Está que se llena

Llegamos al extremo, la copa está llegando al límite, falta la gota para llenarla. El crimen de Álvaro Gómez Hurtado hasta ahora no es de lesa humanidad, mientras tanto, parece que el de un conductor o un campesino, también respetables como el candidato por varias veces, sí reviste la gravedad que al líder político le han negado.

Más de veinte años después, reviven un crimen que había sido totalmente aclarado y aceptada por la justicia la inocencia de Santiago Uribe Vélez. Mostró con toda claridad su inocencia, pero carga con el gran delito de ser hermano del expresidente calumniado y perseguido por el mayor traidor que recuerde Colombia.

Ahora Santiago es también acusado de tortura y desplazamiento. El Mayor retirado de la policía, Carlos Meneses, manifestó la cercanía de Santiago con el grupo de los Doce Apóstoles. Lo que no entiendo es por qué siendo él autoridad de policía, que tenía el deber de proceder y detenerlo por el delito que, según el Mayor, cometió el hermano del presidente Uribe, no procedió en el momento, faltando a su juramento y, ese sí, cometiendo el delito de encubrimiento. En lugar de testigo, debería ser reo.

Dice también el mencionado Mayor que su antecesor en Yarumal, Manuel Benavides Rivera, en 1994 lo invitó a encubrir las actividades del grupo ilegal que “era liderado por Santiago Uribe Vélez”. Y cumplió con ese encubrimiento porque apenas ahora lo viene a decir. ¿Ese encubrimiento no es delito? Si es, ¿por qué está libre? ¿Otro encubrimiento de quién?

Siguen las declaraciones de las personas más creíbles en este nefasto gobierno de Juanpa (como le debemos decir todos los colombianos). Don Mario, el gran señor que goza de toda la credibilidad porque recibió el merecido castigo de Álvaro Uribe Vélez y por eso se está vengando, ha declarado a la Fiscalía sobre la relación de Santiago Uribe Vélez con el grupo de los Doce Apóstoles. Los extraditados, los narcotraficantes, los guerrilleros, los bandidos en general, son los testigos que merecen toda la credibilidad en el gobierno del mayor traidor de Colombia.

Faltaba alguien, que también goza de toda la credibilidad en este gobierno apátrida, el señor Salvatore Mancuso, quien dice, y se le cree, que Santiago Uribe Vélez era el jefe de los Doce Apóstoles.

Desde 1997, Santiago Uribe Vélez demostró su inocencia. Lo absolvieron, pero ahora, ante una desaprobación de este enmermelado gobierno, deshacedor de la Patria, con un 69% de desaprobación, con el desprestigio de los tres poderes públicos que ocupan casi los últimos lugares en opinión favorable, hay que desviar la opinión, hay que hacer noticia y, con ello, que el pueblo colombiano piense en otras cosas.

Hoy es Santiago Uribe Vélez, ayer fueron los cafeteros, los azucareros, los arroceros, los petroleros, los ganaderos, los colaboradores del presidente Uribe, los militares que entregan su vida al servicio de la Patria, los posibles candidatos presidenciales. Seguirán los líderes políticos que no se dejan seducir por la mermelada, los empresarios, los industriales, los comerciantes, los agricultores y todos los colombianos que no estemos de acuerdo con una dictadura disfrazada.

¿Cuándo llegará la última gota y quién nos salvará?.

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