El senador Mauricio Lizcano hijo del Dr. Oscar Tulio Lizcano quien fuera secuestrado por las Farc y lograra huir de la mazmorra hitleriana subtropical en que lo mantenía esa organización y autor de uno de los mejores libros testimoniales de esa hazaña humanitaria de las Farc que suma miles de secuestros, convocó para el pasado 14 de agosto a un encuentro que dio en llamar ¿QUE ESPERAN LAS VÍCTIMAS DE LAS FARC DEL PROCESO DE PAZ?, lo hizo pues, en su doble condición de Senador de la República y de víctima, pero además en reflexión e integridad intelectual luego de presenciar el deleznable espectáculo del foro de víctimas organizado por las Naciones Unidas realizado en Cali recientemente.
Lo ocurrido en el foro de Cali no fue ni más ni menos que la consecuencia de la instrumentalización de las víctimas de tal manera que sirvan a la argumentación, enfoque y objetivos de las Farc en el proceso de conversaciones de La Habana, luego que los plenipotenciarios en la constituyente de La Habana, Cuba acordaran convertirlos en un porcentaje así: el 85% de las víctimas lo son del ESTADO valga decir del “terrorismo de Estado” de las Fuerzas Armadas “criminales y asesinas” como gusta decir en su ceguera el plenipotenciario Santrich; de los paramilitares etc. Y sólo el 15% de las victimas lo son de las Farc. El 15% de 50 años de actividad altruista y humanitaria de las Farc, eso es 4 víctimas de las Farc en el grupo de 12 que estos días irán para La Habana.
Sobre estas realidades se pronunciaron las víctimas, alzaron sus voces altivas más no altaneras, sus voces heridas más nunca rencorosas. Dijeron que las Farc y el Partido Comunista no lograrán el triunfo moral de igualarlos a su ruindad. Dijeron que le exigen al Gobierno Nacional que los actos criminales de Lesa Humanidad que se cometan durante el tiempo de conversaciones no entren en el acuerdo final; que exigen la verdad de las desapariciones forzosas, que les devuelvan los cuerpos de sus seres amados, que no hay derecho a que el Estado y nuevamente las Farc y la ONU los invisibilice y re victimice reduciéndolos mediante un cerco mediático a la misma situación de silenciamiento de cuando estaban secuestrados, ¿será mucho pedir, se preguntaron?.
Exigieron que la reparación se lleve a cabo con la fortuna amasada por las Farc a costa de la vida y el dolor de millones de colombianos, que no se vaya a permitir la afrenta a las víctimas de ver a los criminales disfrutando del usufructo de su delito y, sobre todo, dejaron bien en claro que de no darse esas condiciones nunca van a olvidar o perdonar. Que lo sepan de una vez los plenipotenciarios.
Y más, reclamaron del Estado y el Gobierno apoyo a sus solitarios esfuerzos para organizarse y poder tener capacidad para reclamar sus derechos pisoteados por las Farc.
Lo dijeron una líder indígena caucana a quien las Farcha puesto precio a su vida, tasándola en $60 millones para quien la asesine; una valiente y honesta mujer antioqueña; un sobreviviente de Esperanza Paz y Libertad convertidos en objetivo “militar” por “traicionar la causa”; familiares de mutilados por las minas antipersonales sembradas tan altruistamente especialmente en los territorios de comunidades afrocolombianas constituyendo así un verdadero genocidio.
Y aunque estaban invitados el Ministro de Justicia y el señor Ministro del Interior a quienes seguramente estos ciudadanos, estas víctimas, les importen mucho, y eso se ve palpable en su inasistencia. Las Victimas de las Farc se consolaron con las palabras de respeto y consideración que recibieron del Procurador General de la Nación Alejandro Ordoñez Maldonado, quien en pocas palabras y en términos jurídicos ratifica lo que en su drama y dolor y juicio expresaron las víctimas: “la mesa de La Habana no es soberana” y tarde o temprano con toda certeza y no con un “quizás, quizás quizás” sus crímenes serán castigados. Esa es su tercera vía gracias a la constituyente de La Habana.
Escuchar el audio del evento convocado por el Senador Mauricio Lizcano:
