LA CORONA DE PETRO

En el argot popular cuando una persona es intocable, se le da tratamiento privilegiado o no cumple la ley se dice que “tiene corona” prácticamente ese es el caso del Alcalde Petro ante la sanción proferida por el Procurador General de la Nación que lo inhabilita por 15 años y lo destituye del cargo, porque el burgomaestre aparte de convocar manifestaciones en los primeros días de conocerse la sanción, ha buscado medidas cautelares ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, organismo que en otra ocasiones ha condenado a Colombia, con esto se internacionaliza el problema de Bogotá, en donde la improvisación y el detrimento patrimonial en las basuras que son las causas de la suspensión pasan al olvido, así las cosas de ahora en adelante no se podrá sancionar a un funcionario inepto por la Procuraduría ante la barahúnda que ello acarrearía.

El alcalde de Bogotá también interpuso el recurso de reposición ante la Procuraduría cosa que prácticamente hacen todos los funcionarios destituidos y de paso recusó al Procurador para que se nombre a uno ad hoc, por los impedimentos políticos y religiosos que tiene el jefe del ente de control según él, con lo cual la situación se lleva a lo personal, ya que la postura en materia de creencia e ideología no puede ser óbice para que no se cumplan las determinaciones del alto funcionario, a lo cual hay que agregar que el documento de recusación se queda en la anécdota hablando del pasado de Procurador, pero sin basamento jurídico para las pretensiones del Alcalde.

Pero es bastante curioso  que mientras Petro acude a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH, para dilatar su caso, buscando evitar la sanción, no cumple con las disposiciones de organismos internacionales como la OIT(organización internacional del trabajo) y UNESCO(organización de las naciones unidas para la ciencia y la cultura) que manda a los Estados proteger a los trabajadores del Arte, situación que no sucede con las personas que laboran en la tauromaquia, pues Petro al cerrar arbitrariamente la plaza de toros los dejó sin empleo, porque no hay que olvidar que la ley 916 de 2004 o reglamento taurino le da a los toreros y subalternos el carácter de trabajadores del arte, que debe proteger la nación cumpliendo los convenios de las organizaciones anteriormente mencionadas.

Entonces el Alcalde de Bogotá busca tener patente de corso, olvidando que cientos de funcionarios que fueron elegidos por el voto de la ciudadanía, han sido sancionados por la Procuraduría, siendo los mismos  yerros cometidos por Petro causal de la pena en varias oportunidades, por lo tanto ni las manifestaciones, ni la algarabía pueden presionar a la Procuraduría, ya que la ley es de obligatorio cumplimiento para todos los Colombianos sin excepción, con lo cual es casi improbable que la consulta a la revocatoria de Petro convocada para el 2 de marzo se lleve a cabo, subrayando que el alcalde también buscaba evitar ir a ese referendo, pero en vista de la sanción, ha pretendido tener una tabla de salvación con esa instancia, mostrando el maniqueísmo propio de una persona que se cree iluminada, por su prosapia guerrillera que le da una conciencia mágica, en donde la superstición le permite ubicarse por encima del resto de mortales.

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