Elecciones en Colombia y Venezuela

Mientras a los ciudadanos de nuestros dos países hermanos se les hace más difícil comprar sus alimentos, porque los salarios tanto públicos como privados no alcanzan para cubrir la dieta alimentaria, la asistencia médica y hospitalaria es cada día más deficiente, la inseguridad campea en las ciudades, urbanizaciones  y caseríos, los dos gobiernos se desbordan de amor y solidaridad con la dictadura castrista y quienes los dirigen siguen disfrutando junto a sus protegidos, de pensiones, carros y viviendas de lujo, acumulación de cargos y sueldos, todo tipo de corruptelas, asignaciones millonarias como premio a su incondicionalidad con el sistema y participan de una perniciosa y corrompida gestión y hábilmente nos desatan una campaña publicitaria para hacerle creer a nuestros pueblos que "democracia", es votar en cada proceso electoral por los mismos responsables del desastre administrativo, mientras los parlamentarios militantes de los dos gobiernos aplauden con emoción las medidas inhumanas que solo ellos celebran y el pueblo las recibe entre tristeza y preocupación.

Pero nos llegó la hora de elegir tanto a Colombianos como a Venezolanos y por favor no escojan entre “la paz con impunidad” ni “el dialogo con tiranos”, porque sería como caer en el juego que ambos comparten y no es más que una oferta falsa con impredecibles resultados, unas administraciones que de manera permanente y reiterada desmantelan dolosamente a las instituciones a las que deben proteger, que venden los contratos de obras y disponen de los bienes del estado a su capricho, que hurtan día a día la inestable economía, que "bajan de la mula" a contratistas y empresarios quienes deben mostrar sus agradecimientos porque se les otorgó una obra o el suministro de bienes  y servicios, estos no son, hermanos Colombianos y Venezolanos más que delincuentes con aspecto de gente honesta, de afable apariencia que se han convertido en unos artistas forjadores de facturas con las que demuestran inversiones en obras para la provincia que nunca se hicieron, son unos magos del embuste, la confabulación, el engaño y la zancadilla.

En Colombia como en Venezuela las regiones reclaman democracia, libertad, justicia y trabajo, empresas que produzcan y crezcan, que se construyan unas economías fuertes, estables, productivas e innovadoras, como las propuestas por el Centro Democrático en Colombia y la unidad democrática en Venezuela, que generen bienestar para todos los ciudadanos, que constituyamos desde el municipio una sociedad solidaria, generosa, plural y con relaciones de confianza con los empresarios, comerciantes, sectores productivos y trabajadores, porque al pueblo en lugar de imposiciones y amenazas permanentes, le hace falta mucho respaldo para eliminar los obstáculos y las trabas que le permitan enfrentar los retos actuales y del futuro y así poder recuperar el rumbo que nunca se debió perder en nuestras dos Naciones.

Una mayoría parlamentaria de la oposición democrática en Venezuela y Concejales, Alcaldes, Diputados Departamentales y Gobernadores del Centro Democrático y amigos del Uribismo en Colombia, que rescaten el poder de sus comunidades, se puede lograr con el respaldo de los hombres y mujeres de aquí y de allá, que están atiborrados de engaños, mentiras e hipocresías; Y desde nuestra frontera observamos como el pueblo Colombiano así como el pueblo Venezolano están siendo víctimas del odio sembrado por los terroristas amigos de los dos Gobiernos y solo votando mayoritariamente en estas elecciones tendremos la oportunidad constitucional de hacer respetar el derecho de la provincia a ser gobernada por sus mejores hijos.

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