¡Jamás en la historia del país, se había visto una alianza tan diabólica!

Desazón, dolor, ira e impotencia causa el escenario vulgar de participación política de la gran prensa nacional, quien vendiendo su conciencia y deber de informar de manera objetiva e imparcial, utiliza su arsenal dialéctico para apoyar al candidato-presidente; sin escrúpulos, sin rubor, sin importar los medios; de manera servil, con saña e hipocresía, desinforman, confunden y engañan al pueblo convirtiéndose en cómplices directos y necesarios de la gran traición nacional y rendición y postración de la Patria.

El poder de los medios es inmenso, son modeladores y determinantes en el comportamiento social, sobre inmensas mayorías apáticas, indiferentes, banales o sumidas en trances hipnóticos y de adormilamiento político, pueden despertar la ira popular y la revuelta o toma de conciencia o por el contrario, detenerla, apagarla o impedirla.

Una prensa distractora con innumerables cargas de superficialidad y exaltación de hechos anodinos, alborozados de patriotismo mentiroso, distraen y abstraen de la realidad social y política, sostiene los régimenes corruptos, insensibles y desiguales. Pero quienes a veces toman el estandarte de la denuncia pública, también son movidos por otros oscuros y sórdidos intereses tan mezquinos o más que los que denuncian, esta última posición es la asumida por la prensa colombiana, no lloren ni derramen lágrimas cuando a futuro se cierren sus periódicos y noticieros, y la mordaza totalitarista del Castro-Chavismo los calle, se dice que la ventaja que tiene el diablo para lograr sus cometidos es que nadie cree en él, aquí sucede lo mismo nadie cree en la amenaza del evangelio de la miseria, en la palabra del engaño, en el Castro-chavismo.

Se dice que la prensa es la artillería de la libertad y la democracia, solo que aquí la artillería apunta contra el pueblo y el bien de la patria.

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