El pasado que añoramos – I –

…Ahora, cuesta abajo en mi rodada,/ las ilusiones pasadas, / ya no las puedo arrancar. / Sueño, con el pasado que añoro…”. Tango argentino.

Creo que los colombianos estamos como en esa canción. Cada día crece el desencanto con las políticas de Juampa y añoramos tiempos pasados, donde teníamos un Estado fuerte y definido, la austeridad reinaba, la economía crecía y había seguridad. Ahora, por donde miremos con objetividad, el desempeño de este gobierno da grima. La publicidad y ciertos medios son los amantes lujuriosos y pecaminosos del oficialismo, que quieren ocultarnos el camino hacia el castro-chavismo. Es manifiesta la manipulación de la opinión pública a través de la publicidad y los medios afines a la familia Santos.

Hago una somera síntesis de los grandes problemas que creo que sufrimos y que he leído u oído en la poca información independiente que se conoce y ello corroborado en las encuestas. El declive se aprecia en muchos frentes, empezando por la constante entrega del país a las exigencias de la subversión, datos que se aprecian en los comunicados emitidos desde la isla, donde la Farc con 7.000 hombres en armas creen que ganaron el conflicto frente a 45 millones de colombianos. Pocos delincuentes pueden hacer mucho daño. La inseguridad se ve por todos lados. La guerrilla habla de paz pero hace alarde de violencia, multiplica los ataques, perjudica al campesino y a los pueblos aislados, embiste contra la fuerza pública en todos lados. Causan con sus voladuras a los oleoductos tragedias ambientales a lo largo y ancho del país, a lo cual se suman las bacrim, el robo y el crimen generalizados en las ciudades. Mientras tanto, siguen las vacaciones de turistas sin remordimientos “por los más de 800 colombianos asesinados desde cuando empezaron las negociaciones.

El llamado Nuevo País cada día se parece más a los paraísos comunistas. La tal Cátedra de la Paz nace supuestamente para “abrir en los colegios un espacio para el aprendizaje, la reflexión y el diálogo sobre la cultura de la paz”. Las clases dirigidas desde el Estado han sido usadas en los paraísos marxistas para alienar con sus doctrinas a los jóvenes.

La economía en declive con desempleo alto, la producción industrial cae, los industriales se muestran pesimistas, crece la inflación. Por donde analice esta administración, los resultados no pueden ser más peligrosos y dolorosos. Las empresas grandes disminuyen sus ganancias, a la par que son castigadas con impuestos de toda índole, con lo cual el empleo seguirá disminuyendo. Medidas que ahuyentan las inversiones. Por ejemplo, Celsia, la más grande productora privada de energía de este país, informó que “en su balance del primer trimestre rebajó sus ganancias en 92 %, porque le tocó pagar el impuesto a la riqueza y el Cree. Argos, la inversionista más poderosa del antiguo sindicato paisa, informó que en el mismo lapso sus utilidades bajaron un 64 %. Para ver el vaivén negativo de la Bolsa de Valores, mire diariamente las flechas rojas que salen en la prensa en la sección de economía o en las pantallas que muestran los bancos en sus salas de espera. Rara vez salen verdes y cuando suben algo, es en sumas irrisorias.

Nota: en la próxima entrega me referiré a las incoherencias en la lucha contra las drogas, sobre la justicia y los presos políticos, el control a la libertad de opinión, el constante derroche oficial. Además comentarios ajenos sobre algunos pagos turbios y las amistades que se niegan.

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