José Obdulio Gaviria: “En la coalición santista están las Farc”

Senador José Obdulio Gaviria analiza el panorama político de cara al 2018 y asegura que el CD va a ganar.

LOS IRREVERENTES: Usted plantea que el enfrentamiento electoral en el 2018 será entre el No y el Sí…

JOSÉ OBDULIO GAVIRIA. La democracia electoral tiende instintivamente a la bipolaridad y por ende al  bipartidismo. La ecuación política en Estados Unidos o en Inglaterra es sencilla: republicanos y demócratas; conservadores y laboristas. En Colombia, con la cuasi defunción del liberalismo y el conservatismo, la bipolaridad no es de partidos sino de coaliciones. Y esa es mi tesis: que los mismos actores que se enfrentaron el dos de octubre de 2016, el NO (ganador) y el SÍ (perdedor), son lo que se citarán en las elecciones parlamentarias de marzo y en las presidenciales de mayo de 2018

LI. Es decir, que la larga lista de candidatos presidenciales de tantos partidos quedará reducida a sólo dos.

JOG. Si. Si tuviéramos la simplificación bipartidista, Timochenko, De la Calle, Vargas Lleras y Claudia López serían del mismo partido, el partido santista; y el candidato que fuera proclamado por ese partido santista, correría contra el candidato uribista…

LI. Volviendo a la simplificación del SÍ y el NO, ¿será que este país está atollado en un pantano llamado acuerdo con las Farc y que no hay más temas?

JOG. No estoy diciendo que en la campaña del 18 se debatirán los mismos temas del plebiscito. Estoy diciendo que las mismas fuerzas y los dos mismos jefes volverán a enfrentarse: Uribe y Santos; uribistas y santistas. Ni Uribe ni Santos pondrán su nombre en los tarjetones, porque, simplemente, ni constitucional ni legalmente se puede. Pero cuando los ciudadanos depositen los tarjetones, estarán pensando en darle el triunfo o en derrotar a Uribe o a Santos.

LI: Insisto en que parecería la repetición de la campaña del plebiscito.

JOG. ¡No! ¡Qué tal! Una campaña es un enfrentamiento de temas y de talantes de sus protagonistas. Claro que habrá un enfrentamiento del talante y la manera de hacer política y de administrar de cada uno; de la manera  uribista y de la manera santista. Y se van a enfrentar en asuntos como la economía, la política internacional, la seguridad, las obras públicas, la relación de los funcionarios con el pueblo, la descentralización, la austeridad y la corrupción…

LI. Me queda la impresión de que usted está simplificando demasiado el posible escenario electoral.

JOG. Esa es mi tarea. Los legos ven una multitud de nombres de candidatos presidenciales. Yo veo corrientes políticas, normalmente dos, a veces tres. Y a cada nombre, a cada precandidato, lo ubico en una de las dos corrientes. Esa es la tarea de simplificación, la misma que hacen sabia, espontánea e incluso inconscientemente los electores. Lo importante es la corriente; el nombre del candidato es un accidente. Hoy puede estar uno de primero en las encuestas y mañana su propia corriente podrá haberlo devorado.

LI. Pero no puede desconocer que los candidatos uribistas marcan poco o casi nada en las encuestas. Eso contradice su teoría de las corriente.

JOG. Marcan poco hoy, pero finalizando 2017, sumados los precandidatos de esa corriente, serán la mitad del electorado. Y en marzo de 2018, cuando ya se haya definido quién encarnará a la fuerza uribista, toda esa corriente se volcará a apoyarlo. En marzo de 2018 la encuesta presidencial mostrará a un uribista ganando.

LI. Hay ruidos de división profunda en el uribismo. Incluso hablan de que el presidente Uribe traicionó el NO y que cedió ante Santos.

JOG. Distingamos varias cosas. Uribe se puso al frente del NO, se lo echó al hombro, hizo una campaña intensísima, y ganó. Y esa campaña se hizo basada en este presupuesto: proponemos un Acuerdo Nacional que abarque y mantenga el acuerdo de desmovilización y desarme celebrado entre Santos y Timochenko, pero que modifique y corrija los puntos inaceptables de ese acuerdo. Vino el premio Nobel de Santos, él se ensoberbeció, cedió a las presiones y amenazas de las Farc y echó por la borda cualquier Acuerdo Nacional. Pero el discurso de Uribe es el discurso del grueso de los votantes del NO, del 90% del No. Con el otro 10% mantenemos cordiales y respetuosas diferencias.

LI. No me respondió y le voy a insistir en la pregunta anterior: hay ruidos de división en el Centro Democrático.

JOG. Hay una realidad. Un pequeño sector del uribismo, que nunca se ha afiliado al CD, habla en las redes sociales y en las reuniones ampliadas preparatorias de las marchas y de otros actos del NO como si fueran afiliados al partido. Y publican panfletos e infundios contra uno de nuestros candidatos. Eso es una impertinencia. Bienvenidos a hacer juntos lo que podamos hacer juntos; pero no se entrometan en nuestra organización y en nuestras decisiones partidarias. Otra cosa es la vida interna del partido. Le garantizo y certifico que el liderazgo interno en el partido del presidente Uribe tiene acatamiento unánime y monolítico. Aunque el Partido de la U nos robó el nombre, El CD es el Partido de Uribe.

LI. ¿Y cómo describe la coalición del SÍ, eso que usted llama “santismo”?

JOG. Algunos se escandalizan porque asocio a sectores tan diferentes como las Farc y el partido de la U en una misma corriente. Pero haga este ejercicio y verá que la cosa no es tan desatinada: piense en Timochenko y Roy Barreras. Ahí mismo ve que no es absurdo juntar a sus correspondientes organizaciones: las Farc y el Partido de la U. Lo mismo con Timochenko y Serpa; De la Calle o Sergio Fajardo. Iván Cepeda y De La Calle son ya socios políticos; igual Benedetti, Timochenko, Claudia López y Vargas Lleras…

LI. ¿Ve nombres en cada una de esas coaliciones? ¿Se atreve a predecir quiénes representarán esas corrientes en las presidenciales?

JOG. Sí. Pero primero le hago unas precisiones: la coalición santista es coalición de partidos. Son nueve: FARC, La U, Cambio Radical, partido Liberal, Polo, partido Verde, ASI, Opción Ciudadana y Unión Patriótica… A todos ellos derrotó Uribe el dos de octubre.

LI. ¿Por qué dejó fuera de esa lista al partido Conservador?

JOG. El partido Conservador no es una organización. Son dos. Una, el directorio y otra, la corriente de Pastrana. ¿Por cuál de ellas pregunta usted?

LI. En su lógica el directorio estaría en la “corriente del SÍ” y el sector pastranista en la del NO…

JOG. Eso diría la lógica. Lo que pasa es que el cálculo político no responde a la lógica sino al interés. El directorio está out en la coalición santista. Es un relleno. Por eso, con un pragmatismo político parecido al cinismo, hacen guiños como el del presidente del directorio conservador, senador Andrade: lanzó el nombre de Luis Alfredo Ramos como posible candidato de una coalición CD-conservatismo.

LI. ¿Ve viable esa propuesta?

JOG. No. Primero, porque castra al Centro Democrático, le sabotea su proceso interno de selección de candidato. Segundo, porque, ¿qué diablos vamos a estar haciendo nosotros en una campaña en la que demos tratamiento como igual y aceptando imposiciones de una pequeña fuerza santista, el directorio conservador? Eso sería desnaturalizar a nuestra propia corriente.

LI. ¿Y con la corriente pastranista?

JOG. eso es otra cosa. Aunque no está cuantificada, es una subcorriente importante dentro de la corriente del NO. La coalición del NO, no es una coalición de partidos. El único partido del NO es el Centro Democrático. Pero hay militantes disidentes de todos o casi todos los partidos que apoyaron el SÍ en el plebiscito  y que seguramente van a apoyar su plataforma política y a su candidato. Por eso es imposible e impensable que la corriente del NO haga una consulta “interpartidista”. ¿Con cuál partido si solo hay uno? Las consultas interpartidistas no se pueden hacer con disidentes o independientes. Por eso el candidato natural de esta corriente debe ser el candidato de la fuerza mayoritaria, el candidato del CD.

LI. Hábleme de nombres.

JOG. Dejémoslos para la próxima.

@IrreverentesCol

 

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