Extraviados el honor y la vergüenza

Aprendí hace rato, que la misión de un periodista es informar la verdad, e igualmente la de un dirigente, educar a su pueblo, y no armonizar con los errores de una despreciable administración.

En Florencia y el Caquetá, se han extraviado el honor y la vergüenza, se han descarriado la libertad y la esperanza y como si fuera poco se ha perdido la confianza en la clase dirigente.

Cuando están de candidatos predican fantasía, envían mensajes subliminales, presentan programas “maravillosos”. Cuando son elegidos, consideran al pueblo insignificante; les llega bienestar, estabilidad y abundancia, que generalmente los conduce al desenfreno por su indolencia, muestran lo que son, verdaderos neuróticos, y solo miran su vertiginoso ascenso al mundo del poder, dinero y lujos, con un comité de aplausos de una clase corrompida y retrógrada que no se para en mientes para defender sus exabruptos.

Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles, nadie en su sano juicio aceptaría que otro le impusiera por la fuerza, su forma de pensar, hablar y actuar, solo por el hecho de ostentar el poder, pero eso era lo que hacía a través de uno de sus áulicos; cayeron doce concejales, con el modelo de la histérica alcaldesa.

¿Cómo se llegó a estos extremos y se desbordó su sentido de avidez, tráfico de influencias y desvergüenza? Aquello que escuchábamos en programas de radio, en bello lenguaje hablando de honradez, no existía en su mente y corazón; desde su posesión entró en escena el grito del “todo vale”, fue esparcido degradando lo que le quedaba de moral.

Su caída estaba más que cantada, poco a poco, tenía que llegar el momento en que la justicia tenía que actuar; el pueblo no aguantó más y se vio forzado por necesidad a pedir la revocatoria de su mandato, pero fue burlado, estábamos de lleno en el proceso de revocatoria cuando el presidente Santos estuvo dos veces en Florencia distrayendo la atención y luego el día de la definición, se llevaron los votantes a pasear a Morelia y San José, los que ahora piden votos por su doble moral, siendo los más responsables de la tragedia ético- administrativa que vive Florencia: Germán Medina, Arnulfo Gasca, Antonio Serrano a quienes solo les importa el poder.

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