El Niño y La Niña

En las páginas de Internet del Noaa Climate Prediction Center 11 February 2016, centro de predicción del clima de los Estados Unidos, en la segunda semana de cada mes se publica un informe de tan autorizada entidad. Este informe está enfocado, en especial, a los fenómenos actuales de El Niño y de La Niña, porque a ellos también los afectan estos.

De dichos pronósticos extractamos lo siguiente: Todas las variables atmosféricas y de temperaturas del océano Pacífico continúan soportando la continuidad de El Niño en 2016, incluyendo el debilitamiento tanto de los vientos que soplan sobre nuestro continente como los excesos de lluvia en la zona este-central del Pacífico tropical, Perú y Ecuador.

El consenso de sus modelos de predicción indica un debilitamiento de El Niño en los meses venideros. Prevén que el tiempo será neutral en los meses de mayo, junio y julio, esto es, la probabilidad de día lluvioso o de día seco coincidirán en un modesto 30 por ciento. Así continuará hasta los meses de septiembre, octubre y noviembre, cuando La Niña y sus precipitaciones comenzarán a presentarse con un 50 por ciento de probabilidad, hasta ahora.

Al observar los mapas de la Noaa del 11 de febrero pasado, me preocupó que las grandes manchas rojas, señal de calentamiento del océano Pacífico, estaban localizadas entre el norte del Perú y el norte de Panamá, esto es, frente a las costas de Ecuador y de Colombia.

La experiencia histórica, advierte el Noaa, nos enseña que los meses más secos de El Niño se presentan entre diciembre y febrero. La duración de los Niños oscila entre 9 y 12 meses, ocasionalmente se puede extender hasta dos años. La recurrencia de los Niños se presenta entre 2 hasta 7 años. Hasta aquí las publicación citada.

El autor de esta nota confiesa que aún no ha podido comprender las causas de la formación de El Niño y de La Niña. Entiendo que son fenómenos climáticos erráticos y cíclicos que se generan por calentamiento del océano pacífico oriental –Perú y Ecuador- cuyas aguas normalmente frías se calientan y les ocasionan intensas lluvias, al tiempo que en Colombia causan intensas sequías.

Hace algunos años se explicaban estos fenómenos por cambio de los patrones en la dirección de los vientos y por el debilitamiento en su intensidad. Hoy se oye decir que el Niño no lo causan las direcciones de los vientos, sino los cambios en la dirección de las corrientes marinas que durante este fenómeno viajan de este a oeste, de Suramérica hacia Filipinas. La Niña se conoce como la fase fría y más perdurable del fenómeno climático. Los vientos soplan al contrario, del oeste hacia el este y las corrientes marinas retornan a bordear y a enfriar las costas de Suramérica.

No olvidemos que entre las causas de la sequía en Colombia también figura el crecimiento exagerado de segmentos de su población con escasos recursos económicos, en un país también de modestos recursos económicos, incapaz de proteger el ambiente y recoger aguas para las sequías.

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