La convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, por el presidente de la República de Venezuela, es un fraude a la constitución y a la democracia, solo persigue, redactar una nueva Constitución sin tener las facultades para hacerlo, usurpando la soberanía popular que reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista por la ley, según lo establece el artículo 5 de la Carta Magna.

Maduro atendiendo consejos de los estrategas nacionales y extranjeros que lo asesoran, pretende con la Asamblea Constituyente fraudulenta, asumir todo el poder legislativo, y los actuales diputados electos por el pueblo de Venezuela dejarían de serlo, en el Tribunal Supremo de Justicia mantendría en sus cargos a sus serviles, en las Fuerzas Armadas los incondicionales tendrán reivindicaciones económicas y corporativas, y los gobiernos regionales serán designados a dedo.

La constituyente comunal de Maduro, aumenta la incertidumbre de los venezolanos, genera desincentivos a la inversión, mayor inflación, más desabastecimiento, menos productividad y más pobreza, porque la propiedad comunal en todas partes donde la han aplicado ha fracasado, y si para los Venezolanos el 2016 fue malo, de prosperar el fraude el 2017 será peor, se agudizará la crisis en el país y crecerá el malestar colectivo.

En Venezuela llegó el momento de actuar, la Mesa de la Unidad Democrática está convocando a todos los ciudadanos. El artículo 333 señala: "Todos los ciudadanos investidos o no de autoridad, tienen el deber de colaborar en el restablecimiento de la efectiva vigencia de la constitución". El mundo entero está informado de la presencia del Castro Comunismo en la estructura del estado venezolano, ellos cuentan con la cooperación de un puñado de uniformados de alta jerarquía, pero antes que la Asamblea Constituyente se instale, el pueblo junto a la mesa de la unidad, saldrá en defensa de la soberanía y de la democracia, para ponerle punto final a esta pesadilla.