En primera vuelta

Van dos veces —en menos de dos años— que los colombianos hemos rechazado a través de las urnas la manera como este Gobierno y la izquierda han querido burlarse del país. Los 6,4 millones de votos del plebiscito y los 5,9 millones de votos de la consulta de la coalición de centro derecha son una muestra contundente de rechazo al continuismo y al populismo que tanto daño le hacen a nuestro país.

Si mañana domingo salen a votar el resto de los colombianos que se sintieron traicionados por el presidente Santos y las Farc, si van a las urnas los jóvenes que ven amenazado su futuro profesional, si acuden a los puestos de votación los ciudadanos que se sienten defraudados por la JEP y la conducta delictiva de Santrich y los congresistas enmermelados de este Gobierno, mañana mismo, Iván Duque será el nuevo presidente de Colombia en primera vuelta.

Mañana domingo, los colombianos tenemos la gran responsabilidad de decidir si el futuro de nuestro país se lo seguimos dejando a los corruptos, si ensayamos el presente de los venezolanos o si rodeamos a Duque, para sacar de la orilla del abismo esta golpeada patria colombiana. Mañana tenemos la oportunidad de decidir si le ahorramos al Estado $ 250.000 millones, si acabamos con 20 días más de polarización política, si evitamos cualquier intento de un chocorazo electoral en la Registraduria, donde la maquinaria política es experta ganando elecciones presidenciales en segundas vueltas, y si acompañamos a este brillante y visionario líder político en su propósito de recuperar la economía, la institucionalidad y la convivencia de nuestro país.

A Colombia le llegó la hora de desmontar ese matrimonio perverso o concierto para delinquir entre el poder ejecutivo y el legislativo para favorecerse los unos y los otros. Hay que acabar con la perversa costumbre de las coimas y sobornos entre el sector público y el sector privado. De igual manera, hay que desmantelar los carteles de la justicia y de la contratación estatal, y todo esto se logra si se pone en práctica la propuesta de Duque, en el sentido de eliminar el beneficio de casa por cárcel a los corruptos, expropiarles todos sus bienes y ampliarles las condenas por estos delitos.

Otro reto difícil que tiene Duque es recuperar la remendada economía que nos deja este Gobierno, con un crecimiento del PIB del 1,8%, un déficit fiscal del -3,9%, una tasa de desempleo del 9,3%, una balanza comercial negativa de US$5.300 millones y una deuda externa que representa el 40% del PIB. Además de los problemas tan graves del crecimiento de los cultivos de coca y la cantidad de obras de infraestructura vial paralizadas. Como dice el viejo refrán: “El palo no está pa’ cuchara”, los retos que tiene el próximo presidente de Colombia son de una responsabilidad muy grande y para ello se requiere capacidad, liderazgo, honestidad y decisión.

Que Dios ilumine mañana a los colombianos, para que ayudemos a Duque a resolver todos estos problemas en primera vuelta.

Share on facebook
Facebook
Share on google
Google+
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
LinkedIn

Buscar

Facebook

Ingresar