JMS tiene toda la razón

El Presidente traidor al mandato popular, Juan Manuel Santos, le declaró a quizás el principal órgano de propaganda oficial, la revista Semana, dirigida por un sobrino suyo, y principal instrumento en el complot del castrochavismo colombiano para enlodar la campaña uribista a través de la filtración de expedientes de la policía política del gobierno, la Fiscalía del “nazi” (según la lógica de él mismo que todo calvo lo es) Montealegre: “Esta elección es entre la paz y la guerra”.

Me complace indicar que por fin el Presidente títere de los Castro, Maduro y Timochenko tiene toda la razón. Me explico.

Está claro que esta elección está entre la reelección del títere del castrochavismo y el candidato de la Seguridad Democrática, Oscar Iván Zuluaga, luego es cierto que esta elección es entre la paz y la guerra. Si el pueblo (hipótesis negada) decidiese la reelección tendríamos asegurada la guerra puesto que:

1) Significaría la rendición del Estado a un grupo de narcoterroristas y criminales de lesa humanidad, lo cual aseguraría una situación de guerra permanente entre un pequeño grupo de narcoterroristas contra el pueblo colombiano.

2) Redundaría en el aseguramiento del control del negocio por parte del cartel de narcotráfico más grande del mundo, las Farc, lo que implicaría la consecusión de la guerra entre los narcotraficantes y la sociedad.

3) Se le permitiría el puente de oro al castrochavismo para implantarse en Colombia, lo que sería la virtual instalación del comunismo en el país, cuya consecuencia sería el totalitarismo comunista, que representa una guerra permanente entre el gobierno y el pueblo.

4) El castrochavismo le daría total impunidad a los narcoterroristas de las Farc lo que equivale a un estado de burla de la justicia para con las víctimas del narcoterrorismo.

5) También les daría elegibilidad, y peor aún, les regalaría curules. Lo cual implica una violación de la regla más fundamental de la democracia: la elección de los mandatarios vía el sufragio universal, con la premisa de un individuo un voto. En este caso el 0.5% de la población tendría al menos el 10% de las sillas, inaudito.

6) Siguiendo la cartilla chavista, se instalaría una Constituyente viciada, que ordenaría un nuevo sistema político, traje a la medida de Timochenko y sus secuaces.

7) Acto seguido se procedería a la coartación de las libertades: política, de expresión, de asociación, de empresa (así les retribuiría el castrochavismo el excelso apoyo a los Sarmiento, Ardila, etc. que como en Venezuela hacen loas a quién le servirá de verdugo, es una lástima que no hayan aprendido de esa experiencia).

8) Finalmente eso culminará como toda dictadura en la opresión del pueblo, el cual tarde o temprano se rebelará, lo que nos llevará a la guerra entre el pueblo y el gobierno totalitario.

En conclusión, la reelección de Santos significa la guerra total y permanente entre un régimen opresor y el pueblo.

Por el contrario, como el pueblo colombiano no es tonto, ni la mermelada, ni el engaño mediático ni judicial, le impedirá expresar en las urnas, lo que más de las 2/3 partes del electorado expresan en las encuestas: rechazo a la impunidad y a la elegibilidad de los criminales de lesa humanidad. Lamentablemente no se dio lo que insistentemente pedíamos, la unión de los Conservadores y el Centro Democrático desde antes de esta primera vuelta, lo que le habría asegurado a la Seguridad Democrática el triunfo en ésta. De todas maneras dados los pronósticos de todas las encuestas, y si la oposición se sabe enfrentar con firmeza al fraude electoral que ya se vio en las parlamentarias, y que con toda seguridad está montado para las presidenciales, Oscar Iván Zuluaga será elegido el 15 de Junio Presidente de Colombia.

Esto quiere decir que el pueblo colombiano sabiamente elegirá la paz de la Seguridad Democrática frente a la guerra del castrochavismo.

Director editorial pensamientocolombia.org

@alopeznunez

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