La curul de Mockus

Mockus se quedó sin curul, y no por una persecución política, como alegan sus defensores, se quedó sin curul por haber violado la ley. La decisión del Consejo de Estado confirma que no hay nadie por encima de la ley, que no puede haber “intocables”, que los “buenos” también tienen que respetar la Constitución, y que, si alguien pretende ser “el faro moral de la política” esta en la obligación de dar ejemplo y ser coherente, no se puede predicar sin aplicar.

Antanas Mockus le ha dado altura a la política colombiana, lleva más de 20 años haciendo política y ha logrado cautivar a miles de ciudadanos con un discurso diferente y con resultados notables como Alcalde Mayor de Bogotá. Creo que Antanas Mockus es un hombre honesto y de buenas intenciones, un contradictor noble. Pero al que más exige, más se le reclama.

Es normal que entre sus seguidores se haya generado una gran manifestación de solidaridad, pero también hay que pedirles coherencia. Hay un hecho objetivo, más allá de las intenciones, Mockus violó la ley y no puede haber una doble moral a la hora de juzgarlo “la justicia es ciega”. ¿Ustedes se imaginan los alaridos que estaría dando Claudia López, si en lugar de Mockus, Álvaro Uribe hubiera violado la ley?, estarían pidiendo la horca.

Este episodio no borra el legado de Antanas Mockus, pero ni su legado, ni su respaldo popular, ni la ignorancia de la ley, lo exoneran de su cumplimiento. Nadie le está quitando el derecho a elegir a más de medio millón de colombianos que votaron por el célebre Profesor, pero fueron engañados. A los electores de Mockus “los tumbaron”, los invitaron a votar por un candidato que estaba inhabilitado para ejercer el cargo de Senador, les ofrecieron algo que no les podían dar, fueron víctimas de una especie de “publicidad engañosa”. Tal vez ni el propio Mockus lo sabía.

Algunos sugieren que el Partido Verde, abusando del buen nombre del Profesor y con el ánimo de arrastrar un importante caudal electoral, prefirió correr el riesgo de la sanción legal con tal de alcanzar el éxito político. Supongo que lo hicieron de buena fe, pero “no todo vale”. Los votos obtenidos de manera ilegal no pueden sumarle al partido, así como se anula la elección del doctor Mockus, deben anularse esos votos y los efectos políticos y electorales que se derivan de esa elección.

Hay que respetar las reglas del juego, hay que competir en franca lid. Comprar votos es una práctica corrupta e ilegal, pero también obtenerlos por medio del engaño al elector. Mantener unas ventajas para el Partido Verde, gracias a unos votos obtenidos de manera ilegal, no es ético, ni transparente, ni democrático. No podemos justificar la conducta de Mockus alegando que hay políticos corruptos o con vínculos ilegales que aún no han respondido ante la justicia. Lo injusto no es que a Mockus se le aplique la ley, lo injusto es que a esos otros no se les aplique. “Dura es la ley, pero es la ley”.

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