Senador Alfredo Rangel, en el Mundo España

'No hay posibilidad de éxito en el proceso de paz con las FARC'

El gobierno de Santos entona cánticos triunfalistas que dan por solucionado el problema.

El partido uribista cree que será un fracaso y una traición a los colombianos.

En las últimas semanas, el gobierno de Colombia entona cánticos triunfalistas que dan por prácticamente cerrado el proceso de paz con la guerrilla de las FARC. Nada sería más deseable para un país como Colombia, que lleva 30 años atascado en esas negociaciones, pero hay elementos que ponen en duda el hecho de que el final de las FARC esté cerca y así lo están explicando en Bruselas y en Berlín una delegación de parlamentarios colombianos pertenecientes a Centro Democrático, partido político uribista con solo dos años de vida y que está removiendo con fuerza las aguas políticas colombianas. En las elecciones del año pasado, todavía sin maquinaria electoral de partido, dieron una gran sorpresa haciéndose con la segunda votación, a solo 800.000 votos de distancia de Santos. Alfredo Rangel, encargado de presentar la formación política en Alemania junto a la senadora María del Rosario Guerra y los representantes a la cámara Santiago Valencia y Federico Hoyos, lamenta que el proceso de paz, en términos reales, no de pie precisamente a la esperanza.

¿El proceso de paz tiene posibilidades de éxito?

Tal y como se está desarrollando el proceso con el gobierno de Santos, lamentablemente, no hay ninguna posibilidad de éxito. Hay al menos cuatro callejones sin salida. En primer lugar está el tema de la Justicia: las FARC se han negado en rotundo a pagar un solo día de cárcel por sus crímenes atroces de lesa humanidad, se niegan incluso a declararse culpables de ningún crimen. Además está el tema de las armas : las FARC se niegan rotundamente también a entregar un solo fusil y exigen que durante la firma del acuerdo de paz se les permita mantener la posesión de sus armas. También está la agenda de conversaciones: mientras el gobierno tiene una agenda limitada de cinco puntos, las FARC agregan cada día nuevos asuntos a las conversaciones, de forma que los acuerdos provisionales que se han logrado hasta ahora en dos años de conversaciones quedan obsoletos. Y cuarto, las FARC rechazan completamente al mecanismo propuesto por el gobierno que es un refrendo final.

¿No cree, entonces, que las FARC tengan auténtica voluntad de llegar a un acuerdo?

A las FARC les gustan más los procesos de paz que la paz. Le están mintiendo a Colombia con esa supuesta tregua. Durante las negociaciones, de hecho, han continuado extorsionando a la población, amenazándola con el uso de la violencia, sembrando minas antipersona, reclutando niños forzosamente para sus filas y vinculados al negocio del narcotráfico como primer cartel de la cocaína a nivel mundial que son. Lo que buscan con esta falsa tregua es presionar al gobierno para que decrete una suspensión de sus actividades militares contra las FARC induciéndo a un cese del fuego unilateral. Las FARC han tendido una trampa al gobierno porque ponen como condición que suspenda sus operativos militares: si lo hace, ganan libertad de acción y margen de maniobra para rearmarse y fortalecerse. Pero si continúan los operativos militares las FARC responsabilizarán de la ruptura de la tregua y la continuación de la violencia a las fuerzas militares.

¿A qué atribuye usted entonces que el presidente Santos haya declarado que "las FARC nunca estuvieron tan comprometidas con la paz"?

El presidente Santos ha hecho de los diálogos de paz la hoja de parra con la que intenta esconder los pésimos resultados de su administración en todos los campos. Por ejemplo en la economía, en recesión y totalmente estancada. La industria colombiana dejó de crecer hace cuatro años, el campo está totalmente parado. En materia de seguridad ha habido un retroceso ostensible, los asaltos de la guerrilla contra las fuerzas militares se incrementaron en un 111%, los ataques al oleoducto aumentaron un 355%, la extorsión a la población civil un 262%, los retenes ilegales en los caminos un 62% también durante estos 4 años. En todos estos campos los resultado son muy negativos y el presidente ha puesto el énfasis en generar falsas expectativas y tapar así sus precarios resultados, manipulando los procesos electorales. Santos ha incumplido en cinco ocasiones, cinco acuerdos con fechas distintas desde que se iniciaron los diálogos, hace dos años. En 2015 sería la sexta ocasión en que Santos promete que ahora sí se van a firmar los diálogos de paz, cuando no hay la más mínima posibilidad de que se así.
Cuando presentan esta tesis a los partidos políticos europeos, ¿qué acogida reciben?

– Se muestran receptivos y reflexivos. Todavía hay que seguir explicando en Europa que esto no es un conflicto tipo guerra civil, sino un grupo terrorista. Solo el 2% de la población colombiana muestra algún tipo de simpatía con las FARC. El 98% repudia absolutamente su actividad. Son solamente 8.000 tipos armados. Todavía se ve acá desde un falso romanticismo a las FARC como a un Robin Hood, pero las FARC son terroristas, narcotraficantes y abusadores de la buena voluntad del pueblo colombiano.

¿Encuentran algún tipo de paralelismo o modelo en el caso español de ETA?

Para mí, el tratamiento que el Estado español ha dato al terrorismo de ETA sería el ideal para aplicar en Colombia. Porque ha habido una política de Estado de, en primer lugar, no reconocer un conflicto armado interno, sino una amenaza terrorista. Y en segundo lugar negarse a desarrollar cualquier tipo de negociación política con la ETA. La combinación española de una acción policial muy efectiva, y de un apoyo político de todos los partidos en un solo frente, nos parece ideal. Era lo que estaba haciendo el presidente Uribe, que estaba debilitando a las FARC de manera definitiva. Si Santos hubiera continuado con esa política de debilitamiento, las FARC no tendrían hoy 8.000 hombres, sino 2.000 o 3.000 y el Estado podría haber impuesto sus condiciones de negociación. De todas formas, nos ha impresionado un poco que políticos de origen español, eurodiputados, que son en España muy firmes contra ETA, se muestren sin embargo muy complacientes con el terrorismo de las Frac y muy flexibles.

¿Aceptaría Centro Democrático algún tipo de indulto en aras de la paz?

En las conversaciones europeas ha surgido Ha surgido la pregunta de su hubo flexibilidad en el proceso con los paramilitares. Hay que recordar en este caso que, de los 36.000 que se movilizaron, 2.000 están en la cárcel. Los cabecillas, alrededor de 20, están extraditados y pagaron entre 5 y 8 años de cárcel. Como mínimo hay que hacer eso. Creemos además que el gobierno debe cumplir sus compromisos internacionales y que los crímenes de lesa humanidad deben ser castigados con penas de cárcel, así sean reducidas en el caso de que los responsables cuenten la verdad, reparen a las víctimas y pidan perdón. La inmensa mayoría de la tropa, que no ha cometido ese tipo de crímenes, podría ser beneficiaria de indultos o procesos por delitos menores.

Sus oponentes políticos acusan a Centro democrático de "poco constructivo".

Nosotros criticamos duramente el proceso, pero cada una de nuestras críticas va acompañada de una propuesta. Frente a los diálogos en medio de la violencia y el terrorismo, que son inaceptables en cualquier democracia, hemos propuesto que las FARC efectúen un cese definitivo y verificable de sus acciones violentas contra el Estado y la sociedad de Colomiba. Que concentren todos sus hombres y armas en una zona de la geografía nacional, con supervisión internacional que garantice el cese del fuego definitivo. Rechazamos que el gobierno dialogue con las FARC sobre la agenda nacional, son un grupo minoritario y marginal en Colombia, repudiado por el 98% de la población y no tienen legitimidad social ni representatividad política para ser la contraparte del Estado para negociar y acordar la agenda nacional. La agenda debe limitarse a acordar las condiciones de desmovilización y entrega de armas.

¿Aceptarían el resultado de una votación de refrendo que propone el gobierno Santos?

Esperamos que el presidente Santos cumpla su compromiso de someter a un refrendo popular todos los acuerdos, pero le advertimos que el 85% de la población colombiana está en contra de un acuerdo de paz con impunidad, que el 80% está en contra de que haya puestos en el congreso para responsables de ese tipo de crímenes y un porcentaje similar rechaza que haya acuerdo de paz sin previa entrega de armas. Según los últimos sondeos de opinión, el 75% de los colombianos rechazaría un acuerdo de paz con las condiciones que se están negociando en este momento, posiblemente porque los colombianos que viven directamente lo que pasa perciben un divorcio entre lo que está pasando realmente y lo que dice el gobierno.

¿Qué garantías serían para ustedes aceptables?

Que las FARC entreguen y destruyan las armas, las decenas de miles de hectáreas de coca, centenares de laboratorios de fabricación de cocaína, que entreguen las rutas de tráfico y los centenares de millones de dólares en su poder, como tercer grupo terrorista más rico del mundo para que esos recursos sean utilizados para la reparación de las decenas de miles de víctimas de las FARC. Es muy triste que después de 30 años de negociación, Santos esté repitiendo todos los errores y no aprovechando toda la experiencia que hemos adquirido.

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