En búsqueda de la paz

Conocidos los resultados electorales del pasado domingo 25 de mayo, se nos ofrecen como candidatos a la Presidencia dos únicas alternativas, la mayoritaria de Óscar Iván Zuluaga como candidato del Partido Centro Democrático, y la segunda, conforme a los resultados, del actual presidente Juan Manuel Santos.

Ambos candidatos se dirigieron al país, agradeciendo su respaldo electoral y esbozando unos propósitos de gobierno. Santos, quien inició solicitando una campaña limpia, basó su programa casi que exclusivamente en que buscaría la paz a través de las negociaciones de La Habana, solicitando el apoyo electoral para continuarlas, calificando tajantemente a sus opositores como partidarios de la guerra, en alusión directa que desconoce una verdad de perogrullo que indica que todos somos partidarios de la paz, y desconoce groseramente los planteamientos de quienes no estén de acuerdo  con él.

En realidad lo único que se conoce de la gestión presidencial de Santos es ese esfuerzo por complacer a la guerrilla para obtener un documento de paz a cualquier costo, aún perdonándole sus delitos de lesa humanidad y entregándole parte del poder del Estado, como el control del narcotráfico y del sector agropecuario, oficializando las armas ilegítimas de la subversión que conservarán, para justificar su no entrega.

Ni un kilómetro de carretera, ni un hospital, ni un colegio, ni una universidad, ni una cárcel; pero tampoco ninguna obra pública que valga la pena mencionar, se ha realizado en estos tres años diez meses del gobierno de Santos, aunque por el contrario sí se han escuchado muchas ofertas incumplidas en todos los ámbitos de la nación. Entonces por qué creer que en un próximo gobierno suyo, no seguiremos en las mismas, cuando el sector agrícola, el ganadero, la educación, la justicia, la salud, la industria y en general la economía están en crisis.

Zuluaga, el candidato triunfador, para empezar, ofreció recoger las piedras que le lancen para reconstruir la nación, atendiendo prioritariamente la educación y la formación de la juventud colombiana a través de su programa de jornada extendida con dos alimentos diarios en los colegios oficiales, garantizando en convenios con el SENA, que al terminar su bachillerato, el joven esté preparado para el trabajo, y además listo para entrar a la universidad ampliando los cupos de la misma, hasta el cubrimiento de las necesidades sociales.

Seguridad con justicia, en camino a una paz duradera, que estará dispuesto a negociar con los alzados en armas, sin rendición del Estado, y en términos que respeten los valores sociales de la población y sus derechos fundamentales.

Las Reformas a la salud, a la justicia, el agro, la descentralización y transparencia de un Estado austero, pero ejecutor, son propósitos de Óscar Iván Zuluaga que impulsará  las obras públicas necesarias, en rápidos acuerdos con los gobernantes regionales, que nos lleven a una Colombia distinta que consulte al pueblo, en los consejos comunales que se retomarán a partir del 7 de agosto, para acercar las comunidades al gobierno nacional que él dirigirá.

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