José Obdulio Gaviria insiste en la necesidad de una constituyente

El senador por el Centro Democrático asegura que se debe acudir a esa figura en pro de la justicia.

Después de la decisión de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) de no extraditar al exguerrillero de las Farc Jesús Santrich, que provocó la renuncia del fiscal general Néstor Humberto Martínez, el senador por el Centro Democrático José Obdulio Gaviria propuso una constituyente.

Gaviria le dijo a EL TIEMPO que esta sería la solución a todos los problemas jurídicos que atraviesa el país.

¿Cómo ve la campaña del uribismo para elecciones futuras?

Tengo una impresión agridulce. El efecto de la lista abierta perturba de tal manera la política, que nos influye a nosotros. La lista abierta, que la he llamado la madre de todos los vicios políticos, es una pirámide y crea tantas pirámides como senadores, y de allí se desprenden ciertas actitudes políticas que tienen un parecido con el proxenetismo y la alcahuetería, porque ello implica a los representantes a la Cámara, a los diputados, a los concejales, y quien lo creyera, a los alcaldes y gobernadores.

Hay congresistas que son representantes de gobernadores. En la pirámide quien está en la cúspide no es el senador, es el gobernador, o incluso un alcalde. Esto incide en la conformación de nuestras candidaturas y podría obstaculizar el resultado. Pero, en principio, el conjunto de las actividades del partido va bien.

El Centro Democrático llegó al Congreso con listas cerradas. Hasta donde se mantuvo monolíticamente como un partido en que Uribe tomaba las decisiones en las listas abiertas les fue bien…

Muy bien. El resultado del Senado fue, me atrevo a decirlo, esplendoroso. Este senado es un senado de lista abierta, y entonces, en consecuencia, comienza a perturbar el desarrollo de su propio trabajo.

¿Qué está pasando en las regiones?

La estructura partidista se disuelve en las pirámides y por lo tanto, miembros del partido buscan alianzas políticas con miembros de otros partidos, y esto desvía la tarea de la formación del partido en las regiones.

Por ejemplo en el caso de Urabá, en este momento tenemos la oportunidad de construir partido con nuestros puntos de vista, nuestro programa, nuestros principios, pero también hay intereses individuales de diputados y representantes a la Cámara que no privilegian eso, por lo tanto podría tener el partido una presentación completamente amorfa y diluida.

Se corre el riesgo de que se diluya la esencia del partido…

Evidentemente, y eso también tiene otro elemento. El presidente Uribe no ejerce autoridad sino que coordina procesos de selección. Entonces, por ejemplo, el sistema de encuestas o consultas a veces se ve interferido por intereses no vinculados a los intereses del partido.

¿Qué clases de alianzas le preocupan hoy a usted?

Por ejemplo, hay muchos dirigentes en el país que privilegian alianzas con miembros de la U, o de Cambio Radical, a pesar de que podríamos tener nuestros candidatos propios. Ese candidato podría perder, pero esto generaría una gran oportunidad de crecimiento del partido y una expresión de nuestra posición, porque recordemos que todos los candidatos que queden de segundos en alcaldías y gobernaciones se convierten en los líderes de la oposición correspondiente.

¿Tiene algún tipo de preocupación de la campaña que está haciendo el uribismo para octubre?

Me asiste la inquietud de que Colombia tiene en el Centro Democrático la mejor expresión de lo que es un partido de la democracia liberal, de la derecha democrática, y el sistema de lista abierta diluye estas expresiones, al punto en que hoy los colombianos no tienen un referente exacto de quien va a confrontar el avance de la izquierda, una izquierda que en Colombia tiene una característica nefasta, y es que proviene buena parte de sus cuadros de la actividad terrorista.

¿Usted cree que en las elecciones de octubre la izquierda pueda posesionarse en las regiones?

Es evidente, lo estamos viendo. En Bogotá lo que se perfila es un triunfo de estos sectores. Sectores que ya han estado en la administración del Distrito, que han destruido sus posibilidades de progreso y desarrollo, pero que a pesar de eso, según las últimas encuestas, van a tener una nueva oportunidad.

¿Cuál debería ser el giro del Centro Democrático?

Nosotros tenemos un sistema, primero, de lista abierta y, segundo, de régimen de partidos estático, que no permite que las fuerzas basadas en la ideología, la doctrina y el pensamiento se reúnan.

Quienes no están de acuerdo con esa línea no pueden moverse de su partido. Por ejemplo, quienes tenían dudas muy justas sobre borrar de un plumazo el derecho a la extradición del Estado colombiano como política criminal, quienes estuvieron de acuerdo con las objeciones presidenciales y con nuestro discurso, no se pudieron mover, lo único que pudieron hacer fue retirarse, haciendo simplemente una especie de objeción de conciencia silenciosa.

Usted propuso que era necesario hacer un ajuste en la ley de bancadas también…

Claramente. Si no modificamos el actual régimen que no permite la movilidad de los dirigentes políticos que tengan curul en los departamentos o en el Congreso, la política colombiana va a quedar circunscrita a una arremetida de los sectores de la extrema izquierda, comandados por las Farc y por Petro, y un silencio absolutamente estático de los sectores de la democracia liberal.

Eso es lo que estamos viendo, y por eso la perspectiva de triunfo de la izquierda para el 2022 es enorme. Las posibilidades son evidentes y tienen mucho que ver con estos elementos, de la paralización de la política como consecuencia de las actuales normas. El protagonismo hoy en el Congreso lo tiene la extrema izquierda, con un silencio cómplice de algunos y con un apoyo simplista y oportunista de sectores que deberían estar defendiendo la democracia liberal, me refiero concretamente al Partido Liberal, La U y Cambio Radical.

Su análisis con todo lo que pasó esta semana en materia de justicia…

Hay un trauma enorme constitucional y, obviamente, del liderazgo de los partidos porque la justicia hoy en Colombia está paralizada. He venido hablando que deberíamos considerar seriamente una figura constitucional, que no es extraordinaria sino ordinaria, porque está consagrada en el artículo 13 de la Constitución, que es la convocatoria de una constituyente con temario exclusivo, que es la justicia.

¿Santrich se quedará en Colombia? ¿Hay alguna posibilidad de extraditarlo?

El acuerdo Santos-Farc fue un acuerdo de impunidad. En consecuencia, lo que esta semana hubo con la decisión de la JEP fue una confirmación con lo que nosotros expusimos muy nítidamente en el plebiscito. Como la correlación de fuerzas los favorece, entonces, evidentemente Santrich se queda. No solamente se queda sino que lo veremos en los pasillos del Congreso. Además, su jefe, Iván Márquez, regresará al Congreso.

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