El terrorismo y la guía subversiva del decálogo de Lenin

La paz se convierte en la continuación de la guerra por otros medios. Vladimir Lenin

La prueba de la afirmación anterior la puede usted constatar de boca de Iván Márquez en el video que se muestra en “Cuando Iván Márquez confirmó que la paz es estrategia de Farc para https://laotracara.co/…/cuando-ivan-marquez-confirmo-que-la-paz-es-estrategia-de-far… 3 ene. 2018 – La grabación se hizo en un encuentro de subversivos, en donde Márquez deja claro sus propósitos. Las pruebas no mienten: Aquí el video de Iván Márquez confirmando que la paz era la estrategia de las Farc, para tomarse el poder e imponer el socialismo en Colombia.

¿Podrían el terrorismo o el decálogo de Lenin obtener los fines políticos de Iván Márquez? Esa sería la pregunta problema de este escrito. La respuesta a la pregunta sería no. ¿Por qué? Porque los terroristas y conspiradores parten de falsas suposiciones sobre el miedo que infunden y lo que es la sociedad. Miedo ante la muerte, lo desconocido y el comunismo lo sentimos todos los demócratas, valientes y cobardes. Los cobardes se amilanan y buscan excusas para no ver el peligro, los valientes luchamos. Los terroristas y conspiradores colombianos han pretendido imponer su actuación como actos de una guerra justificada, pero no lo son, son actos terroristas y de desestabilización. Pretenden también que su discurso contra la injustica logre sus objetivos. Pero no es así; ese discurso sirve para reclutar niños e ilusos, pero no para lograr el apoyo de la población pensante, y menos para ganar una guerra o tomarse un estado, pues soldado avisado no muere en guerra.

Pero ¿Qué es el Decálogo de Lenin? Muchos consideran apócrifa la autoría del escrito. Puede ser cierto. Pero la mente diabólica que lo ideó tiene presencia en diferentes generaciones y países como la ‘metodología subversiva’ por excelencia. Pudo haberse inspirado en la estrategia de “Los Protocolos de los Sabios de Sion” del año 1903, cuya versión resumida sería la de 1913, antes de la Revolución de Octubre. Pero la relevancia de ese texto ‘apócrifo’ es interesante en estos días de encuestas cocinadas, ataques contra Uribe y otras malas hierbas, porque denota una mentalidad malévola que opera en muchos países y épocas. Hoy esa ‘mentalidad’ se la atribuyen a publicistas, estrategas políticos de mala calaña, terroristas, comunistas, etc., pero si no me equivoco tiene un origen que los trasciende a todos. La semejanza de lo que vivimos en Colombia es sorprendente por lo que sobre ese ‘decálogo’, o guía subversiva, pongo mis comentarios en paréntesis.

1. Corrompa a la juventud y dele libertad sexual. (Aquí se corrompe a los jóvenes con drogas, malos gustos en la moda y la música, desobediencia, etc.; y a los adultos con mermelada y contubernios indecorosos. Eso crea desvaloración social, un caldo de cultivo para muchos tipos de subversión y criminalidad.)
2. Infiltre y después controle todos los medios de comunicación de masas. (¿No notamos el izquierdismo en esos escenarios? Ahora dizque se piensa neutralizar esa situación con clases de historia.)
3. Divida a la población en grupos antagónicos, incitando las discusiones sobre asuntos sociales. (Hoy se le llama polarización. Otros lo consideran ‘democracia’, pero el resultado es violento. Esto ocurre porque en los colegios no se enseñan las reglas del debate parlamentario de altura: respeto por la palabra del otro y su persona; argumentos con ideas fundamentadas, probadas, etc.)
4. Destruya la confianza del pueblo en sus líderes. (Lo estamos viendo con el ataque difamatorio contra Uribe.)
5. Hable siempre sobre Democracia y Estado de Derecho; pero, en cuanto se presente la oportunidad, asuma el poder sin ningún escrúpulo. (Es lo que está detrás del robo del plebiscito y todos los malabares con el ‘fast track’ y otros trucos legales para favorecer a las Farc quienes aspiran a tomarse el poder por cualquier vía.)
6. Colabore con el vaciamiento de los dineros públicos; desacredite la imagen del país, especialmente en el exterior y provoque el pánico y el desasosiego en la población por medio de la inflación. (Venezuela, corrupción en Colombia.)
7. Promueva huelgas, aunque sean ilegales, en las industrias vitales del país. (Están a la orden del día.)
8. Promueva disturbios y contribuya para que las autoridades constituidas no las repriman. (Les exigen a las autoridades el cumplimiento de los derechos humanos, pero no a los manifestantes; esa es la manera de neutralizar la fuerza del estado, la clásica estrategia mamerta.)´ñfra
9. Contribuya a destruir los valores morales, la honestidad y la creencia en las promesas de los gobernantes no socialistas, obligándolos, so pena de exponerlos al ridículo, a votar solamente lo que sea de interés de la causa socialista.
10. Registre a todos aquellos que posean armas de fuego, para que sean confiscadas en el momento oportuno, haciendo imposible cualquier resistencia a la causa.
Ahora bien, el terrorismo y las estrategias anteriores son ineficientes para desorientar a las personas porque la reacción contra el terrorismo es el antiterrorismo mediante acciones legales o ilegales; y los movimientos subversivos la sociedad los confronta con argumentos políticos y éticos. Por eso, en lugar de unir a las personas en favor de una causa subversiva, las pone en contra, pues siempre serán culpados por la situación terrorista o corruptora, no importa qué razones sociales invoquen. ¿Cuál es el delirio enfermizo de estas personas?

1. Se sienten enojados, alienados o privados de derechos. No creen en las formas normales de reclamarlos.
2. Creen que su participación política con el comunismo u otros movimientos de protesta no tienen el poder de efectuar un cambio real en la inmensa mayoría de la población, pero no se preguntan por qué fallan, ignorando las razones históricas y pragmáticas de su fracaso. No son realistas y no lo admiten. Por eso optan por cualquier modalidad de lucha; pero no se dan cuenta que al fracasar o triunfar en la guerra no va a hacer cambiar el sentir de las personas sobre el comunismo o su causa anti sistema.
3. Dicen que se identifican con las víctimas del sistema o la injusticia social contra la que están luchando. Pero no admiten que ellos son los victimarios y atormentadores de esas personas por las que luchan.
4. Creen que ‘actuando’ les da más efectividad para resolver ‘el problema social’. Sin embargo, durante más de 70 años las Farc y causas similares lucharon por resolver ‘el problema’, y no lo han logrado; fracasaron política, social y militarmente. Sin embargo, este gobierno los ha puesto en posición de triunfadores al darles legitimidad negociadora. ¿Cómo se llama eso? Traición o ceguera estúpida. Por ese motivo la sociedad no renuncia a su propia agenda de estabilidad.
5. Creen que involucrarse violenta o subversivamente contra el estado o la sociedad no es inmoral ni antiético; y hacen de esa ‘convicción’ un programa político, buscando incautos que simpaticen con la causa. Obviamente es muy difícil que la gente inteligente admita los asesinatos altruistas, la droga, la corrupción. En enero de 2015 el fallecido Carlos Gaviria Díaz justificaba los crímenes de las Farc, diciendo: “Una cosa es matar para enriquecerse; y otra para que la gente viva mejor.” (Vea en You Tube “Así justifica Carlos Gaviria los crímenes de las Farc.) En otras partes promueven la marihuana medicinal en un contubernio con otras alternativas no tan legales.
6. Creen que unirse a un movimiento social les dará la recompensa psicológica de la aventura, el compañerismo y un mayor sentido de identidad, de derechos. Eso puede ser verdad, siempre y cuando no se involucren en delitos. Esa es la línea moral que Farc, ELN y similares han cruzado por lo que la tal revolución de indignados contra todo lo que se les ocurra es una estafa existencial, ya que la conciencie del bien, lo justo, ético, legal, no está sujeta a nuestro parecer.
Según el perfil anterior, las negociaciones de La Habana y las que se llevan a cabo con el ELN fueron y serán un fracaso; porque el gobierno ‘negoció’ prebendas, pero no ha neutralizado ni política ni socialmente la justificación de la ideología terrorista camuflada en movimientos libertarios. Por eso los negociadores de esos grupos terroristas y afines se siguen percibiendo como lo que son: Unas personas que de manera violenta, o soterradamente criminal, llevan a cabo su lucha subversiva usando como caballito de batalla la paz, la indignación, los ‘derechos’ de minorías, etc., con lo que se persigue la destrucción del orden establecido o la creación de un clima de terror e inseguridad susceptible de intimidar a los adversarios o a la población en general. Pero en Colombia la intimidación no ha ocurrido. Y porque no ha ocurrido, ¿a quiénes favorecen los terroristas y subversivos, política y electoralmente? ¿A sus admiradores de la izquierda o a la gran mayoría de la derecha? Ahora bien, siempre hemos oído que los EE UU no negocia con terroristas ni subversivos, pero nunca se nos ha explicado por qué. Veamos.

1. EL PRINCIPIO ES QUE NO SE DESEA RECOMPENSAR EL TERRORISMO NI LA SUBVERSIÓN. Las democracias nunca deben ceder a los violentos y subversivos y estos jamás deben ser recompensados por sus métodos, porque las negociaciones les dan legitimidad y socavan a los actores de la democracia. Cuando en la W se le preguntó a un alto oficial de la policía del porqué del ataque del ELN en Barranquilla, respondió: “Porque quieren generar protagonismo.” Pero… ¿cuál es la explicación de ese protagonismo? Para presionar por medio de la violencia y obtener lo que quieren. Sin embargo, si el gobierno cede en x, en el próximo paso querrán 2x, y luego 10x. Y de a poquito en poquito querrán el gobierno; es decir, el premio mayor o el cambio de la sociedad y las buenas costumbres. Por lo tanto sorprende, que dizque siendo Santos un buen jugador, no haya visto esa estrategia, o está de acuerdo con ella.
2. Las conversaciones con esos movimientos pueden desestabilizar los sistemas políticos de los gobiernos negociadores; sin embargo en Colombia esa posibilidad de desestabilización se ha visto como un avance que se le llamó el 'primer acuerdo en 50 años de conflicto' que socavó la vida nacional y los esfuerzos internacionales para proscribir el terrorismo al sentar un peligroso precedente como es el de ignorar el compromiso ético con la comunidad internacional de luchar contra el terrorismo, sin promover la impunidad.
3. Por otra parte, cuando se negoció con las Farc se estableció una clara desconexión entre lo que profesamos mediante la Constitución y lo que el gobierno ha hecho con esa profesión democrática: robar un plebiscito, pretender cambiar la constitución para favorecer a las Farc; hacerse el loco con el crecimiento de los cultivos cocaleros; el de la vista gorda con los asesinatos de líderes, etc. Esa desconexión desorienta la opinión, y crea los aparentes antagonismos hacia una consolidación de la paz que aquí han calificado de enemistad. ¿Ceguera racional o política?
4. En esa negociación se esperaba que el gobierno democrático charlara con los terroristas sin poner en peligro la integridad del sistema político. Dijeron que el sistema político no se negociaba ¿Pero acaso no se pone en peligro si Las FARC pertenecen a él? ¿No pone en peligro un partido político comunista a un estado democrático, si el comunismo es enemigo de la democracia? ¿Se puede derrotar en las urnas una ideología que promovería los contenidos del decálogo de Lenin? No nos digamos tonterías.

La planeación de ese escenario subversivo lo leemos en el libro “Mi Confesión” de Carlos Castaño, en la página 237. “Leyva fue directo y franco, me propuso lo siguiente: “Comandante Castaño debemos comenzar zanjando odios entre la autodefensa y la guerrilla porque si no nunca cabremos en este país. Pienso que podemos obtener tal fin por medio de una antigua relación que poseo con las Farc en mi condición de académico y que he sostenido por el bien del país. Podemos conformar un equipo donde quepamos las Farc, la Autodefensa y un grupo de colombianos con ideas importantes. El objetivo consistiría en reestructurar el Estado y pedirle al presidente que se aparte como condición para lograr la paz en Colombia; además, entiendo que usted tiene en su poder la prueba reina del caso jurídico del presidente Samper.”

Lo que narraba Castaño en el 2001, lo corrobora el Coronel del Ejército Hernán Mejía Gutiérrez en el episodio 45 de ‘Los Informantes’ emitido en octubre de 2014, y lo reafirma en el capítulo X “La venda que retiró de mis ojos el enemigo” de “Me niego a arrodillarme” publicado por Editorial Oveja negra en el 2016. En ‘Los informantes’ el Coronel Mejía hizo revelaciones que, si las profundizamos e investigamos, podrían darnos luz sobre lo que ha ocurrido con el proceso de La Habana lo que actualmente pasa con el ELN y lo que se cierne con ‘la paz’ de Colombia.

Un héroe de la patria, preso por la consabida componenda vengativa de un subalterno, se infiltró en las Farc de mano de la hija de Tirofijo. Su cobertura de espionaje fue saboteada por Semana el 27 de enero de 2007 con la carátula “De héroe a villano” que puso en alerta a las Farc y provocó una serie de fusilamientos en sus filas. Transcribo y destaco las palabras pertinentes de la entrevista.
“A partir de ahí descubrí que tenía muchas vendas en los ojos después de 30 años de soldado porque siempre habíamos enfrentado la táctica en el área de combate de las Farc; pero nunca HABÍAMOS ACEPTADO que estratégicamente tenían una diplomacia superior a la del estado en Europa, que tenían un poder económico superior a muchos imperios, a tal nivel que no es coincidencia y en el libro del señor Presidente Pastrana lo dice: El presidente de la Bolsa de Valores de Nueva York acudió a El Caguán a pedirle una recomendación especial y unas decisiones al camarada Manuel.” (Se trata de Richard Grasso, y el texto de la entrevista con Raúl Reyes se consigue en internet como “El abrazo Grasso.”)

Un VERDADERO SECRETARIADO que está incrustado en la sociedad de Colombia desde hace dos décadas. “Después de ocho meses de tener un contacto muy cercano descubrir que los verdaderos tentáculos estaban en la sociedad y los altos niveles políticos del país, y no en las selvas del Caquetá y el Putumayo; descubrir que las decisiones más fuertes de ese grupo estaban acá, cercanas al centro del poder y no en la selva. Porque las decisiones políticas y trascendentales en ese grupo no dependían de los hombres que están en la selva, sino de un SECRETARIADO ESPECIAL de políticos, de jerarcas de la iglesia, de funcionarios y de presidentes de grandes empresas (de gente) de las Farc. Eso me trajo aquí. (A la cárcel.) Pocas personas conocieron eso. Conocía de la mano de Ana Milena la agenda oculta de las Farc.”

“Me sorprendió encontrar personal de la institución militar que recibía sueldo de ellos; jerarcas de la iglesia con poder de decisión en esa estructura y nombres de ministros y ex ministros en ese grupo de decisión de esa estructura terrorista.

“Por lo dicho de Ana Milena percibía la división de los que aún tenían ideas políticas, como su padre, y los que se dedicaban al narcotráfico como cualquier capo.”
Ahora bien, cuando esa mentalidad de mantener relaciones y negociar con el diablo se tolera, entonces no nos sorprendamos de sus resultados: confusión, reestructurar el estado, cambiar la constitución, dar un golpe de estado, legalizar la droga, tolerar la corrupción, etc. Vemos entonces que empieza a tomar cuerpo, sin que lo entendamos, la dictadura más siniestra, conspiratoria y corruptora del mundo; aquella que consiste en la que el ‘bien mayor’ es el que concibe una determinada ‘élite’ y sus intereses (El secretariado secreto de las Farc, la mafia, bacrim, los diferentes carteles que necesitan la complicidad de las autoridades, la corrupción de las instituciones, etc.) ; no el bien mayor de las leyes, ni la ética, el de lo justo legal y natural; el bien mayor de las buenas costumbres; sino uno que justifica la limitación de las libertades civiles y de conciencia; el chanchullo, o el esfuerzo en beneficio de terroristas, la mermelada ante los ojos de todo el mundo. Entonces para favorecer ‘los nuevos mejores amigos’ se aplaca y compran conciencias; se protege a sus integrantes a nombre de la democracia. Y a eso se le llama dizque una negociación imperfecta; no, es una negociación corrupta para los pendejos o para los que carecen de información sobre ese complot bajo nuestras narices. ¿Por qué lo llamo complot? He aquí la prueba lógica y escrita.

En “El laberinto colombiano – Propuestas para la resolución del conflicto” Universidad Externado de Colombia, 2003, después de un prolijo recorrido académico, llegamos al meollo del asunto: CAPÍTULO OCTAVO – FUTUROS PARA COLOMBIA en el que se presentan esos ‘futuros’ como escenarios, así:

1. Acuerdo de paz exitoso. (Este, obviamente, no es el caso presente.)
2. La adversidad superada. (Se superó el enfrentamiento armado con las Farc, pero sigue la violencia e inseguridad ciudadana exacerbada.)
3. Empate militar. (Es lo que le predican los avivatos farianos a su hinchada, pero lo desmiente el Ejército.)
4. Desintegración del país (No ha ocurrido.)
5. Las FARC se toman el poder (Sueñan con ello.)
6. Hacen parte de un gobierno de transición. (En esas estamos.)

¿Cómo describían los expertos ese ‘gobierno de transición’ en el 2003?

“UN ACUERDO DE PAZ FUERTEMENTE INCLINADO A FAVOR DE LAS FARC. Una primera variable de este escenario podría ser el establecimiento por las Farc de un régimen en línea con las características del régimen cubano, que incluiría un sistema político central autoritario, la disolución de las fuerzas armadas y las estructuras políticas del viejo régimen, la nacionalización de amplios sectores de la economía, controles a la actividad económica, una política exterior “anti-imperialista”, y el éxodo de una gran porción de la clase media. (A esa posibilidad se la ha llamado castro chavismo.)

“Una segunda variación podría involucrar un arreglo de paz fuertemente a favor de las Farc. Contemplaría un gobierno de coalición aceptable para las Farc, un arreglo de poder compartido que dejaría a las Farc a cargo de amplias zonas de Colombia (entre ellas las regiones donde se cultiva coca), y la eliminación de la influencia de Estados Unidos.”

Uno de los ‘actores’ de eso que se veía como posibilidad en el 2003 y que llamaban ‘gobierno de coalición aceptable para las Farc’ es el actual presidente Juan Manuel Santos. Lo expuso en su editorial de El Tiempo “Coger al toro por los cachos” del 4 de septiembre de 1998 que en lo pertinente dice:“Ya no se trata de ver cómo se hace más ancha la puerta para que entren los que están afuera de la casa de la democracia sino que, como siempre ha sucedido a lo largo de la historia de Colombia y en prácticamente todo acuerdo de paz, se trata es de ver dónde los vamos a alojar, CÓMO ES QUE NOS VAMOS A DISTRIBUIR LOS CUARTOS DE LA CASA. Simples remiendos a nuestro sistema político no son suficientes. Ahora lo único que sirve es la construcción de un nuevo país… Hablemos no solo con los huéspedes de la casa sino con aquellos que quieren destruirla para que más bien entren a habitarla. Los acuerdos deben anteceder a las reformas, y no a la inversa… Me permito proponerle al señor Presidente de la República desde este recinto sagrado de la democracia que, si de veras quiere la paz, lidere un nuevo Frente Nacional. Un Frente Nacional en el que se pacte con todos los sectores políticos y con la guerrilla un nuevo régimen político que reconozca la realidad que hoy representa la insurrección armada. Se trata de reconocer que solo con una profunda redistribución del poder político, con una recomposición constitucional y con una coalición institucional, de la que hagan parte los alzados en armas, se podrán dar las garantías necesarias y las alternativas de acción política para que se silencien los fusiles.”

Cuando esa ‘negociación’ de La Habana se establece como ‘imperfecta’ por no llamarla entreguista, entonces el aparente mensaje correcto que debe dar la democracia es el de confrontar la violencia con la paz; pero ‘eso’ es una cortina de humo, una estrategia como lo vemos en el video de Iván Márquez, porque si lo que estamos viendo es una ‘predicción política’ llevada a cabo por expertos de la Rand Corporation en el 2001 para la Fuerza Aérea de Estados Unidos, que se dio a conocer en el 2003 en un escenario académico, ¿más bien por qué no se investiga y discute cómo es que se está llevando a cabo esa predicción y cuáles fueron los parámetros e información que tuvieron en cuenta esos ‘profetas’? Desde luego que esos secretos están en las grabaciones de La Habana y en muchos videos capturados a la subversión.

Ahora bien lo que no nos dijeron los ‘videntes’ de la Rand Corporation es cómo reaccionaría el pueblo ante esa perspectiva. Santos quiere vender la idea que con la participación política de las Farc, se aplacaría la sensación de temor o amenaza para vivir en paz, pero ese temor persiste no porque Uribe hable del castro chavismo, sino porque los colombianos no somos pendejos y sabemos lo que es el comunismo. ¿Cree Timochenko que nos va a convencer diciendo que aprendieron de los errores del castro chavismo? El castro chavismo no es un error. ¡EL ERROR ES EL COMUNISMO Y QUE NO NOS CREA IDIOTAS USANDO TIMOCHENKO LA TERMINOLOGÍA DE URIBE!

Con el título de este escrito pregunté si el terrorismo y el Decálogo Apócrifo de Lenin funcionarían para obtener los fines políticos de Iván Márquez, dije que no y di mis razones. Pero puedo equivocarme si los líderes importantes de este país ignoran lo que fue anticipado por Juan Manuel Santos, como protagonista de ese complot para la toma del poder en 1998; confirmado por Carlos Castaño en el 2001; dado a conocer desde el mundo académico por los expertos de la Rand Corporation en el 2003; reafirmado públicamente por la televisión por el Coronel del Ejército Hernán Correa Mejía en el 2014,consignado por escrito en el 2016 y confirmado en el 2018 con el video del protagonista mismo Iván Márquez. Me puedo equivocar, si esos líderes colombianos ignoran que la destrucción de las buenas costumbres y la familia son el comienzo de la decadencia de cualquier sociedad. Y que la droga, el terrorismo, la subversión y el comunismo han sido en otros países y serían en Colombia el motor de ese Apocalipsis.

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