«Juan Manuel Santos conduce a Colombia al castrochavismo»

El anterior presidente colombiano elige el diario de Intereconomía para evaluar la política de su sucesor.

Pedro Santos: Don Álvaro, ¿por qué ha durado tanto el conflicto armado? ¿Se ha beneficiado alguien de él?

Álvaro Uribe: Antes que nada, quiero saludar a sus lectores, y agradecer que dediquen estos minutos para recoger algunas inquietudes mías. Yo no hablo de conflicto armado. Hablar de conflicto, en alguna forma, es reconocer algún grado de legitimidad a las fuerzas violentas. Hablar de conflicto es, en alguna forma, poner en pie de igualdad a las fuerzas violentas con las instituciones del Estado.

Colombia tiene una democracia pluralista, respetable. Aquí, lo que ha habido es un ataque violento de grupos terroristas narcotraficantes. Siempre con disfraces ideológicos, porque en el mundo no hay terrorismo que no se ponga un disfraz ideológico, lo que ha habido es un ataque, de ese terrorismo, contra las instituciones democráticas. Y eso ha frenado muchas posibilidades de Colombia. Por eso, hicimos ese gran esfuerzo de la seguridad democrática en nuestro gobierno, que vino a superar esa tragedia.

Pedro Santos: En su opinión, ¿cuál cree, presidente, que ha sido la motivación de Juan Manuel Santos de Juan Manuel Santos de arriesgarse a emprender un proceso de paz con la guerrilla, a pesar de haber compartido, a su lado, la trinchera opuesta del conflicto?

Álvaro Uribe: Primero, esto no se puede poner como lo ha puesto el diario El País, de España, equivocadamente, como un dilema que ha llevado a Colombia a pasar del militarismo de Uribe al diálogo de Santos. Quiero recordar a los lectores de Gaceta, a los oyentes de Intereconomía, que durante nuestro gobierno la seguridad democrárica apuntaba a la desarticulación del terrorismo, con tres elementos y dos compañías. ¿Qué tres elementos? La autoridad firme. La desmovilización generosa, pero sin impunidad. Y las políticas sociales, para que los jóvenes no ingresaran en el terrorismo. Seguridad democrática con dos compañías. La promoción de las inversiones, y la política social.

¿Qué ha motivado al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, a abandonar la plataforma que lo eligió? No lo sé. Es una sorpresa. Lo elegimos pensando que nos iba a cumplir. Y ha hecho todo lo contrario de lo que ofreció en campaña. Él participó en nuestro gobierno, y aceptó que los grupos violentos de Colombia eran grupos terroristas. Al llegar al gobierno, los legitimó como actores del conflicto. Él aceptó la tesis de nuestro gobierno de que la paz no se puede construir sobre la impunidad. Ahora les ofrece impunidad. Él fue, el periodista latinoamericano y el miembro del gobierno más radical en contra del castrochavismo. Y se ha convertido en el gran validador de la dictadura de Venezuela, que va por el camino de la dictadura de Cuba.

Pedro Santos: Tiene las dos caras del Dios Jano. Mira al norte, al sur, al occidente y al oriente. ¿Se puede uno fiar de él?

Álvaro Uribe: Hoy no tiene dos caras. Ya ha pasado de una cara, que era la cara de nuestras tesis, a un período de confusión en el que pudimos verle varias caras. Pero ya está destapando su verdadero rostro, que a muchos nos causa pánico, porque es una conducción de Colombia al castrochavismo.

Pedro Santos: ¿Y qué le diría usted, presidente, a aquéllos que le tildan, por sus posturas, de enemigo de la paz en Colombia?

Álvaro Uribe: Yo soy enemigo de la impunidad. Porque este país no sólo tiene las FARC. Este país tiene otros grupos terroristas. Si le otorga la impunidad a las FARC, los otros grupos van a exigirle la misma impunidad. Hace unos días, en una localidad del sur de Bogotá, Soacha, de mucha pobreza, en la cual tuve la oportunidad de trabajar con intensidad como presidente, los ciudadanos se quejaban del sufrimiento de pandillas criminales juveniles. Hablamos de todas las soluciones sociales: la educación, la capacitación para el trabajo, la financiación del emprendimiento juvenil. He de decir que nuestro gobierno se ha estancado, a pesar de que para ello lo elegimos, para desarrollar esas tesis. Y alguien me decía: nada de eso desarticulará las pandillas juveniles porque los que están hoy en el pequeño crimen ven que si le dan impunidad a los grandes criminales, las FARC, estos sentirán que a ellos les tendrán también que dar impunidad. Y para obtener esa impunidad no omitirán acción terrorista alguna.

Yo soy amigo de la paz. La enemiga de la paz es la impunidad. Y no entiendo porqué van a elegir aquí, de acuerdo con el presidente Santos, a quienes han cometido los mismos crímenes que Pablo Escobar, porqué les dan impunidad. Porqué les dan impunidad a quienes pusieron el carro bomba del club del nogal.

Pedro Santos: En los años de su gobierno, que coincidieron en buena parte con los del difunto Chavez, se daba un vertiginoso choque de formas e ideologías. Ahora que ha fallecido, ¿Qué pensó en ese momento, presidente?

Álvaro Uribe: Pensé que mi padre, de vivir, me habría dicho: Cuidado, no se puede ser hipócrita. Y, de haber estado viva, mi madre me habría dicho: Hay que ser buen cristiano. Mi única reacción fue un mensaje de Twitter. A los designios de Dios respeto.

Venezuela era un país pacífico, y es muy violento. Mientras que Colombia ha pasado de 68 a 32 asesinatos por cada 100.000 habitantes, Venezuela ha subido de 22 a 48. Venezuela era un país sin deuda. Hoy debe el 72 por ciento del PIB. Venezuela era un país de gran producción de alimientos. Hoy importa el 70 por ciento de los alimentos que consume. La Venezuela de Rómulo Betancourt, de Raúl Leoni, de Luis Herrera, de Rafael Caldera… En esos años Venezuela era un país de valores democráticos. Hoy, Venezuela afecta a la inversión, expropia la iniciativa, la creatividad. Hoy, el empresario que quiera sobrevivir debe convertirse en lacayo del gobierno. Eso elimina esa relación institucional e impersonal que debe existir entre la iniciativa privada y los gobiernos. Venezuela ha ido eliminando la independencia de las instituciones.

El régimen de Venezuela ha cumplido con la orden de Fidel Castro: hacer elecciones cuando se puede controlar totalmente. Pero ya el mundo empieza a descubrir la trampa.

Pedro Santos: ¿Cree que servirá de algo la impugnación del resultado electoral que ha hecho el candidato Capriles?

Álvaro Uribe: Todo indica que el consejo electoral, simplemente, va a decir que verificó y que las cuentas de los computadores de voto eran correctas. Entonces, puede que el consejo electoral confirme el fraude. Mire, una cosa que me preocupa es que las instituciones multilaterales proceden hoy por sesgo político. A Fujimori le obligaron a renunciar. Perú tuvo un presidente de transición, don Valentín Paniagua. Y convocaron a nuevas elecciones. Y, sin embargo, frente a hechos mayormente graves como los del fraude de la dictadura de Venezuela, los organismos multilaterales son complacientes. Y lo son los líderes de América Latina. Empezando por el presidente de Colombia. Ahora, por el interés de que el gobierno de Venezuela los lleve a un acuerdo con las FARC, y las FARC por el interés de tener, después de ese acuerdo, impunidad y legitimidad, ellos monten un gobierno de orientación castrochavista, eso ha llevado al presidente Santos a anteponer a los valores democráticos, los valores abyectos de sus intereses coincidentes con la dictadura de Venezuela y con la guerrilla. Eso es de inmensa gravedad. Eso no es parte de la tradición democrática de Colombia.

Pedro Santos: Y saltando, don Álvaro, al Viejo Continente, ¿qué consejo podría darle, desde la experiencia colombiana, a gobiernos que están sufriendo los avatares de la crisis económica como su querida España, donde hay un 57 por ciento de paro juvenil, y un 27 por ciento de paro general?

Álvaro Uribe: Nada. Todo el respeto. Cuando uno mira desde fuera las medidas adoptadas por España, por Portugal, por Inglaterra, por Irlanda, que son medidas de ajuste fiscal, financiero. Además, uno mira las medidas de flexibilización laboral de Rajoy en España, uno dice “van por el camino correcto”. Porque los Estados Unidos, si no toma unas decisiones en materia fiscal financiera, sigue poniendo en entredicho el crecimiento estable de la economía en el largo plazo. El problema que se ve en Europa es que puede que esas políticas no sean útiles si no se ve una gran tendencia de nuevos proyectos de inversión. Y es el problema que yo veo aquí en América, comenzando por Colombia. Nosotros tenemos niveles de desempleo juvenil del 23 por ciento.

Pedro Santos: Pero nada comparables al 57 por ciento en España

Álvaro Uribe: ¿Cuánto tenía España en el 2007? Un desempleo juvenil entre el 18 y el 22 por ciento. Y ¿quién iba a pensar, en el 2007, que cinco años, seis años después, ese desempleo juvenil, en España, iba a situarse en el 57 por ciento? Cuidado, nosotros tenemos que mirarnos en ese espejo. Necesitamos hacer de los jóvenes, emprendedores. A través de una educación que articule formación profesional, educación clásica, tecnología, universidad y ciencia. Y con fondos de emprendimiento, aportados por el Estado, con cofinanciación de particulares. Manejados por particulares, orientados por el Estado. Que apoyen todas las iniciativas empresariales de los jóvenes. El fracaso en la búsqueda de empleo de los jóvenes tiene que ser compensado con una política exitosa de fomento del emprendimiento de los jóvenes.

Pedro Santos: Su popularidad juega a su favor en sus proyectos políticos. Pero también es una responsabilidad y compromiso muy alto para sostenerla.

Álvaro Uribe: Siempre, desde joven y ahora, a los 60 años, ya de abuelo, he procurado que haya consistencia en las apariencias y las esencias. En esos ocho años de gobierno procuramos que hubiera diálogo con los colombianos. No diálogo con el terrorismo, pero sí diálogo con los ciudadanos de bien.

Pedro Santos: ¿Qué opina de que el Congreso colombiano reactive el proceso por presunto espionaje a jueces, a políticos?

Álvaro Uribe: Le digo lo siguiente. Lo que hicimos nosotros fue, en el gobierno, eliminar la penetración del terrorismo en las instituciones. ¿Quién responde por el espionaje que se me hizo a mí? ¿Quién responde por eso? Por ejemplo, tuvieron a mi secretario de la presidencia 19 meses en la cárcel, acusándolo de ese espionaje. No han encontrado una sola prueba en su contra. Ya está libre. Entonces, eso incomoda. Pero damos la batalla. Hemos procedido con total honradez. Nosotros promovimos una cultura de seguridad, según la cual se debe dar seguridad no solamente a los más cercanos amigos del gobierno, sino también a los más radicales críticos.

FUENTE: intereconomia.com/noticias-gaceta

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