En la frontera perdimos la confianza en Santos y Maduro

Nunca como ahora había estado nuestra frontera tan olvidada por los gobiernos de Caracas y Bogotá, nunca habíamos sentido tanta angustia por la inseguridad que vivimos, cuando aun dentro de nuestros hogares y en plena luz del día, las personas y sus pertenencias están sujetas a los horrores de la violencia criminal y frecuentemente asesina, que en la mayoría de los casos goza de una bochornosa impunidad.

En la frontera nos preocupa el alza creciente del costo de la vida, la inflación y la devaluación incontenible, el descenso impresionante del salario real del sector público y del sector privado, el deterioro de las condiciones de vida de las clases medias, el incremento aterrador de los índices de pobreza, miseria y malnutrición infantil, aun cuando los dos gobiernos el de Caracas y el de Bogotá, prometieron una reactivación económica que traería progreso, empleo y bienestar, que no hemos visto por ninguna parte.

Nos irrita a Colombianos y Venezolanos, la falsedad del discurso tanto de Santos como de Maduro, como han permitido el deterioro de los servicios públicos para cuyo sostenimiento se requieren cada vez tarifas más altas, casi imposible de satisfacer por la gran mayoría de los habitantes de los dos Países, a quienes nos indigna la corrupción desenfrenada, en los dos gobiernos, a la cual le asignamos buena parte de la responsabilidad de la grave crisis que vivimos.

En la frontera Colombo-Venezolana perdimos la confianza en Santos y Maduro, son unos mentirosos y están entrampados, por culpa de ellos mismos, tenemos una crisis económica sin precedentes, crisis administrativa injustificable, crisis de confianza en las instituciones, crisis de credibilidad en nuestros gobernantes, pero sobre todo, una crisis moral con nefastas consecuencias para todos los habitantes de los dos países, pero con mayor acento en nuestra frontera.

Para enfrentar estos males, reclamamos gobiernos serios, austeros, verdaderamente democráticos, que respeten el Estado de Derecho, para poder reconstruir moral, económica y socialmente la frontera, pedimos gobiernos que digan la verdad, que no impongan todas las cargas y costos sociales de los déficit económicos a los que menos tienen, y que estén liberados de la opresión del: Castro-Comunismo, que tanto daño causan a nuestros Países, por la influencia que tienen sobre los dos gobiernos.

Tenemos ante nosotros: Colombianos y Venezolanos, un futuro de trabajo esforzado, pero también un futuro esperanzador, estamos a solo unos meses para asistir a procesos electorales en los que debe cambiar el rumbo de la política en las dos naciones, y así reconstruir el orden moral, social, material y profundizar la democracia relanzando el proceso de desarrollo, pero solo lo lograremos votando por los Representantes y Senadores que apoyen al líder indiscutible de los Colombianos. Dr. Álvaro Uribe y a su partido: "Centro Democrático”, y en Venezuela a votar por los alcaldes y concejales que apoyen a: Henrique Capriles y la "Mesa de la Unidad Democrática".

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