Es hora de la libertad

En Cuba, Obama ha iniciado un proceso irreversible ya que la gente se va a acostumbrar a viajar, a hacer negocios, a enviar remesas y no podrán detenerlos.

Sabemos –ya lo decía la metafísica aristotélica– que la violencia va contra la el orden natural y, entonces, solo destruye: jamás se puede construir a partir de ella. Precisamente por eso, la ‘falta de libertad’ –las imposiciones policiales, leyes y regulaciones del monopolio de la violencia, el Estado, sobre las personas– es negativa. Como las ‘sanciones’ de unos gobiernos a otros que, en rigor, sancionan a sus propios ciudadanos. Por caso, el embargo contra la tiranía cubana significa que Washington coarta la libertad de los estadounidenses para tener cierto tipo de relaciones con la isla.

La dictadura castrista difícilmente hubiera sobrevivido, tantos años, de no ser por mérito del Gobierno de EE.UU. La invasión de bahía de Cochinos fue una excelente ayuda para que Fidel pudiera justificar su militarismo, en tanto que el embargo ha aislado aún más al pueblo cubano en su isla cárcel ya que, más allá de la censura cubana, además dificultó en gran medida el desarrollo de internet que les ha complicado la vida a los dictadores árabes. La isla, al no poder tener un cable submarino de fibra óptica, debía establecer sus comunicaciones a través de enlaces satelitales, costosos e ineficientes. Así se vio obligada a aliarse con Caracas, que financió un cable de unos 1.600 kilómetros entre Venezuela y Cuba.

Es imposible adivinar qué ocurrirá al levantarse el embargo, pero sin dudas se creará riqueza y el mundo progresará. Según el sitio Cuba Libre Digital, la industria de EE. UU. calcula beneficios millonarios. Entre los beneficiarios del acceso al mercado cubano vedado por el embargo económico están los agricultores, las agencias de viajes, los productores de energía y los importadores de ron y habanos en EE. UU. Según el Instituto Peterson para Economía Internacional, las exportaciones de productos estadounidenses a Cuba podrían alcanzar los US$ 4.300 millones anuales, comparados con menos de 360 millones del año pasado. Y las exportaciones cubanas podrían alcanzar US$ 5.800 millones al año, cuando hoy son nulas.

Por casos, el fondo Herzfeld Caribbean Basin, que invierte en “líneas de cruceros, compañías de infraestructura y cualquier compañía que tendrá un papel en Cuba” subió más de 30 % desde que se conoció la noticia. Las automotrices de Detroit podrían reemplazar los cacharros que datan de la década de 1950 y deambulan por las calles cubanas. La cadena de hamburguesas Fatburger comenzó a discutir franquicias con socios potenciales en Cuba hace unos cuatro años y, una vez que reciba aprobación del Gobierno de EE. UU., podría tardar unos seis meses en abrir las primeras franquicias.

El Congreso tendrá que actuar para levantar las sanciones económicas, pero al relajar las restricciones sobre viajes y permitir que los visitantes usen tarjetas de crédito en Cuba, entre otras cosas, Obama ha iniciado un proceso irreversible ya que la gente se va a acostumbrar a viajar, a hacer negocios, a enviar remesas y no podrán detenerlos. Y, por cierto, quedarán al descubierto los liberticidas que hoy se oponen a dejar a los ciudadanos en libertad de relacionarse con los cubanos como les plazca, y que les han hecho un doble y gran daño a la humanidad y la libertad. De un lado han promovido de manera alevosa el cercenamiento de las libertades a la vez que, con su falsa prédica libertaria, han deformado la idea de libertad al punto de que grandes sectores de la sociedad la repudian hoy.

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