La alternativa entre la paz y la guerra se llama conciencia

¿De qué paz y qué guerra hablamos? De aquella que se hace mecánica, inconscientemente. Podríamos también afirmarlo del odio y el amor; democracia y totalitarismo; y muchos otros aparentes dilemas. Cuando decimos que todos queremos la paz, lo hacemos desde una suposición de conciencia moral universal en el bien. Pero no nos cuestionamos si existe otra ‘lógica’ que pueda responder sí, pero que entienda algo distinto. Los nazis, por ejemplo, consideraban que era malo matar alemanes, pero no lo era matar judíos porque eran ‘inferiores’, así como no es crimen matar un mosquito.

En ese escenario de comprensión me dejó perplejo el artículo de Semana “Del monte a la política”, pues el país funciona con una lógica de validez universal, mientras que por otros andurriales del Caribe lo hacen con un razonamiento extraño. De la Calle dijo recientemente: “Va a ser muy difícil concebir un acuerdo sin participación política de quienes dejen las armas.”

Pero esa generalización de una supuesta ‘no participación’ no explora el meollo del asunto. Existen las siguientes opciones que lo explican:

Los máximos líderes de la Farc quedan inhibidos de participar en el escenario electoral porque:

1. Lo están legalmente;

2. La imagen negativa de las Farc no les brinda ninguna posibilidad de ganar, pero de boca para afuera no aceptan esa realidad;

3. Por lo tanto no hacen ni harán el menor esfuerzo para conquistar a la opinión pública.

Como los de las Farc no son capaces de pensar ni sentir desde un plano que no sea el suyo, De la Calle tiene que esforzarse por ellos y pide: “Hay que hacer una reflexión serena y tener una visión más amplia.” ¿Quién debe hacer la reflexión? Esa ‘lógica’ fue la que llevó a Santos a Washington a pedirle cacao a Obama para que sacara de la lista de terroristas a las Farc; es decir, ‘les hizo el mandao.” ¡Qué humillación cuando Kerry le dijo que ni de vainas! ¿Por qué las Farc no hacen su solicitud ante la ONU por medio de sus abogados, ya que quienes los tienen en la lista son un con junto de países?

La ‘lógica’ de la paz colombiana está hecha para paralizara la gente por medio de la paradoja inexplicable en la que nosotros pensamos de acuerdo con una lógica, una moral universal mientras que las Farc piensan con la lógica inevitable del alacrán, alrededor de un mismo discurso, por lo que no entendemos por qué no nos ponemos de acuerdo, y sí quieren picarnos con la toma del poder. Lo mismo le pasaba a la gente del tiempo de Galileo Galilei; como todos veían que el sol giraba alrededor de la tierra, pensaban que la tierra era el centro del universo; no podían entender que las pruebas matemáticas dijeran lo contrario; a pesar de quelas pruebas eran reales, esa realidad no tenía la suficiente autoridad para ser aceptada. Sucede hoy con la física cuántica, presente en los ordenadores, pero ausente en muchos sectores de la medicina que todavía no incorpora a la realidad de la energía, por lo que tiene que ser una verdad ‘alternativa'. Traducida la condición de Galileo a un escenario político del siglo 21tenemosuna misma circunstancia social interpretada con lógicas diferentes y el mismo comportamiento dogmático: ¡Cómo se atreve Galileo Galilei a oponerse al ‘dogma’ de la centralidad de la tierra que defiende la Santa Madre Iglesia y sus seguidores! El equivalente es: ¡Cómo se atreve Uribe a oponerse al ‘dogma’ de la paz y a SM Santos! Es decir, hoy, como en el Renacimiento, el pensamiento crítico sobre la paz ES el pecado imperdonable.

Y si a la gente ansiosa de que ‘su' paz o la del gobierno sean el ‘centro del universo,’ se les muestra ‘la foto’ irrefutable del engaño, o la incongruencia, mirarán para el otro lado. Eso se llama evasión, en términos decentes. La prueba no es sino ver en YouTube que Timochenko argumenta, sin inmutarse: “Si quieren que entreguemos las armas, entréguennos el poder…” así de simple. Ante esa payasada ¿Qué tal que 40 millones de colombianos respondieran: “No nos da la gana aceptar ese planteamiento? ¡Váyanse al carajo!”Ahí se movilizaría la conciencia verdadera y entenderíamos entonces que los grandes cambios provienen de hacer pensar; en este caso, a las Farc y el gobierno, en torno a algo concreto: la afirmación de Timochenko y refutarla con la pacífica lógica del número mayor o los argumentos judiciales. Así se percibiría el poder de la alianza despierta de la gente resignada (Renacimiento) contra el discurso totalizador de los medios comprados por el gobierno, como en la Edad Media.

Cuando la verdadera concienciase manifiesta, lo hace como algo vivo e irrefutable (algunos lo llaman iluminación y puede ocurrir en el plano de lo espiritual, la política, la ciencia, la vida personal) ; no la distinguimos y no hacemos aspavientos porque ocurre al lado de la conciencia cotidiana, pero lo que nos dice, no nos llega como noticia, marketing político o lo común y corriente, sino como información que conlleva una intuición especial, vivaque cambia algo en lo profundo de nuestro ser; después, ya no somos los mismos. Y eso que nos cambia lo puede decir un niño, o alguien de derecha o izquierda, lo que no quiere decir que tenga el poder para realizarlo. Cuando Jesús de Galilea, decía que no nos engañáramos, pues no había venido a traer la paz, sino la espada (Mateo 10:34), hablaba de conciencia para cambiar algo que no nos deja ser humanos, para sacarnos de nuestro letargo conformista; la diferencia es que su pensamiento y ejemplo de vida tienen el poder para lograrlo.

Por otra parte, cuando De la Calle dice en el mismo artículo: “las Farc van a “golpear en la herida sangrante del Establecimiento”. Llegan a un escenario de desprestigio de la política, de la justicia, a un país inequitativo. Tienen el espacio para crecer, si actúan con sensatez y logran modernizar su discurso y construir propuestas atractivas para la Colombia de 2016,” se equivoca porque confunde CONCIENCIA con GLAMOUR. Lo vivo de la conciencia verdadera proviene de la ley moral universal inscrita en el corazón de todo ser humano que de pronto se vuelve auténtica, irrefutable, universal, en la conciencia personal, con un poder de convicción que no tiene lo ‘normal'. El glamour es la apariencia de algo atractivo que no existe. Los colombianos conocemos los efectos especiales de Hollywood.

Las Farc pueden copiar el brillante discurso anti sistema del español Julio Anguita. El Papa Francisco, no tan brillante, podrá hablar contra el mismo sistema inspirado de manera auténtica desde la misericordia. En el primer discurso brillará el político; en el segundo no brillará el Papa, pero tocará el corazón dormido del verdadero ser humano. El ejemplo de vida de la diminuta e insignificante Sor Teresa de Calcuta levantó la ovación que nunca tendrán ni Santos ni Timochenko (Sé que las comparaciones son odiosas, pero necesarias).Porque hasta ahora la ‘paz’ ha sido solo un discurso político, ni Santos ni las Farc han podido ‘encarnar’ el verdadero espíritu ejemplar de semejante reto de humanización.

Los de las Farc aspiran dizque a ‘refundar la patria’ mediante sus ideas. Yo no los condenaría a nada y sí les haría una estatua el día que REFUNDARAN SU HONOR, según lo define el Diccionario de la Real Academia de la Lengua y no su ‘Ficcionario Revolucionario’. (Propongo el neologismo FICCIONARIO derivado de ficción)Esa es la diferencia que hace la conciencia.

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