8 Corrupción legal
8.1 Ejemplos de corrupción legal
8.1.1 Prácticas corruptas extranjeras de países industrializados de la OCDE Estudio de 1994
8.1.2 Corrupción legal «específica»: exclusivamente contra países extranjeros
8.2 Un caso de corrupción en Siemens
9 Respuestas históricas en pensamiento filosófico y religioso

Teniendo en cuenta el escenario anterior quise comprobar si era cierta la noticia “En Colombia hay cada vez más corrupción, dice ranking de Transparencia Internacional” me fui a las fuentes estadísticas reveladas en “Colombia corruption Rank” y encontré que la percepción de la corrupción era, en el 2010, de 78; en el 2011, 80; saltó a 94 en el 2012, se mantuvo hasta el 2014; bajó en el 2015 a 83; volvió a subir a 90 en el 2016 y estaba en 96 en el 2017. ES DECIR, LA CORRUPCIÓN EN EL GOBIERNO SANTOS SUBIÓ DE 78 A 96. Voy entonces a GAN BUSINESS ANTICORRUPTION PORTAL, leo COLOMBIA CORRUPTION REPORT y encuentra los detalles de corrupción en las siguientes actividades y sectores: sistema judicial, sociedad civil, policía, servicios públicos, administración de propiedades y terrenos, administración de impuestos, aduanas, contratación pública, recursos naturales, legislación, medicamentos y servicios sociales, ETC. Por su parte los participante en el foro de la Universidad Externado “Piden menos leyes y más efectividad en la lucha contra la corrupción.” (El Tiempo, 08.14.18) Hasta aquí los hechos registrados que dejan en evidencia el gran vacío de comprensión que existe sobre la corrupción en nuestro país. Ahora viene el galimatías moral, judicial y legislativo sobre la consulta. Juzgue usted.

En entrevista de Angélica Lozano con María Isabel Rueda (A estas alturas, ¿qué futuro tiene la consulta anticorrupción?) leemos:

“Con la mano en el corazón: bajarles el sueldo a los congresistas puede ser popular, pero ¿usted realmente cree que va a acabar con la corrupción?

“Es un punto de equidad. Nos pagan 40,9 salarios mínimos, y el 52 por ciento de los colombianos ganan menos de un mínimo. En cambio, en Holanda, un congresista gana 6.000 euros, y el salario mínimo es de 1.500. Una diferencia de cuatro o cinco veces. Se trata de disminuir la brecha.

“¿Y propondrán lo mismo para los magistrados de las altas cortes, que ganan lo mismo?

“Sí, porque no se les puede bajar a unos y no a los otros. Eso no soluciona la desigualdad, pero hay que aterrizar del curubito a los servidores públicos.” Llego entonces a las siguientes conclusiones:

1. Lozano no responde la pregunta de María Isabel Rueda y, para disimular la evasiva, compara un congresista colombiano con un holandés, pertenecientes a sistemas socioeconómicos diferentes, para establecer un punto de equidad que ella llama disminuir la brecha. Es como comparar peras con manzanas, por lo que es una falacia comparativa ya que el propósito, ‘disminuir la brecha’, no resuelve el problema de corrupción. Además, en lógica, la brecha se angosta bajando sueldos de arriba y subiendo los de abajo. Eso sería lo justo. Pero desde luego los senadores quieren hacer méritos con los empresarios (no subir los sueldos de los empleados) para no tocar sus intereses. Tenemos entonces que el propósito real de esa pregunta no es resolver el problema, sino castigar: ‘bajar del curubito a los servidores públicos.’

2. Ella habla de ‘servidores públicos.’ El estado colombiano tiene 1.2 millones de empleados; pero el sablazo del sueldo se lo van a dar a: magistrados de las diferentes cortes, consejeros de estado, miembros del CNE, o del Consejo Superior de la Judicatura, ministros, procurador, defensor, contralor, fiscal general, registrador, director del departamento administrativo, gobernadores y alcaldes, comandante de las FF AA, Director de la Policía. (Ver Art. 197 de la constitución y su modificación) Aquí vemos, claramente, una ‘justicia’ selectiva.

¿Cuáles serían las consecuencias de lo anterior? Sencillamente ‘Rebelión en la granja’ que se trasmitiría al presidente Duque, quien apoya la consulta, y no sería tocado según el Art. 197. Sin embargo, la autora de este bonche no lo enfrentará porque Claudia López se fue a descansar a una finca de la sabana de Bogotá para trabajar en su doctorado. Tendríamos entonces a la cúpula del gobierno con un cierto malestar peligroso lo que constituye un inteligente saboteo mamerto de la democracia. Porque las siguientes preguntas éticas surgirían con el escenario anterior:

1. En relación con la equidad ¿Juzgamos a los funcionarios públicos con demasiada dureza por sus supuestas fechorías privadas o públicas en comparación con lo que hacemos con personas del sector privado? ¿Por qué lo pregunto? La pregunta 6 supone que los miles de ciudadanos de elección popular son corruptos, pues se les exigen muchas pruebas que no se requieren en el sector privado en donde también hay corruptos. Aquí hay una clara violación de derechos. ¿Qué significa ‘el escrutinio de la ciudanía’? ¿Cualquiera? Esta sería una absoluta desfachatez moral.

2. La pregunta 4 supone que la ciudadanía debe saber de presupuesto, desglose, priorización en relación con un escenario mayor, inversión. ¿En dónde queda la división del trabajo para mayor eficiencia de las decisiones? ¿Para qué son los especialistas?

3. Pero… ¿Pero, por el contrario, los juzgamos con dureza suficiente cuando se trata de sus deberes, cuando ya están en el cargo? No. Porque ya ha surgido la camaradería cómplice.

4. ¿Debemos juzgar a nuestros líderes, de manera integral, tanto por sus éxitos personales y privados? ¿Tienen derecho a la privacidad?

5. ¿Cuánto de eso podemos perdonar?

6. ¿Qué lecciones podemos aprender para nuestras propias vidas sobre los fracasos privados de personajes públicos?

Y sigue el galimatías. En la W Camila Zuluaga y en una columna de Juan Pablo Calvás (¿Fuego amigo?) plantearon la obligación pragmática de votar la consulta porque ya no había forma de echarla para atrás al igual que su oneroso gasto. Considero como ciudadano, que con demasiada frecuencia tendemos a considerar el acto de votar como la única responsabilidad que tenemos. También tenemos la responsabilidad, primero, de familiarizarnos con los candidatos y su posición sobre los problemas; en este caso conocer en profundidad cada uno de los temas así como las consecuencias mismas que ellos implican. Y, después de ese voto, tenemos la responsabilidad de que los senadores cumplan con sus deberes. Si no lo hacen, seguiremos siendo responsables de buscar un recurso adecuado, a través de reclamos (tanto directos como a través de los medios), manifestaciones no violentas y acciones legales, que incluyen (en caso extremo) iniciación de juicio político o revocación. Simplemente votar no es suficiente. ¿Estamos dispuestos a asumir la responsabilidad radical de ese voto?

Por otra parte, la lucha contra la corrupción implica una educación fundamental sobre leyes, dilemas éticos, etc. que nos permita tomar decisiones correctas en situaciones para las que no estamos preparados. Tal es el caso de la consulta. Pero veamos algunos ejemplos de la vida diaria que es el campo de entrenamiento de la ética que nos sensibiliza para responsabilidades mayores en el campo de la política.

1. ¿Deberían los miembros más ricos de la sociedad verse obligados a pagar más a través de los impuestos, para sostener a los miembros más pobres? Si es así, ¿cuánto y por qué?

2. Un hombre rico y un hombre pobre cometen el mismo crimen o delito. El hombre rico recibe una multa grande y se le da la casa por cárcel, mientras que el pobre es enviado a la cárcel. ¿Es justo?

3. Usted está de compras y observa a una mujer metiendo un par de medias en su cartera ¿La denunciaría? ¿Por qué sí, o no?

4. Usted se encuentra en la calle la billetera de Luis Carlos Sarmiento Angulo con cinco millones de pesos en efectivo. Usted está pasando problemas económicos. ¿Le devolvería el dinero?

5. Son las 3 a.m. y después de una jornada dura de trabajo, ansía llegar a su casa. Cuando llega al semáforo se da cuenta que no hay cámara ni nadie cerca. ¿Se vuela el semáforo en rojo?

6. Si usted pudiera salvar solamente a uno de los siguientes, ¿quién o qué escogería?

a) Un niño o un adulto;
b) Un extraño o su perro;
c) Hitler o Lassie;
d) Su cónyuge o un Premio Nobel;
e) Un perro o una comadreja;
f) Toda su familia o toda la especie canina;
h) Una botella con la cura para el cáncer o su hermano que acaba de darle uno de sus riñones.

Elija cualquiera de las 6 preguntas anteriores e intente considerar por qué alguien podría responderla de manera diferente a la suya. ¿Rechazaría la respuesta, la toleraría, aceptaría o comprendería? ¿Sabe cuál es la diferencia entre rechazar, tolerar, aceptar y comprender? ¿Puede ofrecer razones de sus puntos de vista? ¿Alguno de esos motivos es persuasivo? El anterior es un pequeño examen de discernimiento ético. ¿Cree usted que los votantes de esa consulta lo tienen? Y si no lo tienen ¿qué? ¿Considera usted que el ‘debate’ que se da en los medios ha enfocado este asunto de manera pedagógica?

Ahora bien, un dilema ético, se produce cuando una persona se encuentra forzada a elegir entre alternativas que, de alguna forma, puede provocar una falta moral. Por lo general este tipo de dilemas están vinculados al rechazo, tolerancia, aceptación, o comprensión de un medio cuestionable desde el punto de vista ético con un fin altruista o benévolo en mente.

En el caso de la consulta tenemos un fin o esfuerzo altruista (combatir la corrupción) mediante un medio ineficiente (consulta a un alto costo.); entonces se arma la discusión alrededor de muchos asuntos que nada tienen que ver con el dilema. Claudia López y Angélica Lozano lo saben y miran para el otro lado. ¿Qué es eso? Juzgue usted. Groucho Marx tenía la razón.

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