El ministro de defensa de Venezuela, general Vladimir Padrino López, firmo una resolución el 27 de enero, en donde anuncia que a partir de la fecha queda a discreción de los efectivos militares encargados de garantizar el orden público, decidir cuándo utilizan armas de fuego, ante las protestas en las manifestaciones públicas; eso significa ni más ni menos que “la revolución se radicaliza” masacrando al hermano pueblo por las protestas legitimas y sagradas.
Las dictaduras marxistas leninistas son especializadas en reprimir mediante la violencia toda forma de descontento y, eso ha ocurrido atraves de la historia en diferentes lugares, recordando como la camarilla comunista china asesino a 3.000 personas en la plaza de Tiananmén el 4 de Junio de 1989, cuando la multitud exigía reformas al sistema totalitario, a eso hay que agregar que varios de los máximos criminales conocidos en todos los tiempos han sido dirigentes comunistas casos: Stalin, Lenin, Mao, Pol Pot, Kim il sung, Fidel Castro y el che Guevara.
Aunque la constitución Venezolana prohíbe expresamente, en el articulo 68 el uso de armas de fuego y sustancias toxicas en contra de manifestaciones pacificas, la actitud del régimen chavista con la resolución de marras, evidencia patéticamente la legalización de la pena de muerte, claro que eso no es nuevo, ya que en varias oportunidades en 16 años del gobierno del socialismo del siglo XXl, se han cometido verdaderos genocidios como el que ocurrió en el 2014, cuando los organismos de seguridad mataron a más de 50 personas por protestar.
Lo que ocurrió en el 2014 en Venezuela hubiera llevado a que se cayera el régimen, como ocurrió en Bolivia en el 2003 cuando el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada tuvo que renunciar, porque durante unas manifestaciones murieron 64 personas, pero como el gobierno de Nicolás Maduro se enmarca dentro de las llamada izquierda, a la cual se le tiene un respeto supersticioso, no se hicieron sentir con vehemencia las protestas de los sectores Demócratas en el continente y, por el contrario se monto una especie de comisión celestina de la que hacia parte Colombia, para mediar entre el gobierno y la oposición, la cual no produjo nada, por la posición energúmena y desafiante del régimen castrochavista.
Entonces con la resolución que produjo el gobierno de Maduro para usar armas de fuego, por parte de los esbirros del régimen, estamos ad portas de un gran genocidio permanente, en contra del pueblo Venezolano, de ahí que la visita que realizaron los expresidentes Pastrana de Colombia, Piñera de Chile y Calderón de México, es un campanazo de alerta, previendo como la dictadura, va camino de convertirse en una nueva versión de Pol Pot a la Venezolana.
Las fuerzas Democráticas deben de exigir la Libertad del disidente Venezolano Leopoldo López, como ya lo hizo la ONU, a la cual se le unió aunque tímidamente el gobierno Colombiano, porque la lucha del pueblo en la patria de Bolívar, es de vital importancia para erradicar el bodrio genocida y torturador del Marxismo que en nuestra región se expresa en el castrochavismo, ya que el comunismo totalitario ha sido responsable de las peores calamidades que ha sufrido la humanidad en los dos últimos siglos.
Así que el gran genocidio que prepara la dictadura de Maduro para domesticar a la población mediante la violencia, no es nuevo y, ha sido un común denominador en los regímenes comunistas de todos los pelambres, por ello hay que resaltar que la crisis económica, política y social es responsabilidad única y exclusiva del chavismo, quien fracaso en estos 16 años de gobierno y el único camino que le queda es la represión, pero la nación Venezolana sabrá acudir a sus reservas Libertarias y Democráticas, para emanciparse de la crueldad de un sistema oprobioso que es una fábrica de miseria y muerte.
