“Hemos hecho mucho, pero falta…”

“Hemos hecho mucho, pero falta…”  Con esta frase, Juan Manuel Santos Calderón, nos solicita su reelección como Presidente de Colombia.

Es cierto, ha hecho mucho… Para empezar paralizó toda la contratación del Estado y no concluyó las obras iniciadas por su antecesor. No se ha avanzado un solo kilómetro en carreteras de doble calzada. Los hospitales retornaron a la quiebra, después de ser rehabilitados por el  gobierno anterior.

No obstante contar con el respaldo del Parlamento, engolosinado con mermelada,  fracasaron sus pretendidas Reformas a la Justicia, a la Salud y el Régimen Carcelario.

En connivencia con la Registraduría, según criterio general, realizó  el pasado 9 de marzo, las elecciones más enlodadas en la historia democrática de Colombia, con cuantiosos votos no registrados en los boletines de prensa; otros nulos, entre los cuales se encuentra un apreciable número que no se quiso contar (muchos imputables a  la tinta de los marcadores que proporcionaron a los sufragantes y que al doblar los formularios, generaron una nueva marcación); y, otros que debieron ser registrados como válidos, no fueron contabilizados por el hecho de tener dos marcas por el Centro Democrático, donde la intención de voto es indudable, por tratarse de una lista cerrada.

En la actualidad es lamentable la situación del orden público. Hoy, durante este deplorable mandato, abundan los malandrines que afectan la vida social; incluyendo a los que sacó de las cárceles con el pretexto de descongestionarlas y como una salida rápida ante la imposibilidad, en sus tres años y medio de gobierno, de edificar una sola celda, deteniendo los contratos de  ampliación y construcción de prisiones seguras  y humanas en Colombia.

Santos, en sus ya largos tres años, ha sido incapaz de asumir la responsabilidad  de Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas. Por el contrario, irresponsablemente, abandonó a su suerte a militares y policías enfrentados a todo tipo de delincuentes, a testigos mendaces  e interesados, a funcionarios judiciales politizados e ignorantes de las afugias del complicado orden público; pero tampoco puso ningún interés en la recuperación del Fuero Militar.

Es evidente que Juan Manuel ha hecho mucho… Se apoderó de la Junta Directiva de Ecopetrol, frenó el giro de las Regalías a las Regiones, como buen discípulo de Chávez y Maduro, para canalizar sus recursos, en reparto de mermelada, en época preelectoral, torciendo a su favor la opinión de los incautos que se complacen con migajas y no se preocupan por el futuro de la Patria que vio nacer a sus mayores y a sus hijos.

En su descarrilado afán de buscar el Premio Nobel de la Paz, con  la asesoría de los dictadores Castro y Maduro, en las conversaciones que se adelantan en la Habana- Cuba, está entregando  al Comunismo el prestigio internacional de nuestro suelo colombiano.

Claro, Juan Manuel puede hacer más…  si el pueblo colombiano  cree en  sus mentiras, ofrecimientos e ilusiones, que han sido su mayor obra de gobierno; así nos acabará de entregar al Comunismo, llenará nuestro suelo de asesores cubanos y pondrá a sus amigos de La Habana a promulgar una nueva constitución y un orden jurídico que les facilite el dominio del Estado y de los derechos del pueblo en su beneficio, a costa de nuestra libertad.

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