Homicidio de sindicalistas: continúa la farsa

La Confederación Sindical Internacional (CSI) acaba de publicar, en el marco de la Conferencia anual de la OIT, su informe sobre violaciones a los derechos sindicales en 2010. Como siempre, coloca a Colombia cual campeón mundial de la violencia contra los sindicalistas.

Como lo demuestro en un libro que está próximo a ser publicado, luego de una investigación de años, es la repetición de una infamia contra Colombia que no cesa. Los informes de la CSI son sesgados y mentirosos, tanto por lo que dicen como por lo que ocultan.

Por ejemplo, no figura en la lista Venezuela, que durante los últimos años ha sufrido una racha de asesinatos superior a la de Colombia, como puede constatarlo cualquiera consultando la página Web de la más importante organización defensora de derechos humanos del país vecino, Provea. Según esta entidad fueron asesinados allí (contando entre octubre del primer año y septiembre del segundo) 48 en 2006/2007, 29 en 2007/2008, 46 en 2008/2009, y 68 en 2009/2010. La CSI se tapa los ojos ante esta vergüenza, en una despreciable muestra de complicidad con un régimen despótico, sin importarle la situación de los trabajadores.

Tampoco figuran sindicalistas asesinados en Estados Unidos. En la sola ciudad de Manchester (Connecticut), el 3 de agosto de 2010, 7 sindicalistas fueron asesinados a la entrada de su empresa por un compañero enfurecido por una supuesta discriminación en contra suya por los patronos. Casos como ese hubieran generado un escándalo internacional si hubieran sucedido en Colombia. La CSI lo oculta cínicamente.

¿Y Colombia? Según la CSI se presentaron 49 homicidios de sindicalistas en 2010, el 55% del mundo (sin Venezuela, Estados Unidos y otros muchos, claro). Es la información que le proporcionan sobre todo la CUT y la Escuela Nacional Sindical (ENS), también sesgada y engañosa en gran medida.

De un lado, está sobredimensionada, como se ha hecho por años y años, incluyendo personas que no son sindicalistas. Más de 9 casos reportados por ENS-CUT en 2010 no pertenecían a sindicatos. Esta y otras prácticas fraudulentas, recurrentes, han inflado la cifra de sindicalistas en Colombia en los últimos 20 años en una cuantía que puede estar entre la cuarta y la tercera parte del total, según lo demuestro en el estudio que voy a publicar.

De otro lado, hay una perversión en la presentación de las cifras. Se dice que responden a una violencia anti-sindical prohijada por el Estado y los empresarios. Eso es falso por entero.

La inmensa mayoría de los sindicalistas asesinados en Colombia no lo han sido por su actividad sindical. Estudios académicos muy serios han demostrado, con la misma información de la ENS, que en los últimos 20 años en Colombia no existe una relación estadísticamente demostrable entre los homicidios de sindicalistas y la actividad sindical. La tasa de homicidios por cien mil habitantes es de menos de 5 para los sindicalistas, cuando la del país es de 33. Ser sindicalista significa tener un riesgo seis veces menor de ser víctima de muerte violenta que ser colombiano del común.

En mi trabajo pruebo que son guerrillas, paramilitares, narcotraficantes, delincuentes comunes, los autores de la absoluta mayoría de asesinatos de sindicalistas, y que es marginal la autoría de agentes estatales o empresariales. Por el contrario, los sindicalistas son el sector de la población más protegido por el Estado, con más de 1.500 dirigentes con escoltas permanentes y otras medidas. Desde hace más de ocho años ningún sindicalista protegido ha sido asesinado.

Todo asesinato es repudiable e indeseable. Pero es una deformación perversa de la realidad presentar al sindicalismo colombiano como víctima de una cruzada criminal azarosa.

Libardo Botero C.
* Director del Blog Debate Nacional.
Junio 14 de 2011
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