El negocio de la guerra

Desde hace un poco más de medio siglo Colombia viene sufriendo una guerra interna que le ha costado miles de muertos, además de sufrir dramáticas y terribles situaciones financieras pues una buena parte del patrimonio nacional se ha tenido que gastar

Desde hace un poco más de medio siglo Colombia viene sufriendo una guerra interna que le ha costado miles de muertos, además de sufrir dramáticas y terribles situaciones financieras pues una buena parte del patrimonio nacional se ha tenido que gastar en la defensa militar contra los guerrilleros. Si todo ese dinero se hubiera “invertido” en educación, Colombia sería el país más próspero y con una felicidad desbordada para toda su población. Detrás de lo anterior es necesario que nos preguntemos quiénes fabrican y venden las armas a los guerrilleros. Al respecto es necesario que la sabia directora de nuestras relaciones internacionales se pregunte e investigue cómo grandes y poderosas naciones venden armas en forma legal y permitida a ciertos países, los cuales inmediatamente las venden en forma disimulada a guerrilleros de las Farc y del Eln, grupos que necesitan el negocio del narcotráfico y las extorsiones a miles de secuestrados.

En este momento algunos medios de comunicación internacionales están hablando del caso de Alemania, país que vende sofisticadas armas de guerra como aviones y tanques a países que no los usan ni los necesitan pero que sí los venden a belicosos grupos de otros países. Igual cosa ocurre en el caso de fusiles y ametralladoras más un amplio suministro de balas.

Todos estamos convencidos que los últimos gobiernos de Colombia no han tratado con fuerza y altura el grave y sucio negocio de vender armas a países que luego, en forma muy discreta, terminan haciendo operaciones de negocios que vienen a dotar de armas bélicas a grupos irregulares como la Farc y el Eln.

Personalmente esperaría que el presidente de la República y su ministra de relaciones exteriores deberían estar planteando seriamente esas sucias artimañas ante organismos como la Onu y la Oea y también a las más altas cortes de justicia internacional. Ante el mundo entero, Colombia debería poner de presente que nuestros guerrilleros han amasado inmensas fortunas con el sucio narcotráfico y con el imperdonable secuestro extorsivo.

El delicado tema que estoy tratando también lo he comentado con algunas personas quienes me han manifestado el interés de hacer público este delicado tema. Los cambios que se necesitan en las políticas mundiales requieren que se haga público mundialmente el sucio trato de vender peligrosas armas a países cuyo único interés es venderlas inmediatamente en forma subrepticia.

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